Adam Niklewicz, Motivational Speaker (Orador motivacional). Cortesía del artista.
por Yosu Ferré
LA CONSOLIDACIÓN DEL USO DE LA TECNOLOGÍA EN LA VIDA COTIDIANA —EN ESPECÍFICO LAS REDES SOCIALES— HA TRANSFORMADO NUESTRA MANERA DE RELACIONARNOS CON LA INFORMACIÓN Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. ESTOS CAMBIOS HAN DESDIBUJADO LOS LÍMITES ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO, ADEMÁS DE TENER UN IMPACTO DIRECTO EN LAS MANERAS EN QUE HACEMOS Y ENTENDEMOS LA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA.
“No sé por qué la gente está tan interesada en publicar los detalles de su vida privada; olvidan que la invisibilidad es un superpoder”.
Banksy
La difusión de nuevas narrativas que cuestionan al status quo no es algo nuevo, sino que ha sido una de las principales consecuencias de los avances en los medios de comunicación. Por ejemplo, el tránsito de la escritura a la imprenta y sus incalculables efectos o la masificación actual del uso cotidiano de redes sociales, tiene (y tendrá) repercusiones, cuyos primeros efectos logramos atisbar.
Si bien las narrativas con las que las sociedades se construyen son diversas y provienen de orígenes distintos, es innegable que en las sociedades de los siglos XX y —especialmente— XXI, los medios de comunicación tradicionales juegan un papel preponderante. “Los medios masivos de comunicación tradicionales se vuelven la herramienta desde la que diversas narrativas públicas se validan y comunican hasta la privacidad del hogar del ciudadano (Radio, T.V., periódicos)”.¹ Lo que se exhibe en los medios es materia pública que se consume en privado.
Esta circulación de lo público hacia lo privado avanza, aún más, con la popularización de nuevas tecnologías. Los nuevos medios de comunicación pasaron de ser meros emisores de narrativas desde lo público hacia lo privado, a conformar interacciones en las que lo privado transita cada vez más hacia lo público. Ejemplo de esto es el uso incipiente de internet y la Reality TV o telerrealidad,² en las que lo privado abiertamente se publicita.
De igual forma, con el auge de las redes sociales y las videoconferencias, el tránsito de lo privado hacia lo público se ha acelerado, ya que cada persona tiene la oportunidad de “ser la estrella de su propio programa”, desde la comodidad de su casa y con la total exposición de lo íntimo hacia lo común. Esta transición del anonimato privado a la celebridad pública en redes sociales (los Youtubers o Insta-stars, por ejemplo) es un símil perfecto para comprender el tránsito de cómo las acciones individuales, particulares y privadas comienzan a sujetarse a la inspección y el escrutinio de lo público.
El individuo anónimo en cuyo espacio privado era receptor de narrativas, se transforma en un creador de nuevas narrativas propias que puede reproducir a sus seguidores con —tal vez— mayor nivel de audiencia que muchos medios tradicionales, logrando equiparar sus narrativas propias con las oficiales, al ser presentadas como igualmente importantes y válidas en nuevos medios de comunicación masiva.
Más aún, como catalizador, la pandemia ha orillado a más personas a sumergirse por completo en “el mundo de internet”, rompiendo de lleno con las barreras de lo público y lo privado, impuestas desde los medios tradicionales; en una parte motivados por lo económico, con la entrada del mundo laboral a la privacidad del hogar —home office—,³ mientras que por otra, en lo social, al permitir la continuación de interacciones humanas, de forma virtual.
Los nuevos medios de comunicación pasaron de ser meros emisores de narrativas desde lo público hacia lo privado, a conformar interacciones en las que lo privado transita cada vez más hacia lo público.
Adam Niklewicz, Quotes (Citas). Cortesía del artista.
Adam Niklewicz, Motivational Speaker (Orador motivacional). Cortesía del artista.
En este contexto, en el que lo público ha invadido casi todo el espacio privado, las acciones que antes podrían haber parecido perfecta y simplemente privadas, como el cuidado de la salud, por ejemplo, son sujetas al escrutinio directo de la sociedad, al ser exhibidas en la esfera pública mediante los medios de comunicación no tradicionales. Y no sólo eso, sino que el uso de estos medios facilita la entrada a narrativas nuevas que pueden cuestionar o descalificar realidades antes validadas por las narrativas convencionales.
Años atrás hubiera parecido inimaginable que grupos grandes de la sociedad cuestionaran verdades tan aceptadas y compartidas como la autoridad de un médico o la autenticidad de los hallazgos científicos; mientras que, en la actualidad, el auge de nuevas narrativas ha puesto en duda la credibilidad de realidades tan establecidas como la medicina, la epidemiología y la vacunación.4
En la época de las redes sociales, las noticias falsas y la posverdad, el tránsito de lo privado hacia lo público —con la nueva normalidad producto de la pandemia como catalizador— ha exacerbado el proceso de politización de la realidad en la que actos antes insignificantes, no cuestionados o apolíticos, que pertenecían a la esfera de lo privado, ahora conllevan una intensa carga política —y en algunos países hasta partidaria—. Actualmente existen realidades en las que el cuidado de la salud se ha politizado y polarizado hasta convertirlo en una declaración política cotidiana.
Es posible argumentar que, por un lado, parte de la politización de estas nuevas realidades es consecuencia de un cambio sistémico más grande en los medios de comunicación, mientras que, por otro, la polarización y la concentración en aspectos sanitarios puede deberse a la especificidad, severidad y mortalidad de una pandemia como la que vivimos.
Resulta ineludible entonces recordar que, si bien el tránsito entre lo público y lo privado, producto de los avances en los medios de comunicación, continuará generando transformaciones y cambios en todas las sociedades en los años venideros, la politización de las realidades con la polarización actual, tiene una fecha clara de caducidad: el fin de la pandemia, que también, gracias al esfuerzo de todos, ya logramos atisbar.
Adam Niklewicz, Midlife Crisis (La crisis de los cuarenta). Cortesía del artista.
BIBLIOGRAFÍA
Stefanone, Michael A.; Lackaff, Derek y Rosen, Devan. “The Relationship Between Traditional Mass Media and ‘Social Media’: Reality Television as a Model for Social Network Site Behavior” en Journal of Broadcasting & Electronic Media, 54:3, 508-525 (2010).
Juárez, Blanca. “Supervisión en el home office, ¿invasión a la privacidad?” en El Economista (14 de diciembre de 2020). Disponible en https://bit.ly/3sQytmA. (Verificado el 31 de marzo del 2021).
Lovelace Jr, Berkeley. “Biden’s next fight: Anti-vaxxers jeopardize plans to protect U.S. against Covid” en CNBC News (10 de febrero de 2020). Disponible en https://cnb.cx/2PAFbyI.
Yosu Ferré Berjón estudió relaciones internacionales en la UNAM. Ha hecho trabajos de investigación para el Colegio de la Defensa Nacional y para FLACSO. También ha trabajado para el Programa de Derechos Humanos México-Unión Europea, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Estados Unidos y para la Presidencia de la República.
1. M. Stefanone, D. Lackaf y D. Rosen, “The Relationship Between Traditional Mass Media and ‘Social Media’: Reality Television as a Model for Social Network Site Behavior” en Journal of Broadcasting & Electronic Media (2010).
2. Ibidem.
3. Blanca Juárez, “Supervisión en el home office, ¿invasión a la privacidad?” en El Economista (14 de diciembre de 2020).
4. Berkeley Lovelace Jr, “Biden’s next fight: Anti-vaxxers jeopardize plans to protect U.S. against Covid” en CNBC News (10 de febrero de 2020).