Joanie Lemercier, Brume (tests) [Bruma (pruebas)], 2018. ©Studio Joanie Lemercier.
por Elena Tudela Rivadeneyra
EL ARTISTA FRANCÉS JOANIE LEMERCIER UTILIZA LA LUZ Y LA PROGRAMACIÓN DIGITAL PARA CREAR FORMAS Y PAISAJES NATURALES DE UNA ESTÉTICA MINIMALISTA QUE DESARTICULAN Y CUESTIONAN NUESTRA PERCEPCIÓN DEL ENTORNO QUE HABITAMOS Y EN ESA MEDIDA, CONCIENTIZAN, DESDE LA EXPERIENCIA, SOBRE NUESTRA RELACIÓN CON LA NATURALEZA.
Los límites planetarios, la degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático forman parte de una de las crisis más importantes que hemos enfrentado como civilización. Es cada vez más evidente que esta crisis multifacética debe atenderse de manera urgente y prioritaria, y que para lograr revertir o detenerla no es suficiente la vasta y ardua labor científica, sino conseguir implicar a todo sector de la sociedad. Muchas formas de activismo han surgido en diversos formatos, entre ellos, el cultural. Sin embargo, no todo activismo concientiza o transforma la percepción colectiva de manera significativa. Los ambientalistas nos comunican constantemente que las externalidades de nuestra forma de habitar el planeta no son realmente externas, sino que han permanecido fuera de nuestra vista, por lo que llevar estas externalidades negativas a la conciencia pública es un trabajo relevante. En esta tarea se ha implicado el artista visual francés Joanie Lemercier, especialista en medios digitales, proyección con luz y pionero en tecnología de videomapping, quien ha incrementado su interés en los temas medioambientales y los ha incorporado a su trabajo consiguiendo conectar afectivamente con su público.
La obra de Joanie Lemercier y de su estudio en Bruselas explora la utilización de la luz en la percepción humana, mediante proyecciones y programación digital para modificar nuestra noción de la realidad. Es común entre sus obras trascender la bidimensionalidad de una proyección para explorar su potencial espacial y atmosférico y, de esta manera, construye experiencias espaciales sensibles. La geografía como paisaje es un tema frecuente en sus piezas, así como el cuestionamiento respecto de la relación entre naturaleza y artificio. En su trabajo se puede intuir un diálogo entre las geometrías minimalistas y sencillas y la complejidad y aleatoriedad de las formas naturales traducidas en líneas, vectores y pixeles.
En la serie de instalaciones titulada Brume, que ha desarrollado desde 2017 hasta la fecha, utiliza un equipo de agua atomizada y luz como medio fluido para generar una experiencia espacial efímera e inmaterial. Usa formas geométricas sencillas proyectadas tridimensionalmente, y su movimiento genera el efecto de inmersión en el espectador. Por otra parte, en la obra View from the moon (2020), proyecta sobre distintos edificios al planeta representado de manera inerte, sin océanos, como si lo viéramos desde la Luna en un futuro distópico aparentemente carente de vida. Cambiar la escala desde una que se basa en el cuerpo humano sensible, a una escala extra planetaria nos conduce a reflexionar racionalmente sobre nuestro poder de transformación antropocéntrica. Dicha pieza nos confronta con la belleza de un planeta al que ya no pertenecemos, del cual hemos sido expulsados.
La obra de Joanie Lemercier y de su estudio en Bruselas explora la utilización de la luz en la percepción humana, mediante proyecciones y programación digital para modificar nuestra noción de la realidad.
Por último, la obra denominada The Hambach Forest and the Technological Sublime (El bosque de Hambach y lo sublime tecnológico), desarrollada entre 2019 y 2021, demuestra de manera clara su carácter político. En ella muestra, por medio de proyecciones de video a gran escala, la devastación que crea la mina de carbón más importante del continente, asociada a la deforestación de uno de los bosques más importantes y antiguos de Europa ubicado en Alemania. La violencia brutal con que se sustituye un recurso natural por un servicio contaminante y el efecto que tiene en la atmósfera y sobre ciertas edificaciones cercanas a la mina, se ven posteriormente desafiadas, en la última de las proyecciones de la serie, por la oposición del grupo activista de Extinction Rebellion. Nos recuerda que somos simultáneamente individuos que perciben de manera sensorial y miembros de un cuerpo colectivo con un mayor potencial de transformación de nuestros entornos.
El trabajo de Joanie Lemercier confronta la noción de naturaleza de la realidad con la de la realidad de la naturaleza. Diluye la diferencia que existe entre ambos conceptos utilizando la tecnología como un mediador con el ser humano y su percepción de los entornos que habita. Es así como su trabajo abre la puerta más a preguntas desde lo experiencial que a posturas éticas y estéticas fijas. Su obra trasciende la dicotomía histórica del entendimiento de la naturaleza como amenazadora o como fuente de inspiración inigualable para hacer convivir ambos desde una posición política de gran sensibilidad y, por lo tanto, de gran alcance y relevancia en la actualidad.
Nos recuerda que somos simultáneamente individuos que perciben de manera sensorial y miembros de un cuerpo colectivo con un mayor potencial de transformación de nuestros entornos.
Joanie Lemercier, Brume (Bruma), 2018. ©Studio Joanie Lemercier.
Joanie Lemercier, View from the Moon [Vista desde la luna] en Maintenant Festival, octubre 2020. ©Juliette Bibasse.
Joanie Lemercier, Here once stood a forest (Aquí hubo una vez un bosque). ©Studio Joanie Lemercier.
Joanie Lemercier, Slow Violence (Violencia lenta) - Bagger Hambach, 2019 - a la fecha. ©Studio Joanie Lemercier.
www.joanielemercier.com | Instagram @joanielemercier
Elena Tudela Rivadeneyra es profesora e investigadora de la Facultad de arquitectura de la UNAM y cofundadora de ORU (Oficina de Resiliencia Urbana). Cuenta con una Maestría en arquitectura en diseño urbano por la Universidad de Harvard y actualmente es candidata doctoral en la Facultad de arquitectura de la UNAM. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA-CONACULTA desde 2020.