Anthony Zinonos, Colour Protest (Protesta a color), 2014. Cortesía del artista.
por Fernanda Cisneros
LA PASIÓN, LLEVADA SABIAMENTE, PUEDE POTENCIAR TRANSFORMACIONES SOCIALES DE ALCANCES INIMAGINABLES.
La pasión, inseparable compañera del humano, es el motor que lleva a que sucedan las grandes ideas. No obstante, abandonarse a la pasión sin hacer uso del pensamiento crítico conlleva un riesgo que ha sido reflexionado por las deliberaciones filosóficas y demostrado una y otra vez por la historia mundial moderna. Afortunadamente, también contamos con ejemplos de las pasiones mejor llevadas, aquellas que son reflectivistas y que ofrecen un camino inclusivo para guiar el cambio que queremos ver en el mundo, en nuevas generaciones de defensores de causas mundiales.
Apuntes sobre la pasión en el pensamiento filosófico
La etimología de la pasión se relaciona con aspectos que no son del todo alentadores. Una pasión se padece y se sufre, como una enfermedad. Filósofos como Aristóteles se refieren a las pasiones como movimientos que deben ser dominados por la razón y los actos virtuosos. Las referencias a la pasión como contraria a la razón y su necesidad de ser controlada son un tema recurrente, al igual que el reconocimiento de la pasión como inseparable de la existencia humana.
Hegel sobresale como un autor influyente al admitir que las leyes y los principios no prevalecen por sí mismos y que el motor de su existencia es sin duda las necesidades e impulsos de la humanidad, así como sus inclinaciones y pasiones. Las ciencias políticas se encuentran directamente relacionadas al interés de entender las relaciones de poder que preceden a las ideas. En este sentido, las pasiones y los intereses personales son el catalizador central de esas relaciones.
Nada grande se ha hecho sin pasión
La pasión es esencial para cambiar el mundo, nada grande en el mundo se ha hecho sin pasión, –cita célebre que se le atribuye a Hegel. Al menos en los últimos miles de años, la humanidad ha tratado de imaginar un mundo diferente y ha intentado trabajar de distintas maneras para crearlo. La historia humana está repleta de innumerables visiones y luchas por un orden social alternativo. La pasión se encuentra presente como un componente subyacente a todas ellas. Hoy en día, si se pregunta a cualquier persona sobre su pasión, ésta se entenderá como algo que se experimenta de manera vehemente y que a su vez se valora positivamente, distanciándose así un tanto de su etimología.
Sin embargo, en la revaloración positiva sobre la pasión es necesario no perder de vista las precauciones establecidas en el pensamiento filosófico. El binomio pasión-grandeza da cuenta de los casos más extraordinarios de impactante destrucción, al igual que los ejemplos más sublimes que enaltecen a la especie humana.
Lo anterior muestra que la pasión, tan indispensable como irrenunciable, conlleva un riesgo. Lamentablemente, éste lo hemos podido observar en la historia mundial moderna y en sucesos de relevancia internacional reciente como síntomas de las pasiones exaltadas. En un sentido negativo estos estados alterados han opacado a la razón, al eludir argumentos. La oleada de nacionalismos excluyentes y xenófobos que en nuestros días se han asentado en algunas de las democracias que establecieron el orden internacional de la segunda posguerra mundial –y que poco a poco se han dado a la tarea de desmantelar ese orden– son un claro ejemplo.
El binomio pasión-grandeza da cuenta de los casos más extraordinarios de impactante destrucción, al igual que los ejemplos más sublimes que enaltecen a la especie humana.
Pasión reflectivista
Sin detenernos en los nacionalismos, conviene hacer uso de los consejos de las voces más dadas a reflexionar sobre el cambio que queremos ver en el mundo, como aquel surgido de Duncan Green. Green reconoce que la pasión es esencial, por supuesto, pero que debe ser moderada con el pensamiento crítico. Ser un activista –en el sentido de defender una causa e ideas– debe conducir también a ser un reflectivista, a llevar cierta responsabilidad.
Las pasiones mejor llevadas enaltecen, nos llevan más lejos y ayudan a inspirar, buscan caminos que no pretenden excluir, sino multiplicar los beneficios para nosotros y los demás. Para tranquilidad de aquellos preocupados por el cambio que queremos ver en el mundo, también existen ejemplos ofrecidos por nuevas generaciones de activistas cuyas fuentes más reconocibles quizá sean encarnadas por Malala Yousafzai y Greta Thunberg.
Malala ha ampliado el alcance de su lucha por la educación de las niñas en Pakistán hasta convertirse en defensora mundial de la educación de calidad para todos los niños. Greta –mencionada en la edición 17 de Capitel– ha causado un gran revuelo con la pasión demostrada en sus actividades para generar conciencia sobre el cambio climático. No hay que olvidar hacer mención de aquellas figuras emblemáticas de los grandes movimientos pacíficos como Nelson Mandela, Mahatma Gandhi y Martin Luther King, cuyas enseñanzas e ideas siguen sirviendo de inspiración para hacer frente a los retos actuales.
BIBLIOGRAFÍA
Green, Duncan. How Change Happens. Oxford: Oxford University Press, 2016.
Hegel, Georg Wilhelm Friedrich. Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal. Madrid: Alianza Editorial, 1999.
Anthony Zinonos, Tear It Up (Rásgalo), 2018. Cortesía del artista.
Ser un activista […] debe conducir también a ser un reflectivista, a llevar cierta responsabilidad.
Anthony Zinonos, Tear It Up (Rásgalo), 2018. Cortesía del artista.
Anthony Zinonos, The City (La ciudad), 2016. Cortesía del artista.
Fernanda Cisneros es experta en desarrollo y cooperación internacional, ha trabajado como consultora y funcionaria pública. Es Licenciada en relaciones internacionales por la UNAM y Maestra en desarrollo internacional por la Universidad de Birmingham.
1. Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal, p.81.
2. Las ideas del mismo Hegel han sido parte de un controvertido debate que lo disputa como una de las bases intelectuales del totalitarismo.
3. Ha-Joon Chang, “Foreword”, en How Change Happens, p. XI.
4. Duncan Green, How Change Happens, p.178.