EN EL TRABAJO DE ES DEVLIN CONFLUYEN ARTE, DISEÑO, ARQUITECTURA, TEATRO, MÚSICA, ILUMINACIÓN Y OTRAS DISCIPLINAS QUE, A TRAVÉS DE LA INVESTIGACIÓN PROFUNDA DE CONCEPTOS QUE ATAÑEN AL SER HUMANO, PONEN EXPERIENCIAS SIGNIFICATIVAS EN MOVIMIENTO.

La escenógrafa británica, Es Devlin, parte de la idea de expansión para generar su obra. Igual que una molécula sometida al calor, la obra de Devlin parte de una idea que se expande a un pensamiento, que a su vez lo hace en una experiencia, cuya continuidad se siembra en cada espectador y entonces, ya es difícil que pare de crecer.

Esta manera de asumir el proceso creativo, desde el movimiento, implica un proceso de depuración importante para descubrir la esencia de cada historia que se piensa contar. Para llegar a la abstracción de conceptos es necesario un trabajo intenso de investigación sobre el espíritu de una obra, un personaje o un mensaje a comunicar. Al examinar una idea desde todos sus ángulos, se hacen evidentes los elementos realmente importantes y entonces es posible descargar todo aquello que no lo es y retardaría el movimiento de la experiencia. Es por esto que en todos los trabajos de Devlin, a pesar de abarcar un espectro amplio (ballet y ópera clásica, teatro contemporáneo, espectáculos pop y desfiles de moda), siempre se advierte esta sensación de flujo y autenticidad, en que la experiencia, tanto del público como de quien interpreta, es protagonista.

En 2014 Es Devlin realizó el diseño de escenografía para el montaje de la ópera Don Giovanni (Don Juan) de Mozart en la Royal Opera House de Londres. Para esta puesta, que en sí misma representaba un desafío importante debido a la intención del director de readaptar un clásico del siglo XVIII a un psicodrama contemporáneo, la británica diseñó una estructura modular giratoria que se presenta como chasis de un edificio, el lienzo casi en blanco, en donde las historias se desarrollarán. Esta estrategia permite al espectador inmiscuirse en la intimidad de cada personaje y acechar sus encuentros y desencuentros por medio de los cuadros-cuartos que se construyen. Aunque formalmente separados por las paredes de las habitaciones, todos los personajes, historias y emociones, están conectadas y fluyen por las puertas y escaleras que fungen como líneas de fuga, pero también de conexión, entre las emociones que atañen a los personajes.

Al mismo tiempo, en una interpretación más psicológica, la misma estructura, pesada, compleja y plagada de recovecos se identifica con la mente retorcida de Don Giovanni. Por ello, de vez en cuando, en los momentos cruciales en que la historia lo demanda, sobre el edificio que parece un tablero de juego se proyecta una especie de mapa mental en el que burdamente se despliega el pensamiento del antihéroe, además de permitir al espectador transitar del engatusador exterior de Don Juan a un interior complejo, jocoso y también solemne.

Devlin aborda la noción de espacio como un elemento estático, como ese lienzo en blanco que sólo al entrar en juego con otros recursos: las luces y sus colores, las proyecciones y la música, se crea una sensación de movimiento que a base de repetir acaba por convertirse en realidad. De esta manera, el trabajo de la escenógrafa en Don Giovanni nos demuestra cómo de la capacidad de abstracción y la simpleza se puede potenciar una experiencia poderosa. De a poco, con elementos muy básicos pero significativos y bien pensados, Es Devlin va, no revelando, sino invitando al espectador a buscar su propia experiencia de la obra.

Propiciando que una idea, un texto, una luz germine en quien observa, Devlin hace responsable a cada espectador de la expansión del momento estético en la sala y nos deja como lección que, tanto en el arte como en la ciencia, todo tiende a expandirse y está en cada uno de nosotros aceptar el reto y diseñar nuestra propia experiencia.

Andrea Bravo es historiadora, gestora cultural y coordinadora editorial de Capitel. Actualmente estudia un posgrado en sociología del diseño en la Universidad de Buenos Aires.

Todas las imágenes: Es Devlin, Don Giovanni (Don Juan), 2014. Obra escrita por Wolfgang Amadeus Mozart, dirigida por Kasper Holten y presentada en la Royal Opera House de Londres en febrero de 2014. Cortesía de Es Devlin Studio. esdevlin.com