Jarek Puczel, On the Shore (En la costa), 2013. Cortesía del artista.
por José Carlos Alejandro Juárez Pineda
CUANDO TRABAJAMOS CON FAMILIARES O CON NUESTRA PAREJA ES IMPORTANTE FOMENTAR UNA BUENA COMUNICACIÓN, SABER DEFINIR LOS LÍMITES ENTRE EL ÁMBITO LABORAL Y LA VIDA PRIVADA, ASÍ COMO REAFIRMAR EL COMPROMISO CON NUESTROS SERES QUERIDOS TODOS LOS DÍAS.
Vivimos en una época en la que cada día nacen nuevos emprendedores. Muchos jóvenes millennials desean tener la libertad de ser su propio jefe y tienen a su alcance la información suficiente por medio de diferentes plataformas de internet para iniciar un negocio.
Para muchos se debe a la nueva era de la publicidad gratuita en las redes sociales, a una adecuada dirección emprendedora y hasta al apoyo económico de diferentes instituciones por medio de programas sociales para emprendedores (incluida la banca de segundo piso). Incluso, en diferentes universidades, está considerada la materia para fomentar un “proyecto emprendedor”.
En este contexto nacen nuevos empresarios. También es común que el negocio sea un proyecto en pareja y que algunas veces los miembros de la familia participen.
En la pareja en particular, ¿qué sucede con el amor cuando hay tantas decisiones que tomar a diario? En ocasiones las decisiones deben ser frías velando por los intereses del negocio y pueden incomodar o hacer sentir que se desestima a la pareja, olvidando que lo que se espera de la dirección del negocio es que lleve el barco a buen puerto.
La dirección empresarial espera que los colaboradores remen hacia un mismo punto y hasta con un mismo ritmo y esmero que resulta también de suma importancia.
Como en ningún tutorial se encuentra el consejo que ayude a tener palabras con la intensidad, entonación y actitud adecuada para los momentos difíciles, lo más recomendable es tener perfectamente separadas la relación familiar de la laboral.
Siguiendo con la analogía del barco, lo más conveniente es que todos remen hacia el mismo punto, y para eso, es necesario tener muy claro que el concepto no significa que se debe hacer todo juntos y trabajar las mismas horas. Remar hacia un mismo punto, en este caso, significa querer llegar al mismo lugar.
Como dijo Séneca: “Cuando un hombre no sabe hacia dónde navega ningún viento le es favorable”. Lo anterior también incluye tener expectativas similares, a corto o largo plazo, lo cual también implica que todos los miembros de la familia que participen en el negocio tengan claro lo que está sucediendo en cada una de las etapas del proceso administrativo, ya sea planeación, organización, dirección y control. Si todos están enterados de los objetivos, se propiciará la igualdad de fuerza y entusiasmo en la consecución de los fines.
Otra parte importante en la dirección de una empresa es saber delegar de acuerdo con las características de cada integrante del equipo para asignar determinados trabajos. Como dijo Einstein “Si juzgamos a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.
Los cargos de los colaboradores se deben asignar en función de sus habilidades. Así cada uno de los miembros de la familia realizarán lo que mejor saben hacer y podrán explotarlo al máximo, incrementando la producción y beneficios de la empresa.
Tommy Ingberg, Romantic (Romántico), 2012. Cortesía de Saatchi Art.
Tommy Ingberg, Romantic 3 (Romántica 3), 2014.. Cortesía de Saatchi Art.
Tommy Ingberg, Invisible Man (Hombre invisible), 2016. Cortesía de Saatchi Art.
Es importante encontrar espacios, momentos para descansar y retomar fuerza, renovar objetivos y sanar los malentendidos. Todo esto reafirmará el compromiso de cada uno.
Tommy Ingberg, Uncertainty (Incertidumbre), 2016. Cortesía de Saatchi Art.
La claridad de objetivos ayudará a que el grupo sepa cuál es la meta y lleve a cabo actividades claras para su consecución. De otra manera, sería ilógico poner a todos a remar en el lado derecho o peor aún, si algunos reman hacia direcciones distintas. Por eso, es necesario:
Conocer al equipo y sus características, lo cual ayudará a tener confianza al momento de delegar, actividad indispensable en el liderazgo de una empresa.
La buena comunicación en la empresa, para generar confianza, propiciar entusiasmo y una acertada dirección.
En el barco como en los negocios, si alguien cree que otros reman menos, más lento, o que ya dejaron de remar, cambiará el ritmo que se llevaba, incluso cuando el otro no haya tenido ningún cambio.
Es necesario que el equipo confíe en que todos tienen el entusiasmo necesario para alcanzar las metas; preocuparse por los demás también es otra práctica muy recomendable. La famosa frase de John F. Kennedy: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”, se puede adaptar a la empresa y ponerse en práctica en nuestro negocio.
Entendamos que empresas fuertes hacen colaboradores fuertes, en momentos difíciles… Acudo al poema “If” de Rudyard Kipling para ilustrar esto: “Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques… Date una tregua ¡Pero no claudiques!”
En familia, o en pareja, al final de una jornada y preferentemente todavía en las instalaciones del negocio (en caso de que existan, lo cual es recomendable), todos deben retroalimentar energía, percepciones y calificativos del mismo negocio. Es importante encontrar espacios, momentos para descansar y retomar fuerza, renovar objetivos y sanar los malentendidos. Todo esto reafirmará el compromiso de cada uno.
Nunca olvides que la vida es como remar en el mar, todos los días cambia y es un gran reto.
Por último, debes tener claro que la motivación es el amor al negocio, a la pareja y la familia. Si se logra poner el alma y la filosofía familiar en el negocio, es posible vivir mejor día a día y construir empresas de gran valor convirtiendo a las relaciones familiares en una fuente de inspiración, de liderazgo, de adopción de buenas prácticas y de producción de beneficios tangibles que van más allá de lo económico.
José Carlos Alejandro Juárez Pineda es director de Juárez De la Fuente y Compañía S.C. Firma de contadores y abogados (sociedad profesional familiar constituida en diciembre de 2000).