por Leonardo Vázquez
imágenes de Tres Tipos Gráficos
La idea de considerar elementos como la proporción y la belleza en el diseño de los contenidos al interior de los libros surge desde la imprenta de Gutenberg. Este texto nos propone un breve recorrido por esa historia, obstinada con el equilibrio estético.
Composición, armonía, equilibrio, palabras que tienen sentido cuando definimos una pieza musical, un vino, un platillo gastronómico o un espacio arquitectónico. Esos conceptos también son usados indistintamente para resaltar el buen diseño de una pieza, aunque a veces se cae en el lugar común para decir que algo es “bonito”.
Los antiguos filósofos helénicos notaron que la belleza pura existía de forma natural en el mundo. Esta fascinación hizo necesario el empleo de un lenguaje que analizara, midiera y cuantificara la belleza. Las matemáticas y la geometría fueron dicho lenguaje. Esto dio origen al estudio de la proporción áurea que sigue siendo la base para la construcción racional de cualquier objeto.
¿Cómo percibimos las personas comunes y corrientes lo estético? Estudiosos de la estética coinciden en que la percepción de la belleza es una actividad emotiva que involucra los sentidos y el inconsciente. Es lo que denominamos experiencia estética.
Sobre la proporción
Con la ayuda de las matemáticas y la geometría las personas en la Antigüedad se percataron de que las dimensiones de cada una de las partes de un ser vivo en la naturaleza están relacionadas entre sí. La referencia inmediata del ser humano fue él mismo. Marco Vitruvio, matemático y arquitecto romano, estableció que las dimensiones de edificios, entradas y posiciones de ventanas debían colocarse con relación al cuerpo humano. Vitruvio comprobó que la altura de un cuerpo es igual a la distancia de sus brazos extendidos. La altura y los brazos extendidos caben en un cuadrado, y el bajo vientre a la altura del ombligo es el centro de un círculo que rodea a la figura humana. En el Renacimiento, Leonardo y Durero también realizaron estudios al respecto, dejando testimonio de la obsesión que, desde siempre, el equilibrio y la belleza han tenido sobre los artistas.
A Geoffroy Tory, un grabador, encuadernador y corrector de textos del siglo XVI, se le debe la inclusión de algunos signos de puntuación al francés para que fueran más fieles a la traducción del latín. En 1529 publicó El arte y la ciencia de la proporción de las letras romanas antiguas, uno de tres libros que, en conjunto, conforman la obra El campo florido, en la que hace una extraña relación entre la proporción de las capitulares monumentales romanas con las proporciones humanas. Cabe resaltar que fue uno de los tantos artistas, grabadores e ilustradores que intentaron encontrar las proporciones científicamente perfectas en las letras, pero fue el único que las relacionó con las humanas.
La proporción y el equilibrio inherente en las letras
Para los artistas y artesanos renacentistas era natural el uso de la geometría y de las matemáticas para dotar de proporciones apropiadas a sus obras y las letras no fueron la excepción, se trataba de revivir el canon de lo clásico.
Gutenberg, Griffo, Garamond, Granjon, son nombres de algunos de los primeros impresores que además eran expertos en el trabajo de corte de metal para hacer las letras. Pero, ¿cómo se intuye o de qué proporciones debe ser una tipografía en metal si es la primera vez que se crea? Gutenberg con su gótica de textura y Nicolas Jenson, el creador de la primera romana en metal, seguramente estudiaron proporciones con ayuda del rectángulo áureo. No existen documentos de época que nos confirmen esto, pero la tesis doctoral del tipógrafo neerlandés Frank E. Blokland muestra una serie de suposiciones que nos permite pensar que así fue. En su tesis, Blokland intenta mostrar que los tipógrafos de la Antigüedad buscaban uniformar las proporciones de las tipografías para que encajaran en la hoja de impresión, cuyas proporciones eran áureas.
Un proyecto Real
La Romana del Rey (Romain du Roi) fue una tipografía que se creó buscando la proporción perfecta con base en la geometría. Se realizó a solicitud de Luis XIV como muestra de la supremacía francesa en las artes aplicadas y que sería empleada en la Imprenta Real. Para construir el alfabeto Romain du Roi, los dibujos maestros fueron grabados en placas de cobre por Charles Louis Simonneau. Para 1702, Philippe Grandjean cortó punzones que serían empleados como tipografía para texto. En la práctica, la minuciosa retícula de 2 304 cuadritos para cortar los punzones resultó completamente inútil. Grandjean reconoció que la belleza de los caracteres tenía más que ver con que fueron elaborados por un ojo adiestrado que con las matemáticas.
Conclusión
La proporción, el equilibrio y la armonía, son valores que el humano puede reconocer, porque forman parte de él, los percibe y le provocan emociones. En ese sentido, una página editorial es perfecta cuando el formato de la publicación es armónico y equilibrado con los márgenes (que pueden ser obtenidos por algún método de diagramación áureo), además del tipo de letra, el espacio entre letras y líneas, y los valores jerárquicos del texto compuesto, todo conectado por el mismo hilo: la proporción entre elementos, la armonía de tamaños y los blancos de la página.
La proporción, el equilibrio y la armonía, son valores que el humano puede reconocer, porque forman parte de él, los percibe y le provocan emociones.
Todas las imágenes: Tres Tipos Gráficos, serie Arquetipos, 2010. Cortesía de Tres Tipos Gráficos.
Leonardo Vázquez Conde es diseñador editorial en su estudio macizo.com.mx. Es tipógrafo por el ANRT (Atelier National de Recherche Typographique) en Francia y maestro en Teoría Crítica por 17, Instituto de Estudios Críticos. Fue director de arte en instituciones gubernamentales (Conaculta, CDHDF) y editoriales privadas (Artes de México). Docente de diseño y tipografía a nivel licenciatura y posgrado. Es miembro fundador de la Asociación Mexicana de Tipografía y creador del sistema de clasificación tipográfica Wikitype.