NUTRICIÓN Y EQUILIBRIO: NO EXISTEN LOS ALIMENTOS BUENOS, NO EXISTEN LOS ALIMENTOS MALOS

por Fernanda Montes de Oca
imágenes de Magali Polverino

Estamos acostumbrados a categorizar los alimentos como buenos y malos: menús nutritivos por un lado, placeres culposos por el otro. Este texto nos invita a problematizar y contextualizar cada situación, considerando el equilibrio de los múltiples factores que afectan nuestra alimentación para llegar a prácticas concretas, personales y saludables en la acepción integral del término. 

No comas trigo, no cenes fruta, no consumas carnes rojas, ni embutidos. No comas huevo, sube el colesterol. Despídete de los lácteos. La avena no es tan buena como crees, tampoco las espinacas”.

Estos ejemplos demuestran la demonización de alimentos en redes sociales. No hay día que no se me atraviese una publicación con declaraciones radicales acerca de sustancias químicas, anti nutrientes o de horarios ideales para comer y no comer; en muy pocas de ellas se habla de la importancia del equilibrio y de individualizar las recomendaciones.

Causas de la demonización y de la clasificación de los alimentos como “buenos” o “malos”
Algo que tienen en común todas estas publicaciones es la mala interpretación de la ciencia y la falta de contexto.

Para llegar a resultados científicos, los investigadores siguen un método y los resultados se informan en términos estadísticos. Raramente, las conclusiones reportan un 100%, es decir, muy pocas veces las conclusiones son tajantes. Entonces, ¿por qué leemos tanta información radical en redes sociales? Quisiera creer que es porque a los seres humanos nos cuesta entender el balance, porque es más fácil prohibir y, además, porque ese tipo de comunicación vende más.

El otro problema es la falta de reflexión alrededor del contexto. Primero, no todos somos iguales. Un ejemplo que se me ocurre es el de los lácteos. Sí hay personas que nunca deberían tomar leche entera: los intolerantes a la lactosa. De ahí en fuera, los beneficios de la leche dependerán del contexto de cada quien.

Todo está en el equilibrio
Confieso que yo no soy muy estricta y durante mi consulta, invito a mis pacientes a que “rompan la dieta”. La idea es probar el equilibrio entre lo que nos gusta, nos hace bien y lo que tiene beneficios con evidencia científica.

Tres consejos para empezar a probar ese equilibrio:

  • Recordar que existen tres macronutrientes: proteína, grasa y carbohidratos. Intentar incluir los tres en cada tiempo de comida y sobre todo, no olvidar la proteína.
  • Si es fin de semana y sabemos que el contexto de la convivencia familiar se da alrededor de la mesa, intentar escoger primero alimentos con beneficios conocidos: frutas, verduras, pescado, agua natural, y después todo lo demás.
  • Ningún alimento está prohibido. Lo que está prohibido es el exceso. Un estudio reciente demostró que tomar alcohol está asociado a mayor riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, existían algunos atenuantes. Estos tenían que ver con la cantidad de alcohol y con el contexto de cada persona. Es decir, los que llevan un estilo de vida saludable (hacen ejercicio, mantienen un porcentaje de grasa corporal óptimo y demás) y toman alcohol, tienen menos riesgo de enfermedades que aquellos que no cuidan ningún otro aspecto de su salud.

Ningún alimento está prohibido. Lo que está prohibido es el exceso.

La idea es probar el equilibrio entre lo que nos gusta, nos hace bien y lo que tiene beneficios con evidencia científica.

Preguntas para reflexionar
Como mencioné, identifico que un problema es la falta de análisis. Aquí dejo algunas preguntas para reflexionar sobre el contexto.

El consumo de carne roja se asocia a mayor riesgo de cáncer de colon. ¿Es igual para una persona
con antecedentes familiares de cáncer que come carne cinco veces por semana que para alguien sin antecedentes que lo hace una vez?

No

El consumo de alimentos ultraprocesados se asocia a mayor riesgo de enfermedades del corazón.
¿Es igual ser sedentario y comer papas fritas diario a ser deportista y comer un puño en una reunión el sábado?

No

Comer avena ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre. ¿Reducirá igual los niveles de una persona que hace ejercicio y come avena, que los de una persona que todos los días come alimentos fritos y también come avena?

No

Los seres humanos somos complejos y nuestra salud no depende de un solo factor. Las personas somos el conjunto de nuestros hábitos, de nuestro contexto metabólico, social, económico y cultural, de nuestros genes. Un solo alimento no es el único responsable ni de la salud, ni de la enfermedad.  

Todas las imágenes son de Magali Polverino.

María Fernanda Montes de Oca Villa. Licenciada en Medicina General por la UNAM. Maestría en Medicina Clínica por la Universidad Camilo José Cela en Madrid y en Ciencias Avanzadas de la Nutrición Humana por la Universidad Internacional de Valencia. Actualmente trabaja dando webinars en empresas privadas de divulgación científica y en consulta personalizada. Instagram @fermdo | X @fernandamdo

Magali Polverino es una fotógrafa argentina especializada en gastronomía y bodegones contemporáneos. Sus imágenes están construidas a partir de composiciones inteligentes y minuciosas en donde las formas, las texturas, los colores y el balance entre luces y sombras son los protagonistas. Las obras son escenas que trascienden moralismos y radicalismos con respecto a la comida, invitándonos a redescubrir el placer y la riqueza de los alimentos, además de pensar una idea de equilibrio mucho más profunda e integral. www.magalipolverino.com | Instagram @magalipolverino