por Melissa Mota
LOS JARDINES HAN SIDO PUNTOS DE ENCUENTRO ENTRE EL SER HUMANO Y LA NATURALEZA. TAN ANTIGUOS COMO EL SURGIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN, HAN SERVIDO COMO DEPÓSITOS DE CREENCIAS SAGRADAS, ESPIRITUALES, ESTÉTICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DE CADA CULTURA. EN ESTA LÍNEA, LA EXPOSICIÓN GARDEN FUTURE: DESIGNING WITH NATURE EN EL VITRA DESIGN MUSEUM EN ALEMANIA, EXPLORA CÓMO EL DISEÑO DE JARDINES REFLEJA TANTO COSMOVISIONES PARTICULARES, COMO LAS NECESIDADES HUMANAS DE CADA ÉPOCA.
Esencialmente, un jardín es aquel terreno separado de su entorno por algún tipo de margen, de hecho, etimológicamente, proviene del franco gard, que significa “cercado” o “espacio limitado por una cerca”. Esta demarcación permitió que los grupos humanos se separaran de un contexto amenazante e incorporaran sólo aquellos elementos de la naturaleza deseables y controlables.
Desde su aparición, estuvo íntimamente relacionado con lo divino, en especial, con el concepto de paraíso —palabra cuyo origen avéstico también se refiere a un cercado—. Desde los jardines egipcios, mesopotámicos, persas y griegos hasta los budistas, árabes y católicos (hortus conclusus) se buscaba representar un lugar sagrado en la Tierra.
En el absolutismo francés el jardín perdió su sacralidad para convertirse en un espacio de ocio para la aristocracia. Los inmensos jardines diseñados geométricamente y la instauración del césped uniforme, reflejaban, no sólo la disciplina y el poder de la monarquía, también el dominio del racionalismo y, por lo tanto, el sometimiento de la naturaleza. Fue a raíz de la Revolución Industrial y las reformas urbanísticas del siglo XIX cuando el jardín comenzó a tomar un carácter público y social (sobre todo con los parques). La arquitectura modernista lo incorporó en sus proyectos de viviendas sociales y se convirtió en un elemento recurrente en la planeación de ciudades.
A partir del surgimiento del ambientalismo en la década de los setenta hasta ahora, el foco ha estado en hacer uso del jardín para resolver problemas que el mismo ser humano ha causado, como el calentamiento global. Con la intención de explorar la capacidad que el jardín tiene para diseñar futuros social y ecológicamente más justos, el Vitra Design Museum presenta la exposición Garden Future: Designing with Nature. Además de ofrecer un recorrido histórico, la muestra se centra en proyectos clave e innovadores del pasado reciente que han pensado desde otros lugares la función y significado de los jardines.
Piet Oudolf, Jardín Oudolf en el Vitra Campus, Weil am Rhein, 2020. © Vitra, fotografía de Dejan Jovanovic.
Se exhibe, por ejemplo, el proyecto utópico de la Ciudad jardín de Ebenezer Howard, que imaginaba un punto medio entre la vida rural y urbana, o los jardines del arquitecto brasileño modernista Roberto Burle Marx, que incorporó (e incluso descubrió) plantas nativas del Amazonas, no sólo con fines estéticos para sus diseños abstractos, también para proteger las especies endémicas. Asimismo, se incluyen modelos del paisajismo basado en la variedad de plantas y flores de Piet Oudolf, que se caracterizan por respetar los ciclos de cada estación y resaltar la belleza de todas las etapas de la vida natural (nacimiento, florecimiento y muerte).
El jardín usado como espacio político se destaca en propuestas decoloniales como las planteadas por Julia Watson en su libro Lo-Tek: Diseño de indigenismo radical, en el que recupera tecnologías de cultivo ancestrales olvidadas que, a diferencia de las que explotan los recursos indiscriminadamente, están en equilibrio con el ecosistema y generan una simbiosis entre las especies (como la milpa maya o los humedales de Calcuta). Otra enunciación en este mismo sentido es la de Céline Baumann quien sugiere un parlamento de plantas y una democracia verde, en la que estén involucradas especies no humanas para tomar decisiones basadas en el bien común y albergar a otros seres vivos en los hábitats humanos. También destaca el activismo social de las Green Guerrillas de Liz Christy, que transformaron lotes abandonados de Nueva York en espacios verdes y huertos comunitarios.
El jardín se transforma y se moldea continuamente. Ha sido espacio sagrado, de goce, encuentro, identidad, colaboración, sanación, recreo, descanso, refugio, contemplación, reconexión, coexistencia, protesta y resistencia. Estos y todos los proyectos que concentra la exposición, demuestran que el diseño ha contribuido no sólo a idear jardines que resuelvan necesidades del presente, sino a proyectar futuros habitables y, de esta manera, retomar su función original de ser intermediarios entre el humano y la naturaleza.
Piet Oudolf, Jardín Oudolf en el Vitra Campus, Weil am Rhein, 2020. © Vitra, fotografía de Dejan Jovanovic.
Desde los jardines egipcios, mesopotámicos, persas y griegos hasta los budistas, árabes y católicos (hortus conclusus) se buscaba representar un lugar sagrado en la Tierra.
Piet Oudolf, Jardín Oudolf en el Vitra Campus, Weil am Rhein, 2020. © Vitra, fotografía de Dejan Jovanovic.
Con la intención de explorar la capacidad que el jardín tiene para diseñar futuros social y ecológicamente más justos [se] presenta la exposición Garden Future: Designing with Nature.
French Garden Chair (Silla de jardín francesa), circa 1850-1900. © Vitra Design Museum, fotografía de Jürgen Hans.
Céline Baumann, Parliament of Plants (Parlamento de plantas), 2020. © Studio Céline Baumann.
Roberto Burle Marx, Diseño para la terraza del Ministerio de Educación y Salud, Río de Janeiro, 1938. © Burle Marx Institute Archive.
www.design-museum.de | Instagram @vitradesignmuseum
Melissa Mota es historiadora del arte por la Universidad Iberoamericana, cuenta con una Maestría en historia del arte por la UNAM y actualmente es doctoranda de la misma institución. Fue coordinadora de la galería Ángulo Cero, un espacio dedicado a la intersección entre el diseño y el arte, y ha colaborado para revistas como Código y Gatopardo.