por Capitel
fotografía de Munir Hamdan
EN ESTA CONVERSACIÓN, EL DIRECTOR GENERAL DEL IFDP NOS ILUSTRA SOBRE TEMAS DE JUSTICIA EN NUESTRO PAÍS Y NOS RECUERDA EL GRAN CARÁCTER Y LIDERAZGO QUE SE NECESITÓ PARA FUNDAR NUESTRA UNIVERSIDAD.
Es Licenciado en derecho por la Facultad de derecho de la UNAM, así como Maestro en ciencias penales por el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Como docente en materia de derecho penal cuenta con una trayectoria amplia y destacada. Es autor de diversos libros y artículos. En el ámbito profesional se ha desempeñado en cargos de gran relevancia nacional, por ejemplo, ha sido titular de la Unidad de Defensa Penal y Evaluación del Servicio en el Instituto Federal de Defensoría Pública del Consejo de la Judicatura Federal, Director General de Asuntos Jurídicos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y actualmente, es el Director General del Instituto Federal de Defensoría Pública.
¿Cómo inició su carrera profesional, qué profesores admiró y por qué decidió estudiar derecho?
Al inicio de los setenta no existía el abanico de profesiones que tenemos ahora; desde la última etapa de preparatoria debíamos inclinarnos hacia algún área. Cursaba en una pequeña escuela privada y me llamó la de las humanidades; el grupo estaba compuesto por 31 alumnos. En los recesos comentábamos que nos convenía la carrera de derecho y, como la preparatoria estaba incorporada a la UNAM, 29 nos inscribimos al examen de admisión. Lo gratificante ha sido siempre que todos fuimos admitidos a la Facultad de derecho y 28 logramos obtener el título de Licenciado en derecho. En el fondo creo que optar por la materia jurídica obedeció a un deseo innato.
Durante mis estudios profesionales y de posgrado tuve la distinción de tener grandes maestros y todos ellos, de una u otra forma, dejaron su impronta.
¿Puede platicarnos qué es el Consejo de la Judicatura Federal y cuál es su función en él?
La principal misión del Poder Judicial de la Federación es impartir justicia en el ámbito federal; así, existen Juzgados de Distrito, Tribunales Unitarios de Circuito, Tribunales Colegiados de Circuito y Centros Federales de Justicia Penal. Estos órganos jurisdiccionales se encargan de dirimir controversias o solucionar conflictos, permiten que los problemas se resuelvan por una vía institucional y pacífica. Al Consejo de la Judicatura Federal le corresponde administrar, vigilar y disciplinar esos órganos; esto implica conocer de la contratación de locales, adquisición de bienes inmuebles y muebles, materiales y todo lo que sea necesario para que aquéllos puedan llevar a cabo su función y lo hagan de manera honorable, honesta y profesional. He ahí la razón de ser y la misión principal del Consejo de la Judicatura Federal.
¿Qué actividades desempeña como Director General del Instituto Federal de Defensoría Pública?
Como Director General del IFDP, un Órgano Auxiliar del Poder Judicial de la Federación, tengo a mi cargo organizar, dirigir, evaluar y controlar los servicios legales gratuitos que prestan los defensores públicos federales y asesores jurídicos federales. Más de 2 500 personas integramos el instituto.
El IFDP nació en 1998 con la Ley Federal de Defensoría Pública. Es una institución noble que tiene a su cargo la asistencia legal gratuita en materia penal, y en otras ramas, para personas que por alguna circunstancia se encuentran en situación de no poder acceder fácilmente a la jurisdicción del Estado. El IFDP ofrece servicios legales gratuitos en materia federal en las siguientes ramas: penal, administrativa, fiscal, civil, mercantil, amparo para menores e incapaces, entre otras. Es un Órgano Auxiliar del Poder Judicial de la Federación que cumple la obligación constitucional dirigida a la Federación, Estados y Ciudad de México (art. 17, párrafo séptimo) de contar con servicios legales de calidad y gratuitos.
¿Qué cualidades de su trabajo lo apasionan y a qué retos se enfrenta actualmente?
La diversidad de materias jurídicas y presenciar cómo los defensores públicos federales enfrentan positivamente los retos del sistema penal y cómo los asesores jurídicos federales asumen su función exitosamente en variadas ramas del orden jurídico. Pero, ante todo, cómo personas que no cuentan con recursos para asistirse de un abogado particular reciben el servicio de asistencia legal gratuito.
Desde su perspectiva, ¿cómo define el carácter?
Cada persona, al margen de sus condiciones sociales, culturales y económicas, tiene una serie de rasgos que lo hacen particular. Tal es el carácter que la define por la forma en que actúa ante una variada gama de circunstancias como las relaciones personales intra y extra familiares y grupales, así como ante eventos propios de la vida y adversidades. Cuando del carácter se trata, hemos de recordar que se le califica de variadas formas, sin embargo, creo que todos hemos escuchado que una persona es débil o con falta de carácter o, en contraposición, de carácter fuerte, y pareciera que es lo único que se maneja en el medio. No debemos pensar que la persona de carácter fuerte es ajena al temor, la tristeza, la compasión y otras emociones; tampoco la persona que acostumbra maltratar o a la que no se puede tratar porque todo le parece mal. Hablo de la persona que sabe conducirse positivamente ante la presencia de circunstancias muy diversas, conoce cómo actuar en cada caso y hace a un lado emociones violentas o negativas, aprende de ellas y, en suma, las enfrenta. No importa su condición económica y familiar, su situación profesional o laboral, su físico u otras cuestiones. Todos los seres humanos nos topamos con situaciones y adversidades que nos hacen actuar en uno u otro sentido, porque eso es la vida. Un carácter fuerte permite enfrentarlas de mejor forma y eso posibilita tener una vida con mayor felicidad. La reflexión, el estudio, la atención en las cosas y el respeto, generan la seguridad personal y de ahí el carácter del que hablamos.
¿Qué características considera que debe tener un buen líder?
Un buen líder reconoce su entorno grupal y social, respeta a quienes está llamado a liderar, sabe reconocer las capacidades, habilidades y limitaciones de él y de los otros y conforma un magnífico grupo del que sólo cosas positivas pueden surgir.
¿Puede compartirnos el nombre de alguna persona que haya dejado una huella en usted en el ámbito profesional?
En 1983 conocí en la Facultad de derecho de la UNAM –en una plática de estacionamiento— a otro joven profesor, no de derecho penal sino de fiscal. Sin una presentación formal, cada vez que nos encontrábamos en la facultad o en desayunos de colegios de profesores, platicábamos y hasta bromeábamos con cualquier ocurrencia. Al conocer que mi especialidad en aquella época era la materia penal-fiscal, me invitó a una naciente escuela de estudios superiores en materia jurídica para impartir algunas conferencias. Ahí se fue forjando una amistad en la que se abordaban cuestiones relacionadas con el ámbito profesional. Él, persona con muchos estudios dentro y fuera del país, profesor universitario, fiscalista y administrador, litigante sagaz y de carácter fuerte; yo, un incipiente litigante en el ámbito penal, pero eso nos permitió participar en la defensa de algunos asuntos; ya para 1988 manteníamos una sólida amistad. En muchas ocasiones compartimos el pan y la sal con una copa de vino –siempre tinto— y me decía la sangre de la tierra.
Así, hasta 1996 en que se adelantó en el camino de la vida.
La reflexión, el estudio, la atención en las cosas y el respeto, generan la seguridad personal y de ahí el carácter […].
Durante el tiempo que duró ese lazo de amigos tuve oportunidad de conocer a un ser humano humilde, sumamente profesional en el ejercicio del derecho, consciente de que existen causas nobles que no se pueden ignorar –como cuando proporcionó educación secundaria a jóvenes sin recursos o estableció un bufete jurídico gratuito—, dispuesto a apoyar a sus amistades –como lo hizo conmigo—, con una profunda fe, siempre ameno, leal e interesante, fuerte y severo ante la adversidad.
Muchos profesores y nuestros propios maestros, tuvimos la distinción de conocerlo y convivir con él.
Como todos, a lo largo de nuestra vida académica y profesional, conocemos a gente de quien recibimos enseñanzas, guía en situaciones concretas, así como ayuda. En este sentido, podría dar nombres de muchas personas.
De quien les hablo recibí todo eso, pero además dejó una huella profunda porque todo en él, como aparece en The Razor´s Edge, lo hacía y fue un Hombre Notable. Tan notable que a más de dos décadas sigue influyendo mi pensamiento y está presente con sus comentarios.
Puedo decir que sus amigos, maestros, alumnos, la Facultad de derecho de la UNAM y otras escuelas, con su anticipada partida, perdimos a un gran ser. El Doctor Eduardo Andrés Johnson Okhuysen.
Usted cuenta con una amplia trayectoria como profesor de derecho, ¿cómo ha sido su experiencia docente?
Mi experiencia ha sido una de las más enriquecedoras porque te obliga a estudiar de manera constante, te permite estar en contacto con jóvenes y conocer cómo van evolucionando los paradigmas sociales; una de las distinciones más satisfactorias ocurre cuando en cualquier momento y lugar alguno de los alumnos te reconoce y a ti se dirige como profesor o maestro, a la par que en muchas ocasiones te enteras que tus alumnos son profesionales exitosos de derecho: litigantes reconocidos, magistrados, jueces y hasta nuevos profesores. En mi vida académica estimo haber tenido un poco más de cinco mil alumnos y, espero que para todos o al menos para la gran mayoría, haya sido un profesor constructivo.
¿Qué experiencias o anécdotas puede compartirnos de cuando fue cronista de la Facultad de derecho de la UNAM?
Fui cronista de la Facultad de derecho de la UNAM en el cuatrienio de 2004 a 2008; traté de abonar un poco a la importantísima labor que como tal desarrolló el Maestro Don Lucio Mendieta y Núñez quien escribiera Historia de la Facultad de Derecho, una obra importante, así como también con el trabajo de quienes me precedieron como el Licenciado René Ramón Rosales. Traté de resaltar algunos eventos de suma importancia para nuestra facultad y que debieran ser conocidos por sus alumnos. Todas las escuelas tienen su historia y debe ser atesorada, sobre todo por sus actores. En mis crónicas hay dos que me llenaron de satisfacción: el nacimiento de la Real Universidad de México hasta la hoy Universidad Nacional Autónoma de México y la relacionada con los personajes que dan nombre a las aulas de la Facultad de derecho. Sé que los nombres de muchos profesores que todavía imparten cátedra y otros que finalizaron esa etapa de su vida merecen ese honor: ojalá hubiera tantas aulas para ellos.
¿Qué relación existe entre el derecho y la historia?
Alguna vez leí que el mejor alumno no es el que tiene el mejor profesor sino el que se compromete consigo mismo a estudiar. Por otra parte, recordar la historia de El mejor de los brahmanes, quien destacó por tener la mejor herencia: la herencia de la verdad.
¿Desde su perspectiva qué ha cambiado en el derecho?
El derecho ha sufrido cambios vertiginosos y ahora encontramos materias que en los setenta no imaginamos que pudieran tener tan amplio desarrollo normativo: derechos humanos, familia, ambiente, telecomunicaciones, espacio aéreo, internacional, fiscal y otras más. La razón es que el plexo de relaciones entre los ciudadanos, el estado y su entorno se hicieron tan complejas a grado tal que fue necesario legislarlas a detalle.
¿Qué consejo puede compartir con los estudiantes de Universidad Humanitas para desarrollar su carácter y lograr el éxito tanto personal como colectivo?
Reconocer el desarrollo que ha tenido Universidad Humanitas por más de 30 años, comunicarles que siempre deben sentir amor por su escuela y estar orgullosos de formar parte de ella, deseándoles el mejor de los éxitos en todos los ámbitos de su vida.