Jean Nouvel, Vista aérea del Museo Nacional de Qatar, 2019. Fotografía de Iwan Baan. Cortesía de Ateliers Jean Nouvel / Claudine Colin Communication. jeannouvel.com
por iam
EL RECIÉN INAUGURADO MUSEO NACIONAL DE QATAR DEL ARQUITECTO FRANCÉS JEAN NOUVEL CONJUGA EN SU ESTRUCTURA EL PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE UNA NACIÓN JOVEN, Y LOGRA MATERIALIZARSE, CON POTENCIA, COMO UN ESPEJISMO EN PLENO DESIERTO.
“La arquitectura es el arte de usar la fuerza de tu oponente en su contra. Cada vez que encuentras una limitante, debes aprovecharla. Debes llevarla a sus límites, darle un sentido más allá, para que parezca que lo hiciste a propósito”.
Jean Nouvel
Qatar es una nación relativamente joven, situada en el Golfo Pérsico, una península cuyo desierto se funde con el mar. Los cataríes descienden de nómadas árabes que se asentaron en este desierto marítimo. Algunos se convirtieron en pescadores, otros buscaron los tesoros que yacían bajo las olas de arena o del mar, otros más, inspirados por la localización privilegiada en el centro del Golfo, empezaron a generar lazos de comunicación con el exterior. Del impulso de esta metamorfosis, surgió Doha, la actual capital.
En los últimos años, Qatar ha construido varios edificios emblemáticos, como la Librería Nacional diseñada por OMA¹ y el Archivo Nacional de Qatar diseñado por Allies & Morrison.
Un vistazo a las fotografías de Doha en los años cincuenta y sesenta es suficiente para entender lo mucho que ha cambiado esa parte del mundo. De una aldea taciturna, brotó una capital de concreto y cristal.
¿Qué podría ser más natural que el deseo de hablar de esa metamorfosis? Y, ¿quién podría ser lo suficientemente elocuente para inmortalizar esta idea de manera imaginativa y contundente?
El Museo Nacional de Qatar, diseñado por el arquitecto francés Jean Nouvel (galardonado con el premio Pritzker en 2008), fue inaugurado el 28 de marzo de 2019 por su majestad el jeque Tamim bin Hamad Al Thani. El lugar simbólicamente designado para este propósito fue el palacio restaurado, cuna de la familia Al Thani en Doha, que se erige en la entrada más concurrida de la ciudad.
Todas las creaciones de Jean Nouvel son diferentes: sobresale por su iconicidad y fuerza poética. El arquitecto nunca ignora el contexto e incluso lo convierte en un factor crucial en su profesión. Su práctica gira en torno a la especificidad y nunca repite el mismo vocabulario. Para Nouvel, cada proyecto es un escenario para la transmutación: una síntesis entre la claridad y la sofisticación que mantiene el espíritu del lugar, los deseos de la comunidad y la ciudad, y la simbiosis con el paisaje.
Una de sus mayores fortalezas es ser osado a la vez que delicado. Nouvel nunca se preguntó cuál debía ser la forma del edificio, sino si el edificio debía tener una forma en sí. “Es una cuestión de erotismo” dice Nouvel acerca de su interés por la ambigüedad. “Desde el momento en que ves algo y entiendes todo, pierdes el interés. Necesitas experimentar algo, necesitas vivir algo. Pero, sobre todo, necesitas adentrarte en algo que no conoces, algo que promete profundidad. Necesitas creer que jamás conocerás el final”.
Su interés casi devoto por la relación entre el tiempo y la luz articula inteligentemente cada fachada y devela un impulso cinético que confiere identidad a su creación. Para él, la noción de permanencia es vital pero también lo es la sucesión de sensaciones capaz de ser transmitida por medio de la creación de un espacio definido y ambiguo a la vez. Esta relación inestable entre interior y exterior produce la sensación de estar habitando un microcosmos que al mismo tiempo extiende los límites del mundo que lo rodea.
Nouvel, que también diseñó el Louvre de Abu Dhabi y el Instituto del Mundo Árabe en París, se inspiró en las formaciones cristalinas que emergen en el desierto para hacer este museo. Utiliza discos curvilíneos de distintas dimensiones hechos con cubierta de acero en concreto reforzado con vidrio, intersectados en ángulos oblicuos en un diseño que permite diferentes terrazas y que sugiere el patrón entrelazado de los pétalos de la llamada “rosa del desierto”.
Con volúmenes variables y sin un punto de vista definido, este sistema de edificios es tan impresionante como seductor. El diseño del museo rechaza la simetría y apuesta, estética y funcionalmente, por el desequilibrio dinámico de las formas, al mismo tiempo que reproduce geometrías cristalinas del mundo biológico y mineral.
El color beige del edificio recuerda la arena del desierto circundante, pero su silueta ondulante, vista desde el mar, se refiere a paisajes oceánicos. “Todo en este museo siembra en el visitante la sensación del desierto y el mar,” declara el arquitecto.
El museo está organizado en tres “capítulos” cronológicos: Inicios (se refiere al periodo geológico antes de que los humanos habitaran la península), la vida en Qatar y la creación de la nación, representados en once galerías. La pieza central del conjunto es el palacio restaurado del jeque Abdullah bin Jassim Al Thani, el hijo del fundador del Qatar moderno.
El espacio está pensado para convertirse en un centro para el público, estudiantes y profesionales, redefiniendo el rol de las instituciones culturales y adoptando un espíritu de participación. Más allá de las galerías, cuenta con un auditorio de 220 asientos, dos tiendas, dos restaurantes y un café, un foro que preserva las tradiciones culinarias, un centro de investigación, laboratorios y un jardín repleto de plantas nativas.
El estudio arquitectónico puso de manifiesto la paradoja subyacente del proyecto: sugerir lo invisible, cristalizar un espejismo, contar una historia que no ha tenido tiempo de convertirse en mito, una fuerza en acción. El Museo Nacional de Qatar es una prueba de cuán intensa es esta energía y testificará la cultura y el patrimonio cataríes mientras celebra el futuro de la nación.
Jean Nouvel, Vista en primer plano de los discos entrelazados del nuevo Museo Nacional de Qatar, 2019. Fotografía de Iwan Baan. Cortesía de Ateliers Jean Nouvel / Claudine Colin Communication. jeannouvel.com
Esta relación inestable entre interior y exterior produce la sensación de estar habitando un microcosmos que al mismo tiempo extiende los límites del mundo que lo rodea.
Jean Nouvel, Vista del palacio histórico del jeque Abdullah bin Jassim Al Thani con una vista de primer plano del Museo Nacional de Qatar, 2019. Fotografía de Iwan Baan. Cortesía de Ateliers Jean Nouvel / Claudine Colin Communication. jeannouvel.com
Una de sus mayores fortalezas es ser osado
a la vez que delicado.
Jean Nouvel, Vista de primer plano de discos entrelazados del Museo Nacional de Qatar, 2019. Fotografía de Iwan Baan. Cortesía de Ateliers Jean Nouvel / Claudine Colin Communication. jeannouvel.com
Jean Nouvel, Vista del patio del Museo Nacional de Qatar desde el histórico palacio del jeque Abdullah bin Jassim Al Thani, 2019. Fotografía de Iwan Baan. Cortesía de Ateliers Jean Nouvel / Claudine Colin Communication. jeannouvel.com
iam es un colectivo de individuos interesados en la arquitectura y el diseño que conducen actividades profesionales y académicas en México y los Estados Unidos.
1. Para más detalles sobre la Biblioteca Nacional de Qatar de OMA consulta el texto Arquitectura-Creatividad por iam en la edición no. 14 de Capitel. https://bit.ly/2UofhLf