por Mariana Musi
LA OBRA DEL ARTISTA MEXICANO MAURICIO ALEJO ABORDA LA CAPA DE SURREALISMO QUE PERMEA LA VIDA COTIDIANA. EN ESTA OPERACIÓN, LA DE CREAR IMÁGENES QUE DESAFÍAN EL IMAGINARIO COTIDIANO Y AL MISMO TIEMPO SON PERFECTAMENTE POSIBLES, LA PRECISIÓN TOMA RELEVANCIA AL PRESENTARSE COMO LA VÍA PARA RECONCILIAR LA EXACTITUD CON EL CAOS.
¿Cómo tiene sentido lo que sientes frente a una imagen que sabes que es real pero parece imposible? ¿Cómo logras darle sentido a lo que la imagen está desafiando dentro de ti?
Mauricio Alejo (México, 1969) es un artista que convierte sus cuestionamientos y contemplaciones emocionales en fotografías. Siente sus imágenes, vienen de un lugar que no tiene que ver con la intensidad emocional sino con una circunstancia humana en el mundo de la percepción; en el intento de crear momentos de equilibrio, sus paisajes surreales nos obligan a pensar que son ideas salidas de un sueño. Su trabajo desafía tanto el espacio físico en donde suceden las cosas, como el espacio mental en donde las percibimos y finalmente el lugar donde podemos ver representadas sus ideas.
Las imágenes de Alejo generan cierta tensión entre lo que advertimos, imaginamos y sentimos. Si permitiéramos que el tiempo pasara, eventualmente van a causar cierta destrucción, desequilibrio o colapso. Podemos atestiguar, experimentar y sentir su búsqueda y traducción de la narrativa pendiente de un momento específico que rápidamente dejará de existir. Somos muy afortunados de observar y disfrutar de una entropía que aparece y finalmente destruye lo que estaba edificado.
Para Alejo, precisión se define como: “la condición deliberada de producir un artefacto o un evento con resultados previstos dentro de parámetros restringidos”. Y podemos disfrutar de su propia definición, contemplando sus fotografías, cuyo equilibrio perfecto deambula entre la exactitud y el caos. La precisión corresponde al mundo de lo humano, a la previsión y a la necesidad de generar resultados específicos.
Parte de su proceso creativo consiste en producir una serie de reglas con las que va a producir una pieza y al final, lo sorprenden las narrativas que se producen, no sólo como productor y artista, sino como espectador.
Muchas de sus piezas se resuelven cuando está a punto de dormir o de despertarse, convirtiendo sus “pendientes emocionales” en objetos que transforma, ejecuta y podemos disfrutar como fotografías.
A diferencia de otros fotógrafos, Mauricio no está cazando imágenes, construye frente a la cámara, por lo tanto hay cierta precisión y deliberación en lo que está buscando. Cuando siente que el escenario está listo, hace clic. Las mismas instalaciones desafían el proceso al crear cierta incomodidad en el artista y obligarlo a construir nuevas reglas para llegar al objetivo hasta sentirse cómodo con lo construido y generar la imagen que representa la intuición inicial, misma que encuentra su camino en la conversación con los objetos.
Mauricio Alejo, Balloons (Globos), 2011. Cortesía del artista.
Mauricio Alejo, Bubble (Burbuja), 2009. Cortesía del artista.
Cuando tratas de controlar el resultado de una obra, ésta pierde su libertad, ya que el arte es equívoco y polisémico, no sabes cuál será el resultado y mucho menos, la experiencia del espectador.
Cuando tratas de controlar el resultado de una obra, ésta pierde su libertad, ya que el arte es equívoco y polisémico, no sabes cuál será el resultado y mucho menos, la experiencia del espectador. Así, Alejo disfruta desafiar la funcionalidad, crea escenas peculiares, paisajes salidos de sueños, imágenes sin lógica pero llenas de sentido emocional. Nos obliga a salirnos de lo cotidiano y cuestionar, incluso adjudicar, nuevos significados a objetos y su relación con el espacio y el tiempo.
El artista nos comparte la percepción de sus experiencias espaciales y la decisión de relacionarse con los objetos como si fueran esculturas. Se divierte al quitarle a la realidad su cotidianeidad, comunicando que hay una apreciación no verbal, corporal y de memoria nueva con un objeto conocido.
Mauricio Alejo construye paisajes visuales en sus descubrimientos cotidianos que retan nuestro sentir, abren una puerta al mundo de los sueños para que entremos en ciertas circunstancias, nos confrontan con el espacio en el espacio, nos permiten contemplar lo invisible, visualizar su corporeidad y nos liberan de la necesidad de definir lo que sentimos cuando estamos frente a ellos aceptando el desafío que generan, disfrutando su nuevo lugar.
Mauricio Alejo, Containing (Conteniendo), 2019. Cortesía del artista.
Mauricio Alejo, Slices (Rebanadas), 2003. Cortesía del artista.
Mauricio Alejo, To Dream (Soñar), 2004. Cortesía del artista.
Mauricio Alejo, Mirror (Espejo), 2002. Cortesía del artista.
Y podemos disfrutar de su propia definición [de la precisión] contemplando sus fotografías, cuyo equilibrio perfecto deambula entre la exactitud y el caos.
Mauricio Alejo, Dinner Table (Mesa de comedor), 2011. Cortesía del artista.
Mariana Musi es creadora de imágenes y de historias, amante de la fotografía, el arte, la música y el color. www.marianamusi.com | Instagram @marianelamusi