Imágenes oficiales de Crepes & Waffles. Cortesía de Crepes & Waffles México. www.crepesywaffles.mx | Instagram @crepesywafflesmx | Facebook @crepesywafflesmexico
por Sebastián Serrano Silva
CREPES & WAFFLES INICIÓ EN COLOMBIA HACE 40 AÑOS COMO UN EMPRENDIMIENTO QUE CREYÓ QUE LOS RESULTADOS POSITIVOS NO DEPENDEN DE LA OFERTA Y LA DEMANDA, SINO DE DOS FACTORES CLAVE: UNA VISIÓN SÓLIDA DE CALIDAD HUMANA Y EL SABOR ÚNICO DE LOS ALIMENTOS QUE SE NUTRE DE LA DEDICACIÓN CON LA QUE SON CULTIVADOS Y PREPARADOS.
Todo gran proyecto tiene un mito iniciador. Un domingo de 1980, una pareja de jóvenes universitarios, Beatriz Fernández y Eduardo Macías, iniciaron una crepería en un pequeño local en Bogotá, en el que se podía comer a buen precio comida saludable. Llevaban unas semanas operando y una de las clientes, Manuelita Durán, tuvo el valor de decirles que las crepas estaban horrorosas, pero no sólo eso, también se metió al refrigerador y buscó los ingredientes para enseñarles la fórmula secreta que utilizan hoy en día y que los ha transformado en un emprendimiento multinacional que cuenta con 178 restaurantes en Colombia, 11 en México, además de operar en Chile, España, Ecuador y Panamá.
Tuve la oportunidad de hablar con Cristina Macaya, CEO de Crepes & Waffles México. Me comentó que abrieron hace 20 años y que su origen parte de la misma raíz: una pareja de jóvenes colombianos que vivían en México, ella y Juan Pablo García, decidieron renunciar a los trabajos estables que tenían en multinacionales para cumplir el sueño de hacer algo que les apasionara y a la vez transformar vidas y construir un mundo mejor. Aunque muchos amigos mexicanos les decían que si no era picante iba a ser un fracaso, no se amedrentaron y decidieron impulsar este concepto diferente. Desde la apertura del primer local, fue un éxito. Ofrecían un producto innovador en todos los sentidos, basado en la oferta ofrecida por la marca, ARTE- SANO: comida sana, creada con arte y desarrollada por las manos de artesanas apasionadas y comprometidas.
Desde sus inicios Crepes & Waffles ha tenido un desafío muy claro: empoderar a la mujer cabeza de familia, mujeres luchonas que se enfrentan a entornos y situaciones adversos y tienen la fortaleza de sacar adelante a su familia. La empresa les da una oportunidad de transformar su vida y ellas por lo general responden con su entrega, dedicación y responsabilidad. El resultado es otro de los grandes éxitos de la empresa: la calidad y servicio de sus alimentos, que a su vez garantiza la fidelidad de sus clientes.
Desde sus inicios Crepes & Waffles ha tenido un desafío muy claro: empoderar a la mujer cabeza de familia [...] .
Cristina comenta que uno de los principales desafíos que tuvieron en México fue la selección de personal. Primero se toparon con que el sector restaurantero se enfocaba a la mano de obra masculina. Luego, vieron que la mayoría de las mujeres abandonaba el trabajo después de tres meses. Explica la razón con una metáfora muy ilustrativa: “en muchas ocasiones las mujeres que llegan a trabajar son como flores cerradas, entran mirando al suelo, se sienten chiquitas, pero tan pronto se les da la confianza en Crepes, se empiezan a desarrollar, se les ilumina la mirada. En muchas ocasiones cuando esto sucede, llega la presión desde sus familiares que las obligan a renunciar”.
Sin embargo, lograron convencer a un grupo de mujeres que entraron desde el principio, se enamoraron del proyecto y cuando descubrieron que era un espacio seguro que les permitía salir adelante, empezaron a recomendar a personas conocidas para que se unieran. Ahora 92% del personal son mujeres a las que se les empodera sin importar la edad, condición sociocultural, ni lo que han hecho en la vida. Aparte de la estabilidad emocional y económica, les ofrecen capacitaciones constantes e incluso cuentan con un grupo de psicólogas que las apoyan en ese proceso de seguridad y transformación.
Además del servicio, Cristina comenta que otro elemento fundamental es la calidad de los ingredientes. Por eso han apostado por apoyar a los campesinos mexicanos comprando directamente sus productos a un precio justo. Por ejemplo, trabajan con una familia de productores de Hidalgo que cultivan el frijol franciscano con métodos tradicionales, por medio de riego con agua de lluvia. Asimismo, trabajan con productores de San Juan Atezcapán, una comunidad en Michoacán en donde la mayoría de los hombres han sido reclutados por el narcotráfico y las mujeres se empeñan en que sus hijos no sigan los mismos pasos. De igual forma, han generado alianza con productores de miel o cafetaleros de Oaxaca y Veracruz, para enriquecer sus platos con sabores que conecten con las raíces y rescaten los productos autóctonos.
“La receta mágica de Crepes es el amor que cada una de las mujeres que conforman el equipo le pone a cada plato, porque le ponen el corazón a lo que están haciendo”, dice Cristina. Esa fidelidad garantiza que las artesanas se involucren e impriman calidez y calidad artesanal, como los ingredientes que han mantenido el sabor de Crepes.
Sebastián Serrano Silva es periodista independiente, emprendedor y activista ambiental. Cazador y divulgador de proyectos novedosos que busquen soluciones para salvar este mundo y tener una vida mejor. Le encanta hablar con las personas, escuchar las anécdotas, explorar y proponer cosas diferentes. Twitter: @sebss78.