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Educación corporal y conocimiento

por Fernando Torres García

EL CUERPO Y LAS EXPERIENCIAS SENSIBLES QUE TENEMOS A TRAVÉS DE ÉL SON PARTE FUNDAMENTAL DE NUESTRA VIDA. EN ESTE SENTIDO, VALE LA PENA REPLANTEARNOS EL LUGAR DE LA EDUCACIÓN EN EL ÁMBITO CORPORAL PARA LOGRAR UN CONOCIMIENTO MUCHO MÁS INTEGRAL DEL MISMO.

Cirque du Soleil, Aerial Cube - Mystère (Cubo aéreo - Mystère).  Fotografía de Matt Beard. Vestuario de Dominique Lemieux. Mystère es un espectáculo que, a través de proezas atléticas y acrobáticas, explora los propios misterios de la vida creando bellas imágenes que nos incitan a vivir con intensidad.

La educación del cuerpo ha estado marcada en buena medida por la idea de hacer de él una entidad dócil y eficiente (cuerpo-acrobático), sin embargo, considero que debería verse desde una perspectiva más amplia, rica y diversa. Un primer aspecto a tener presente es que los seres humanos somos cuerpo, una realidad corporal de la que emana todo lo que sentimos, pensamos y deseamos. Una entidad corporal, convertida en el lugar en que existimos, tanto, que el filósofo Jean Luc Nancy la expresa como “el cuerpo da lugar a la existencia”. En él se suscitan las experiencias cotidianas y los acontecimientos que marcan de manera significativa nuestra vida, porque al jugar, trabajar y amar, nuestra corporeidad se manifiesta en todo su esplendor. Al respecto y con gran certeza dice Nietzsche: “cuando nuestro cuerpo está entusiasmado, habría que restarle importancia al alma”. 

El segundo aspecto es concebir a la educación “como una experiencia de sentido” (Bárcena, 1996), como un suceso central en la vida de todo ser, por la que nos convertimos en humanos como lo expresaría Kant. A lo largo de nuestra existencia somos partícipes de procesos educativos (experiencias) que marcarán nuestras vidas de manera definitiva, desde la infancia estamos expuestos a un conjunto de acciones cuya firme intención es formar un ser humano. Somos lo que el otro o los otros han hecho de nosotros, ya que las generaciones adultas realizan una tarea vital sobre las jóvenes, al transmitir los elementos socioculturales que consideran necesarios para vivir en sociedad.

Si lo observamos, el proceso educativo de nuestra primera infancia recae sobre el cuerpo, crecemos a partir de una educación corporal. El bebé llega al mundo como un organismo biológico que tiene vida y debe convertirse en un ser social; en su horizonte aparece la madre que se encargará de los primeros cuidados: ella lo amamanta (el contacto boca-pecho, una primer experiencia vital cuerpo a cuerpo), lo asea (las manos de la madre tocarán todo el cuerpo del pequeño), lo ejercita (mueve sus brazos, sus piernas, lo rueda, entre otras cosas). Más tarde lo sostendrá para motivarle a dar sus primeros pasos, y cuando el niño logra caminar por sí solo, se vuelve autónomo y curioso. Para ello el niño cuenta con poderosas herramientas: huele, lame, toca, mira y escucha: sus sentidos están en alerta permanente y se agudizan para conocer (apropiarse de la realidad).

Llegará el momento de sentarse a la mesa con las indicaciones ineludibles: “lávate las manos porque vamos a comer”, “debes masticar con la boca cerrada” y otras que con el tiempo se convertirán en hábitos básicos de toda persona civilizada. En este proceso de socialización, la educación corporal hace acto de presencia de manera evidente, el cuerpo experimenta, se equivoca, corrige, disfruta y aprende.

La educación corporal tiene que ver con un espectro más amplio que inicia desde la primera infancia y debe sin duda prolongarse hasta la vejez. Algunos aspectos que deben ser considerados: adquirir hábitos higiénicos, una alimentación apropiada y el consumo responsable, la práctica de actividades físicas y deportivas (acordes a su edad), participar en las diversas manifestaciones artísticas y aprender la expresión corporal, el descanso reparador y el ejercicio de una sexualidad responsable. Si en un primer momento los adultos llevan a cabo los primeros cuidados y éstos logran impactar, posteriormente será uno mismo quien se hará cargo.

Aquí entra en escena el conocimiento. Para poder llevar a cabo cualquier acción educativa, el profesional y/o especialista (profesor de educación física, danza, expresión corporal, fisioterapeuta, entrenador deportivo), debe tener conocimientos específicos de su campo profesional. Estos especialistas trabajarán con niños y niñas, adolescentes, jóvenes (incluso con adultos mayores), su tarea no es un asunto menor y, por lo tanto, deben tener conocimientos de pedagogía y psicología del desarrollo, de historia de la disciplina, de las técnicas propias, de las didácticas y sus estrategias específicas. Sin esos conocimientos y lo que se deriva de ellos, no se puede realizar una acción educativa significativa.

¿A quién recurrir? A los conocimientos que nos han legado los grandes pedagogos (Locke, Rousseau, Pestalozzi, entre otros), además de conocer los aportes recientes de quien se da a la tarea de pensar el campo de lo educativo. El especialista de la educación corporal debe estar inmerso en un proceso de formación permanente, lo que le permitirá estar al tanto de los nuevos planteamientos, para que éstos lo armen de mejor manera en su trabajo cotidiano y pueda profundizar en él.   

Los especialistas de la educación corporal deben conocer el contexto en el que se realiza su trabajo, no pueden estar al margen del mismo. Tener presente que en las dos últimas décadas, enfermedades como obesidad, anorexia y bulimia, se han convertido en un problema de salud pública. A ellas se suman las enfermedades con las que están relacionadas: diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, enfermedades articulares degenerativas, y demás. Al respecto, los números son escalofriantes: en México, cuatro de cada diez niños y siete de cada diez adultos padecen obesidad, con lo que le disputamos a los Estados Unidos el primer lugar a nivel mundial en esta terrible enfermedad. Otra situación inquietante es el incremento significativo de adolescentes y jóvenes embarazadas, quienes, tal vez, no tuvieron acceso a una información sobre el ejercicio de una sexualidad responsable.

Ante esta situación, la educación corporal juega un papel fundamental: todos debemos aprender a cuidar nuestro cuerpo, ocuparnos para expresar en acciones concretas sobre nuestra corporeidad. Ya que en el trascurso de la vida se van realizando cambios significativos, que hacen que modifiquemos aspectos de nuestra vida cotidiana y los cuidados estén acorde a las nuevas circunstancias y mediados por la prudencia.

Para ello, algunas consideraciones pueden ser que:

• El conocimiento juega un papel de primer orden en todo aquel que ha decidido ser educador;

• Padres de familia, profesores de educación básica, educadores físicos, pedagogos, maestros y entrenadores deportivos, tienen una responsabilidad ética sobre los suyos;

• La educación corporal debe apostar por una “poética del cuerpo” para que los cuerpos se manifiesten, conozcan, se emocionen, expresen y se comuniquen con otros cuerpos, y así, crear nuevas realidades.

Cirque du Soleil, Cerceau Water Bowl - Amaluna (Aro aéreo sobre caldero de agua - Amaluna) , 2015. Amaluna cuenta la historia de amor entre la hija de la diosa Prospera y un joven extranjero en la que ambos deberán superar contratiempos para probar su amor mutuo.

Cirque du Soleil es una compañía canadiense de entretenimiento creada por Guy Laliberté y Daniel Gauthier en 1984. El trabajo que presentan alrededor del mundo es una auténtica muestra de una conciencia y conocimiento integral del cuerpo en la vida cotidiana. Los dos espectáculos que se muestran en las imágenes se presentan en el hotel Treasure Island en Las Vegas.
cirquedusoleil.com

Ambas imágenes: Fura dels Baus, Fura dels Baus en la Plaza Independencia en Montevideo, Uruguay, 2011. Imagen de Bicentenario Uruguay. Tomadas de flickr. 

[…] todos debemos aprender a cuidar nuestro cuerpo, ocuparnos para expresar en acciones concretas sobre nuestra corporeidad.

BIBLIOGRAFÍA
Bárcena, F. (1996). La experiencia reflexiva en educación. Madrid: Paidós
Foucault, M. (2006). Hermenéutica del sujeto. México: F. C. E.
Nancy, J. L. (2003). Corpus. Madrid: Arena libros
Torres García, F. (2010). De los cuerpos dóciles a los cuerpos siniestros. Una historia del cuerpo en la modernidad. México: Torres y Asociados

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Fernando Torres García es profesor en la Escuela Superior de Educación Física de la CDMX y en la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 153. Es Doctor en educación por la UPN. Miembro de Sistema Nacional de Investigadores.

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