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PRAGMATISMO FORMAL BIG

por Jorge Cárdenas

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Bjarke Ingels y su firma BIG se perfilan como actores clave en el desarrollo de la arquitectura de este siglo. Conozcamos sus propuestas proyectuales y la forma en que éstas dan respuesta a distintas representaciones del poder.

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BIG - Bjarke Ingels Group, Maritime Museum of Denmark. Fotografía de Iwan Baan. Cortesía del museo.

Entrado el siglo XXI, uno de los nombres destacados en el relevo generacional dentro del panorama de la arquitectura contemporánea es el de Bjarke Ingels (Copenhague, 1974) y BIG (Bjarke Ingels Group), su oficina fundada en 2006. La genealogía de BIG tiene vínculos con la OMA (Office for Metropolitan Architecture, por sus siglas en inglés) y Rem Koolhaas, con quien Ingels colaboró en el proyecto de la Biblioteca Central de Seattle (1998-2001).

A propósito del número de Capitel sobre el poder, consideramos relevante abordar una idea que relaciona la arquitectura y sus posibilidades de instrumentalización desde un contexto avanzado. Es decir, si bien en la actualidad las condiciones de transformación social de la profesión están reducidas a un nivel casi inexistente, un enfoque vigente apunta a la capacidad de articular el entramado complejo en el que la arquitectura se sustenta, es decir, como condición material o realizada.

Sobre los medios de los que disponen esas voces hoy en día, la figura de Ingels es próxima a la representación del arquitecto global, mediático y multifacético. Parcialmente, esta orientación ya se esbozaba de modo incipiente con el papel del arquitecto en la modernidad, a pesar de la dicotomía que fluía entre el técnico y el artista. Sin embargo, hoy la figura se define con mayor precisión por una diversidad de aptitudes: impartir conferencias, publicar libros, tener experiencia docente, ser comisariado de exposiciones y -especialmente- estructurar un discurso “original” para el proyecto.

La oficina de Ingels, cuyo crecimiento ha sido exponencial en un tiempo breve, cuenta con sedes en Nueva York y Copenhague. La idea de poder que sugerimos en estas líneas tiene menos que ver con la conformación de una arquitectura al servicio de intereses políticos concretos, como con su significado para los procesos determinados por las fuerzas económicas dominantes: mismos que reclaman apresuradamente de soluciones cada vez más concretas. O del poder entendido como una capacidad: de adaptación a un contexto, de transmisión de una idea; sea por los medios tecnológicos disponibles o por la articulación de ese discurso que resulta atractivo para los medios especializados, los clientes potenciales o incluso la academia. En ese sentido, reflexionamos sobre las potencialidades de esta arquitectura como vehículo de comunicación y manifestación cultural de una realidad concreta.

Investigar “nuevos caminos” para la arquitectura y el urbanismo establece un enfoque aprendido de la metodología de OMA. Asimismo, los diseños de BIG son deudores de un innegable pragmatismo formal cuyo fin es exponer fundamentos “sencillos” para proveerla de sentido.

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"[...] la figura de Ingels es próxima a la representación del arquitecto global".

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De entre las constantes en el proceso de diseño, identificamos la importancia en la contextualización de los objetos-iconos que conforman sus propuestas, tal es el caso del Kistefos Museum: un cuerpo horizontal o edificio-puente que se posa sobre el caudal del río Randselva (Noruega) y se contorsiona para alterar la percepción de lo que de un lado es cerramiento y del otro es la cubierta, transformando el programa en el interior. De esta manera, su vínculo no es sólo formal sino conceptual con el parque de las esculturas donde se localiza. O el caso de The Spiral Tower, una anodina torre de cristal neoyorkina -aún en desarrollo- que abre en forma de hélice espacios verdes y terrazas en la periferia del edificio, fracturando la continuidad espacial típica de la torre en el interior y “extendiendo” el High Line -una vieja vía de metro elevada y reconvertida en parque- a las alturas.

En el balance entre la obra construida y el proyecto, momento crítico para el trabajo de todo arquitecto, destaca la intervención del Maritime Museum of Denmark. La estrategia en este caso se definió al soterrar las instalaciones del edifico debido a la presencia del Castillo de Kronborg, sitio con alto valor patrimonial. De esta manera, pudo reaprovecharse un antiguo muelle que facilitaría la interconexión entre espacios interior y exterior mediante pasarelas acristaladas, al tiempo que se generaba un patio, interviniendo discretamente el estado original. O el concluido recientemente Via 57 West en Manhattan, cuya memoria describe un “híbrido” entre el bloque de viviendas europeo y el rascacielos norteamericano. El resultado es un edifico chocante que en una de sus esquinas es puntiagudo y más elevado, abriendo así sus vistas al río Hudson y facilitando la conexión visual con el exterior a todos los departamentos.

Sobre el citado pragmatismo podemos decir que el procedimiento es parecido en todos los casos: se identifica un problema a resolver -que va de lo general a lo particular- y se configuran estrategias relacionadas con esquemas o diagramas que formalmente se traducen en esos objetos “esculturales” finales. Así, por medio de geometrías avanzadas, resultado de modulaciones y criterios familiares con la arquitectura paramétrica, quedan definidas unas posibilidades plásticas y espaciales que en otras épocas habrían sido técnicamente sólo fantasía. Será finalmente el tiempo, pero sobre todo la calidad, lo que determinará si el discurso de Bjarke Ingels y de BIG es capaz de subsistir por medio de una reinvención verdadera, o si atestiguaremos una fórmula cuyas aportaciones ya tienen fecha de caducidad.

BIG - Bjarke Ingels Group, La Maison Des Fondateurs (render). Cortesía de BIG.

Sala de exhibición del Maritime Museum of Denmark. Fotografía de Thijs Wolzak. Cortesía del museo.

BIG - Bjarke Ingels Group, The Spiral Tower (render). Cortesía de BIG.

BIG - Bjarke Ingels Group, Kistefos Museum (render). Cortesía de BIG.

BIG - Bjarke Ingels Group & Glessner Group, Via 57 West. Cortesía de BIG.

Jorge Cárdenas del Moral es arquitecto (UNAM, 2005) y Doctor arquitecto (UPM, 2016). Colabora con el grupo de investigación de crítica arquitectónica ARKRIT, adscrito a la Universidad Politécnica de Madrid. Centra sus intereses en el diseño arquitectónico y la crítica como instrumento del proyecto. Es amante de la música punk.

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