por Agustín B. Ávila Casanueva
imágenes de Ana Teresa Barboza
ANTE UN CONTEXTO DE EMERGENCIA AMBIENTAL, RESULTA MUY SIGNIFICATIVO ACERCARNOS AL TRABAJO INCANSABLE Y COLECTIVO QUE ACTIVISTAS DE NUESTRA REGIÓN LLEVAN A CABO PARA MOTIVARNOS A CUIDAR Y PROTEGER EL MEDIOAMBIENTE DESDE NUESTROS INTERESES, TALENTOS Y POSIBILIDADES.
Cuando observamos los elementos que conforman un medioambiente, todo parece tener una intención detrás. Una semilla germina cuando encuentra el lugar y el momento indicado; de la planta que brota crece una flor que sabe en qué época del año abrirse, para ser polinizada por una abeja que debe polinizar otras flores. Lo que vemos en lo inmediato, esconde millones de años de interacciones. Gracias a esto, cada pequeña acción embona de manera tal que parece tener un motivo detrás.
No todas las semillas van a germinar, ni todas las flores van a brotar. Eso también está bien. Que no todo sobreviva, o viva, o se desarrolle es parte de la adaptación constante que sucede en el medioambiente y que permite que las piezas sigan encajando.
Este proceso de adaptación requiere de tiempo para poder actuar, tiempo que no le estamos dando. El cambio climático, la contaminación, la destrucción de los hábitats, los percances que están sufriendo los ecosistemas, están sucediendo muy rápido. Y es aquí donde es necesaria la motivación para proteger el medioambiente, luchar por él y salvar la vida como la conocemos. Por suerte, contamos con muy buenos ejemplos de cómo llevar a cabo estas luchas.
Homero Gómez González, ingeniero agrónomo y activista ambiental mexicano, se preocupó no sólo por cuidar el medioambiente —que tanto amaba en su natal Michoacán— sino también por involucrar a más personas. Homero estuvo encargado del cuidado de la reserva ambiental de El Rosario, donde se aseguró que las campesinas y los campesinos de la región fueran parte de los trabajos de reforestación y preservación del bosque. De esta manera, logró generarles ingresos y que se motivaran a seguir cuidando la región. Con su trabajo lograron reforestar varias zonas y mejorar el cuidado y reproducción de la mariposa monarca, especie que le apasionaba de sobremanera.
En sus redes sociales, Homero hablaba de cómo, para él, El Rosario era “el santuario más grande y hermoso del mundo”. Le gustaba grabar videos en el que se veía cubierto de mariposas, hablaba de su sorprendente migración y la enorme determinación y motivación que parece no caberles en el cuerpo. Con esta labor, Homero atraía a miles de turistas que podían ser parte de un turismo sustentable, que apoyaban al santuario, que salían motivados a seguir maravillándose por los espectáculos del mundo natural y, por lo tanto, a seguir protegiéndolo. Lamentablemente, debido a su trabajo, y sus denuncias en contra la tala ilegal, se cree que Homero fue asesinado por la delincuencia organizada a inicios del 2020.
[…] la motivación debe decantar en acción para que sea efectiva.
Ana Teresa Barboza, Trama del bosque. Rio Rhône, 2016. Cortesía de la artista y WU Galería.
Ana Teresa Barboza, Cieneguilla, 2014. Cortesía de la artista y WU Galería.
Otro caso de gran trabajo y motivación es el de Isabel Zuleta López, ambientalista colombiana, activista feminista y defensora de derechos humanos. Nació en Ituango, donde fundó y dirigió el movimiento Ríos Vivos, encargado de proteger el río Cauca —de enorme importancia para las comunidades locales— del proyecto hidroeléctrico más grande de Colombia: Hidroituango. La motivación de Isabel era enorme, pero, al igual que Homero, sabía que no lo iba a lograr sola. Por fortuna, su motivación le alcanzó para juntar y contagiar a las personas de la localidad, a biólogos y otros científicos, a abogados y personal del gobierno.
Isabel sabe que la motivación debe decantar en acción para que sea efectiva. Por eso decidió pelear por un puesto desde donde pudiera canalizar su motivación y preocupación por el medioambiente. Ahora es senadora, dispuesta a promulgar leyes que protejan a los ecosistemas.
El camino no es sencillo, pero así como cada parte y cada organismo de un ecosistema están engranados, cada parte de nuestra sociedad debería también estar enlazada con los ecosistemas en los que vivimos. Promulguemos decretos de cuidado —como lo ha logrado Isabel—, y protejamos a aquellos que nos motivan —como Homero—. Necesitamos que la motivación y nuestras acciones lo permeen todo.
Ana Teresa Barboza, Suspensión III, 2013. Cortesía de la artista y WU Galería.
Agustín B. Ávila Casanueva es coordinador de la oficina de comunicación del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM. Como miembro del colectivo Ciencia Beat, fue ganador del Premio Nacional de Periodismo 2018 en la categoría de Divulgación de la Ciencia, y en 2020 obtuvo la beca Robert L. Breen para periodistas mexicanos. Ha colaborado en revistas como Nexos, Chilango, Gatopardo y Este País. Twitter @ElAgusdeKomodo