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LA EDUCACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA LA REALIZACIÓN PERSONAL

Luis Camnitzer, Symmetrical Jails (Cárceles simétricas), 2014. Portafolio de siete grabados aguatinta. Cortesía de RENÉ SCHMITT DRUCKGRAPHIK, Germany. rene-schmitt.com

por Andrea Ramos Stierle

UNO DE LOS PRINCIPALES FACTORES DEL ÉXITO EN NUESTRA SOCIEDAD ES EL ACCESO A LA EDUCACIÓN. SIN EMBARGO, ES NECESARIO PENSARLA EN UN SENTIDO AMPLIO Y APELAR AL PENSAMIENTO CRÍTICO PARA ENCONTRAR HERRAMIENTAS QUE VERDADERAMENTE NOS PERMITAN LOGRAR UNA MEJOR VERSIÓN DE NOSOTROS.

Por lo general se considera a alguien exitoso cuando ha logrado romper con algún paradigma y que éste haya sido valorado por la sociedad.

La posibilidad de ser exitoso tiene que ver con varios factores y circunstancias. El acceso a una educación del conocimiento, así como las herramientas y las competencias para trazar el camino que permita alcanzar la realización es una circunstancia fundamental.

Aun así, siempre ha sido más fácil responsabilizar a cualquier otro factor o persona de vivir un momento de frustración, o incluso de éxito, sin detenerse a pensar que las decisiones que se han tomado sitúan a cada persona en el momento de vida en el que se encuentra.

Para muchos, decir que el cambio está en uno mismo suena a teorías New Age combinadas con capitalismo, que han derivado en el individualismo. Pero la realidad y la sabiduría oriental han demostrado que si todos los días pones un poco de atención en lo que haces y comienzas a vivir en el presente, la forma en la que percibes la realidad cambia y empieza a modificarse tu vida. Pero no sólo la filosofía oriental tiene esta visión, también grandes educadores, como Vasconcelos, lo pensaban: “Comencemos entonces haciendo vida propia y ciencia propia. Si no se libera primero el espíritu, jamás lograremos redimir la materia”.¹

¿Qué tiene que ver esto con la educación y el éxito de la misma? Por lo general, se dice que a un estudiante le va mal por culpa del docente que no explicó bien, de los compañeros que lo molestan, de la falta de alimentación y buena salud o de cualquier otra situación; en apariencia sólo es por consecuencias externas. Pero se han preguntado, ¿por qué aquellos estudiantes que están becados tienen mejores resultados? No tiene que ver con la inteligencia o con las situaciones externas a la educación, porque la mayoría de ellos vienen de contextos vulnerables, en que además de batallar para mantener la beca, tratan de llevar una vida llena de retos, que la mayoría de las veces no está en sus manos resolver: alcoholismo en la familia, violencia, desnutrición o la falta de los servicios básicos.

Sin embargo, la única decisión que detonará su vida diferente es la de haber decidido concursar por una beca. Si alguna vez te han becado sabrás que ese apoyo viene sin nada a cambio, con la esperanza que lo que estés haciendo sirva para realizarte y apoyar a tu desarrollo personal, académico o profesional.

La educación, al menos en México, tenía una base estructural en la que, por el hecho de llamarse “gratuita”, debería tener la característica de ofrecerte una educación con múltiples posibilidades de desarrollo, promoviendo que una beca sea un regalo para encaminar a todos los estudiantes al éxito.

Sin embargo, no se advierte que la educación pública en México sea un regalo y menos una beca. La mayoría de la comunidad educativa la ve como una pesadilla: primero los docentes que no reciben el reconocimiento ni la formación adecuada para desempeñar un papel tan importante. No se trata de capacitar por capacitar, sino de la vocación de comunicar. Estar dispuesto a ser asaltado todos los días por las preguntas de los estudiantes, quienes pondrán en duda cada palabra, será el éxito de las enseñanzas, la verdadera transmisión del conocimiento, seguir ayudando a que más personas tengan un pensamiento crítico, que les ayude a tomar decisiones en su vida y las encaminen a horizontes con posibilidades diferentes para la realización.

Luis Camnitzer, Symmetrical Jails (Cárceles simétricas), 2014. Portafolio de siete grabados aguatinta. Cortesía de RENÉ SCHMITT DRUCKGRAPHIK, Alemania. rene-schmitt.com

Luis Camnitzer es uno de los artistas y teóricos del conceptualismo latinoamericano más importantes de nuestro tiempo. Por medio de sus dibujos, pinturas y poemas visuales reflexiona sobre la historia, identidad, libertad, lenguaje y el papel del arte en la educación contemporánea.

Luis CamnitzerQuestions and Answers (Preguntas y respuestas), 1981. Cortesía de Parra & Romero y Alexander Gray Associates. parra-romero.com 

[…] el éxito se entiende como la capacidad para reconocer que se ha logrado la mejor versión de sí mismo […].

Si se habla de éxito no debe ser concebido como el logro de haber obtenido una gran cantidad de objetos materiales, reconocimientos sociales o a la obtención de títulos académicos. En un sentido más amplio, el éxito se entiende como la capacidad para reconocer que se ha logrado la mejor versión de sí mismo y eso incluye un contexto, situaciones y decisiones en específico que le permiten a cada uno alcanzar su realización personal.

Cuando se habla de educación puede ser desde diversos ángulos, según la corriente educativa, la época o la coyuntura del momento actual. Si se revisa desde una perspectiva de herramienta, no tiene por qué ser la base del éxito, es sólo un elemento más que permitirá el acercamiento, de una manera en específico, al éxito personal.

¿Cómo alcanzar el éxito haciendo uso de la educación? Esta pregunta tiene varias respuestas posibles, sobre todo porque hay tendencias que recomiendan seguir el trayecto formativo obligatorio por el estado y la sociedad, aun cuando se sabe que hay casos de éxito que no siguieron paso a paso dicha obligatoriedad, un tema que puede ser motivo para otro análisis.

Los estudiantes deberán recibir al menos algunas competencias básicas que permitan adquirir otras a lo largo de la vida. Una fundamental que se plantea desde esta perspectiva es el pensamiento crítico. Si un estudiante tiene la capacidad de cuestionar todo aquello que le rodea y puede suponer que no hay límites para alcanzar horizontes más amplios de los que sólo se muestran en un salón de clases, es probable que sea una persona a la que no se le cierren las oportunidades y reconozca que siempre hay más: “[…] que los estudiantes que comparten con nosotros la experiencia del aprendizaje aprendan a sospechar, aprendan a ser ciudadanas y ciudadanos críticos, que se cuestionen lo que los rodea […]”.²

Desarrollar la competencia del pensamiento crítico no sólo es responsabilidad del estudiante “que ponga atención”, requiere de mucha práctica y herramientas otorgadas por el tiempo que pase en el salón de clases, así como el acompañamiento que reciba en todo el trayecto formativo. Es un reto difícil, la tendencia docente es no ser cuestionados, pero esa es la única manera de promover el pensamiento crítico, poner en duda cada movimiento, pensamiento, razón o situación que para el estudiante no tenga sentido.

El éxito no puede reducirse a los que “tienen suerte”. Esta oportunidad puede darse si las condiciones contextuales de aprendizaje se modifican para el bien de todos en la comunidad de aprendizaje […] crear situaciones horizontales, colaborativas y, en resumidas cuentas, más democráticas […]”.³ Esto para comenzar, pero se requiere que el docente y todos los actores que conforman las comunidades educativas tengan una actitud diferente, a fin de proporcionar el mejor entorno de aprendizaje posible.

La relación de la familia con el proceso de enseñanza y aprendizaje es fundamental para lograr que sea factible el éxito personal. Habrá que encontrar el tiempo para enseñar y aprender juntos, no precisamente haciendo tareas sino enseñándole con la mejor versión de cada uno, ya que siempre existe la posibilidad de compartir con alguien más para encontrar otra perspectiva de cómo se ven las cosas.

Los responsables de garantizar que la educación sea útil para el estudiante serán todos aquellos que lo rodean y le den las herramientas necesarias para lograrlo.

Eso sí, cada persona será responsable de tomar las decisiones para construir el camino hacia la realización personal y podrá llamarle éxito si al final de éste se siente satisfecho. Nadie podrá decir cuál es la mejor forma, sólo se podrán ver ejemplos y aprender de ellos para mejorar el camino.

1. José Vasconcelos, El Desastre (México: Trillas, 1998).
2. María Acaso, rEDUvolution (Barcelona: Espasa Libros, S.L.U., 2013), p.51.
3. Ibídem, p.10

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Andrea Ramos Stierle es Licenciada en etnología y Maestra en entornos virtuales de aprendizaje, Especialista en pedagogías emergentes, es directora general de Revolución de Ideas Educativas (RIE), amante de la gastronomía, el futbol y sobre todo de ser mamá de Emilia y Luciana.

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