por Jorge Rizo Martínez
En el marco de un siglo fascinado con la razón científica, el músico, compositor y teórico francés Jean-Philippe Rameau publicó una serie de tratados que estudiaban meticulosamente las matemáticas que sostienen la armonía musical y el equilibrio tonal. Aun cuando sus teorías fueron bien recibidas e incluso fueron referencia hasta principios del siglo XX, también es cierto que sus ideas se contrapusieron con las de grandes filósofos de su tiempo.
Nicolas Bonnart, La musique (La música), ca. 1637-1718. Bibliothèque nationale de France.
Para Rameau, la armonía constituía la esencia de la música, mientras que la melodía sólo era una derivación de la primera. Tal como lo argumentó en varios de sus trabajos, la naturaleza misma era la justificación de sus propuestas sobre la armonía musical.
Robert Benard, Instrumens de Musique, Suite des Instruments à cordes et à touches (Instrumentos musicales, conjunto de instrumentos de cuerda y clave), siglo XVIII. Musée Carnavalet, Histoire de Paris.
El músico más célebre de Francia en el Siglo de las Luces fue Jean-Philippe Rameau (1683-1764), considerado como el fundador de la armonía tonal moderna. En la época, su reconocimiento era tal que se le llegó a conocer como el “Newton de la música” debido a sus contribuciones en el campo de la teoría musical.
Para Rameau, la armonía constituía la esencia de la música, mientras que la melodía sólo era una derivación de la primera. Tal como lo argumentó en varios de sus trabajos, la naturaleza misma era la justificación de sus propuestas sobre la armonía musical. Según el músico dijonés, la base de la armonía no era una conexión mística con el cosmos (como lo dictaba una antiquísima tradición pitagórica que describía cuerpos celestes creando una música inaudible y perfecta con su movimiento), sino principios deducibles y observables en la naturaleza del sonido mismo. Apelando a una especie de “razón científica”, se centró en el análisis de las vibraciones, las proporciones matemáticas de los intervalos y las relaciones armónicas. Efectivamente, estas ideas quedaron demostradas tiempo después por la acústica, una rama de la física.
El sistema de Rameau estableció un equilibrio entre las funciones tonales principales: tónica, dominante y subdominante. Cada una de estas funciones tiene un papel específico que contribuye al equilibrio general de la armonía dentro de una tonalidad. La tónica es el punto de reposo, la dominante introduce tensión y la subdominante prepara el regreso a la tónica, creando un ciclo equilibrado de tensión y resolución. Esta estructura constituyó una suerte de esqueleto para la música occidental hasta el advenimiento de la música atonal con Arnold Schoenberg y otras vanguardias a inicios del siglo XX.
Rameau escribió cuatro tratados fundamentales en la construcción del aparato teórico antes descrito: Traité de l’harmonie (1722), Nouveau système de musique théorique (1726), Génération harmonique (1737) y Démonstration du principe de l’harmonie (1750). Cuando estas obras ya habían sido publicadas y Rameau gozaba de una enorme importancia, una “lucha de titanes” estalló entre éste y el célebre grupo de pensadores ilustrados conocido como los philosophes. Nada menos que nombres de la talla de Rousseau, Diderot y d’Alembert se involucraron en un debate intenso y prolongado con Rameau respecto de varios tópicos musicales. Curiosamente, estos personajes habían contribuido a la fama de Rameau, pues lo habían halagado y habían difundido sus ideas. Sin embargo, varios eventos provocaron que le retiraran su apoyo y reconocimiento gradualmente.
El más conocido de estos acontecimientos fue la Querelle des Bouffons (Querella de los bufones), una controversia estética sobre los méritos de la ópera cómica italiana frente a la ópera trágica francesa. El conflicto se desató tras la llegada a París de una compañía de ópera italiana, el 1 de agosto de 1752, que presentó La serva padrona, la ópera bufa de Pergolesi. Esta obra, bastante ligera, contrastaba con el estilo serio y más elaborado de la ópera francesa, generando un debate acalorado entre los defensores de la tradición francesa, que consideraban a la ópera italiana como superficial, y los partidarios de la ópera bufa, que veían en ella frescura y, sobre todo, novedad.
En este debate, Rameau no podía más que defender sus grandilocuentes tragedias mitológicas y su tradición nacional francesa, mientras que Rousseau (1712-1778), que había criticado duramente la ópera francesa en su Lettre sur la musique française, se puso del lado italiano y acabó por convertirse en el principal detractor de Rameau. Rousseau, más conocido por sus obras filosóficas como el Emilio y El contrato social, era también un músico amateur que llegó a componer varias obras y un diccionario de música.
Por su parte, d’Alembert (1717-1783) famoso coeditor de la Enciclopedia y matemático, que había simplificado las teorías de Rameau en su obra Eléments de musique théorique et pratique, desempeñó un rol mediador en la querella, buscando un equilibrio entre las posiciones enfrentadas. Diderot (1713-1784), aunque más enfocado en la Enciclopedia, participó sosteniendo un enfoque de la música como ciencia, acercándose en ocasiones a la posición de Rameau, pero también criticándolo fuertemente en su libro El sobrino de Rameau.
El acalorado diálogo entre estos intelectuales determinó por muchos años los temas debatidos sobre música. La intensidad del debate, que se extendió hasta la muerte de Rameau en 1764, dejó ecos que perduraron más de un siglo.
Bibliografía
Christensen, Thomas. Rameau and Musical Thought in the Enlightenment. Cambridge: Cambridge University Press, 2004.
Verba, Cynthia. Music and the French Enlightenment. Rameau and the Philosophes in Dialogue. Oxford: Oxford University Press, 2017.
Robert Benard, Instrumens de Musique de differentes sortes (Instrumentos musicales de diferentes tipos), siglo XVIII. Musée Carnavalet, Histoire de Paris.
Antoine Jean Duclos, Le concert (El concierto), 1774. The MET, Fondo Harris Brisbane Dick, 1933.
Jorge Rizo Martínez es doctor en Historia por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), París. Actualmente se desempeña como profesor en el Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana. Es especialista en la historia del sonido, la escucha y la música en la época Moderna.