por Margarita
fotografía de Sofía Emiána
Nos manifestamos como somos
en su máxima expresión.
¿Para qué?
Para influir de manera positiva.
El éxito está
en dar,
compartir,
servir.
Al irradiar lo que somos,
alcanzamos el centro de nuestro ser único,
irrepetible,
tanto, que no cabe compararse.
Activar nuestro potencial y expresarlo
revela nuestra naturaleza.
Mediante la introspección
nuestra riqueza conocemos.
Cada día se nos presenta una elección,
el hecho de cultivar
actividades creativas,
positivas,
nos muestra un panorama
con más horizonte para
decidir con acierto.
Al reconocer nuestras capacidades
se omiten inseguridades y miedos,
fantasmas de la mente.
“Haz lo que puedas
con lo que tengas y
donde estés”.
Gran parte depende de la
disciplina,
la paciencia y
la perseverancia.
El éxito es una consecuencia
de un saber hacer, pero
si la intención inicial
es acumular, ganar
no tiene sentido,
porque lo que retribuye
es dar frutos.
Ser bueno no termina,
siempre existe la posibilidad
de
hacerlo mejor.