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ARQUITECTURA PARA MOVERSE: EL TROLLSTIGEN VISITOR CENTRE

Todas las imágenes: Reiulf Ramstad Architects, Trollstigen Visitor Centre, 2012. Cortesía de RRA. reiulframstadarchitects.com 

por Jorge Vázquez Ángeles

EL PROYECTO DEL TROLLSTIGEN VISITOR CENTRE ES UN CLARO EJEMPLO DE CÓMO LA ARQUITECTURA, LA NATURALEZA Y EL HOMBRE PUEDEN TENER UN DIÁLOGO FLUIDO QUE PONE LA EXPERIENCIA EN MOVIMIENTO.

Reiulf Ramstad Architects (RRA) es un despacho de arquitectura con sede en Oslo, Noruega. Su filosofía de trabajo apuesta por crear “una arquitectura audaz y sencilla”, muy arraigada al contexto escandinavo, especialmente con el paisaje natural. Estas premisas se cumplen a cabalidad en el Trollstigen Visitor Centre, terminado en 2012.

El proyecto se ubica en los fiordos del valle de Romsdal, al oeste de Noruega, en un área natural protegida por la UNESCO llamada Geirangerfjord, donde inicia una ruta hacia Trollstigen, o “carretera de Trolls”, un camino de once curvas pronunciadas excavado a mano en las laderas de las montañas, y que se eleva a 858 metros sobre el nivel del mar hasta llegar a una meseta natural con vistas espectaculares hacia acantilados, nubes y cascadas.

Al ser uno de los puntos de mayor atracción turística, el sitio necesitaba instalaciones y servicios para mejorar las condiciones de los visitantes de acuerdo con un plan nacional de impulso y promoción de 18 rutas turísticas.

Por ello, RRA definió el concepto del proyecto a partir de dos oposiciones: transiciones entre lo artificial y lo natural —lo construido y su relación con el paisaje—, y lo estático con lo dinámico, cuya base son las aguas del río Istra y su ciclo temporal de nieve y agua. Después de establecer esto, se planteó la solución para enfatizar dichas oposiciones: el Centro de visitantes y una serie de miradores conectados mediante una pasarela.

El edificio principal, rodeado por una represa de aguas transparentes del Istra, se levanta sobre un zócalo de piedra natural. Consta de dos volúmenes intersectados de concreto aparente, de losas cuya inclinación recrea los picos de las montañas. El resto es vidrio, capaz de soportar las ventiscas del otoño y del invierno.

[…] la experiencia de esta ruta turística [es] una sensación interminable de adrenalina.

Plataforma Trollstigen. Fotografía de Diephotodesigner.de

Refugio de montaña Trollstigen. Fotografía de Diephotodesigner.de

Una vez dentro, los visitantes pueden tomar café, guarecerse del frío frente a una chimenea y recibir información turística, al tiempo que las amplias cristaleras les permiten estar en contacto con el entorno.

La losa más larga e inclinada que cubre la zona de mesas está proyectada como una terraza al aire libre, accesible al público mediante una larga escalinata que cuenta con bancas y mesas para tomar café al aire libre y admirar el paisaje, sobre todo en primavera y verano, cuando sube la temperatura. La otra losa, más pequeña, es una azotea verde.

Un segundo volumen más bajo y con forma de talud corre paralelamente al río. Contiene áreas de servicios y tiendas de recuerdos con vistas hacia el agua y la montaña, separando el área de estacionamiento.

El Centro de visitantes es un proyecto sustentable: cuenta con generadores de energía, toda el agua que utiliza se recicla y reúsa, y mediante sistemas de vacío, las aguas negras se reducen al máximo. Además, ha sido diseñado para soportar las condiciones del invierno, cuando queda cubierto por una capa de hasta siete metros de nieve. De acuerdo con RRA, el costo de mantenimiento es mínimo.

El punto central del proyecto está afuera. De los volúmenes estáticos se pasa al movimiento continuo de la pasarela que conduce a los miradores. Esta estructura ligera se sostiene mediante esbeltas columnas de acero que parecen descansar suavemente sobre la roca de la montaña.

Al atravesar el río, los visitantes transitan por este camino de acero y concreto que va adaptándose a las condiciones del terreno. La mano de los arquitectos no ha impuesto un recorrido, sino que ha dejado que la montaña diseñe la ruta.

Refugio de montaña Trollstigen. Fotografía de Diephotodesigner.de

De los volúmenes estáticos se pasa al movimiento continuo de la pasarela que conduce a los miradores.

Si fueran dramaturgos, los integrantes de RRA serían expertos en generar la tensión que antecede a una revelación dramática: bajo la premisa de aprovechar al máximo la naturaleza escandinava, de pronto la pasarela se interrumpe y se transforma en terrazas provistas de lugares para sentarse y descansar, justo donde el paisaje es inmejorable.

Los miradores son el punto culminante del recorrido: el primero se extiende quince metros por encima de una cascada; al otro, el más alejado, se llega por medio de una larga escalera que desciende, da vuelta alrededor de una roca y queda suspendido. Combina concreto, placas de acero que irán oxidándose al paso del tiempo, y paneles de vidrio para asomarse al vacío y admirar las montañas, el río y las curvas de la carretera que el rey Haakon VI mandó construir en 1936. Cuando comienza a anochecer, este mirador queda por encima de las nubes. Quizá por eso las páginas noruegas de turismo resumen la experiencia de esta ruta turística como una sensación interminable de adrenalina.

Aunque no forma parte de este proyecto, pero sí del plan global de turismo, RRA también ha diseñado y construido un restorán de vidrio al pie del Romsdal, la roca vertical más alta de Europa, llamado Troll Wall Restaurant y que sigue las mismas pautas de diseño: arquitectura audaz y sencilla que sabe comunicarse con el paisaje.

Sendero Trollstigen. Fotografía de RRA.

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Jorge Vázquez Ángeles (CDMX, 1977). Escritor y arquitecto. Estudió en la Universidad Iberoamericana. Es autor de la novela El jardín de las delicias (Jus, 2009). Publica periódicamente textos sobre arquitectura en Casa del Tiempo, revista de la UAM.

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