por Mariana Musi
LA OBRA DE LA FOTÓGRAFA LIBANESA SAMA BEYDOUN NOS RECUERDA QUE, A LO LARGO DE LA VIDA, LA MEMORIA, EL CARIÑO Y LA CALIDEZ DEL HOGAR SON EL MOTOR DE NUESTRA EXISTENCIA, NO IMPORTA A DÓNDE VAYAMOS.
Me gusta pensar que las memorias son atemporales; que son caleidoscopios que giran mientras cambian cada vez que queremos recordarlas, cada vez que las visitamos. Eso que nos hace sentir en casa, que hemos aprendido y nos impulsa cada día; nuestra brújula para navegar.
¿Qué pasa con todo aquello que recordamos, los olores con los que crecimos, la luz de la ventana al amanecer? La distancia nos permite entender los legados, adueñarnos de las raíces que nos sostienen en todo momento, nos ayuda a valorar todo aquello por lo que seguimos caminando, lo que dejamos atrás.
Sama Beydoun nació en Beirut en 1997. Creció en un matriarcado rodeada de cariño, comida y luz. Sus imágenes nos hablan de las razones por las que ha decidido vivir fuera de Beirut y todo lo que se llevó con ella. Al ver sus fotografías, podemos sentir el abrazo de su abuela y las arrugas en sus brazos que cuentan miles de historias. Se nos olvida que somos espectadores y nos volvemos parte de su familia.
La idea de Beydoun de compartir todo aquello que se pasa de generación en generación, logra su objetivo. No sólo se trata de saber de dónde vienes, sino a dónde vas y qué escoges llevar contigo. Qué te inspira a seguir, qué extrañas y qué anhelas, qué gozas haber dejado atrás.
Las tres mujeres con las que creció decidieron crear una cultura familiar tan fuerte que se iría con Sama a cualquier lugar del mundo. Además de valores y aprendizajes, esa cultura se materializó en la comida que, con un bocado, te transporta a cualquier instante de tu vida.
Vemos en sus imágenes las delicias de la familia de Sama convertirse en algo más que un platillo, iluminados por un sol de atardecer que casi, al mantener la temperatura perfecta, espera nuestra llegada.
Al ver sus fotografías, podemos sentir el abrazo de su abuela y las arrugas en sus brazos que cuentan miles de historias.
Sama comparte que a veces se siente como la escritora sin una historia que contar, pues trabajaba en este proyecto a la distancia. La motivación de llevar el hogar a cualquier rincón del mundo, de tener toda su historia en el bolsillo, de abrir las puertas de su casa y compartir con cualquier persona eso que en algún momento la definió, ha hecho que cada vez sea más fácil saber qué fotografiar.
Algo que Beydoun aprendió de las mujeres que la rodean, es “que el hogar generalmente es el lugar en el que tus sentimientos y tu cuerpo están juntos. Algunas veces podemos estar físicamente en un espacio y nuestro corazón en otro lado, eso es como estar partido a la mitad”. Cuando te encuentras como un todo, es cuando mejor puedes entender todo lo que ya no está.
En su proyecto Loving and leaving you (Amándote y dejándote) podemos apreciar qué inspira a Sama mientras camina lejos del lugar en el que creció. Podemos imaginar cómo se escuchan las risas de una noche entre mujeres, el abrazo del sol de Beirut al entrar junto a la ventana y acostarse en la cama a esperar. Al ser una mujer que vive rodeada de mujeres, el orden en la casa, los ruidos en la mañana, las rutinas en la cocina y los intercambios de opinión son muy particulares y sus imágenes nos dejan vivirlo un poco.
El hecho de estar tan lejos la animó a acercarse a otros exiliados como ella para aprender de la misma cultura mediante estas interacciones. Entender cómo las recetas familiares sabían distinto pero te llevaban al mismo lugar, fue algo que le permitió conocer sus sentimientos más a fondo.
De espaldas, sentadas y sin saber quiénes son, pareciera que las mujeres en casa comparten el sentimiento que siente Sama en su habitación de París, esa contemplación y añoranza que en un abrazo o un bocado podría terminar. En la cultura libanesa la comida es un tren de emociones, de cuidado y de cariño. Es la forma en la que dices a alguien que lo amas. Es agradecimiento y honor.
Al verla abrazada de su madre, de su abuela o de su bisabuela, sentimos la melancolía de dejar el lugar que más amas, el lugar que te vio crecer y que ha crecido contigo. Ese lugar que te acompaña en cada idea y te motiva a contar tu historia, a compartir el espacio del que salieron tus memorias, el que te inspiró a irte y que siempre te llama a volver.
No sólo se trata de saber de dónde vienes, sino a dónde vas y qué escoges llevar contigo. Qué te inspira a seguir, qué extrañas y qué anhelas, qué gozas haber dejado atrás.
Todas las imágenes: Sama Beydoun, de la serie Loving and leaving you (Amándote y dejándote). Cortesía de la artista.
Mariana Musi es creadora de imágenes y de historias, amante de la fotografía, el arte, la música y el color. www.marianamusi.com | Instagram @marianelamusi