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LA CONCIENCIA

Todas las imágenes: Christine Kim, de la serie Shadows, Dreams and Forms (Sombras, sueños y formas), 2015. Cortesía de la artista.

por Álvaro Caso Chávez y Marcia Hiriart
imágenes de Christine Kim

LA FILOSOFÍA Y LA NEUROCIENCIA SON DOS CAMPOS QUE TIENEN COMO UNO DE SUS PRINCIPALES OBJETOS DE ESTUDIO A LA CONCIENCIA. TRAZAR RELACIONES DESDE AMBAS PERSPECTIVAS, Y CONOCER Y DISTINGUIR LAS ACEPCIONES DE ESTE CONCEPTO, NOS AYUDARÁ A DESARROLLAR PREGUNTAS CADA VEZ MÁS PERSPICACES PARA CONOCERNOS COMO INDIVIDUOS Y COMO ESPECIE.

La conciencia es un tipo de actividad mental. Podemos tener percepciones, sentimientos y otros eventos mentales inconscientes pero la conciencia tiene un lugar central en la mente porque la actividad consciente es la que nos resulta más importante. El origen del término “conciencia” se encuentra en el latín conscientia, que se deriva del prefijo griego syn que significa “con”, y el término eídesis, “conocimiento”, es decir, “con conocimiento”. Sin embargo, hay que notar que el término “conciencia” tiene muchos significados que pueden aplicarse a cosas muy diferentes. Podemos decir que una persona o un pulpo son conscientes, pero también que un pensamiento es consciente o que una especie biológica lo es. 

Los filósofos distinguen por lo menos cuatro sentidos de conciencia: conciencia, en el primer sentido es simplemente la capacidad de responder diferencialmente a estímulos del medio. En el segundo sentido es ejercitar la conciencia del primer tipo, y no meramente tener la capacidad de hacerlo. El tercer sentido pretende capturar una subjetividad de la experiencia consciente. Por ello dicen que un organismo es consciente si hay algo que sea como ser ese organismo. Es decir, un tipo de organismo, los murciélagos por ejemplo, son conscientes si hay algo que es ser como un murciélago. También es aplicable a individuos y no sólo a tipos de organismos: tú eres consciente si hay algo que es ser como tú pero diferente de ser como tu prima. El cuarto sentido de conciencia es la capacidad de tener estados conscientes, para lo cual es necesario definir qué es un estado consciente.

De estas definiciones, las primeras dos se consideran demasiado amplias en general, pues según ellas las hormigas e incluso los organismos unicelulares son conscientes. La tercera y la cuarta son las que nos resultan más interesantes, por lo cual conviene caracterizar lo que es un estado consciente. Pero acá también hay diversas propuestas:

  1. Un estado mental es consciente cuando uno está enterado de que tiene ese estado mental.
  2. Un estado mental es consciente cuando tiene propiedades cualitativas, es decir, cuando de alguna manera se siente diferente cuando se tiene que cuando no se tiene.
  3. Un estado mental es consciente cuando su contenido interactúa con otros estados mentales, es decir, no es sólo la reacción a un estímulo del medio, sino que la reacción involucra otros estados mentales y modula otras respuestas.
  4. Un estado mental es consciente cuando puede participar en la serie de estados que conforman la narrativa de los estados de conciencia que cada persona reconoce como suyos (es importante que no es necesario que un viaje a Toluca, por ejemplo, en la vida de un individuo, forme parte de lo que el sujeto reconoce como su vida, basta con que pudiera formar parte de ella).

Respecto de todas las acepciones de “conciencia” que se derivan de las distinciones anteriores, hay (por lo menos) tres tipos de preguntas distintas que podemos hacernos:

  1. ¿Cómo describir la conciencia? Es decir, cuáles son sus características principales.
  2. ¿Cómo explicar la conciencia? Es decir, ¿es una característica inanalizable de algunos entes? y si no, ¿cómo surge de elementos no conscientes de la realidad?
  3. ¿Por qué existe la conciencia? Es decir ¿tiene alguna función?, ¿varias funciones?, ¿cuáles son?

Cada tipo de pregunta tendrá respuestas diferentes según qué acepción de “conciencia” nos interese.

Cuando la ciencia explora un fenómeno, es metodológicamente necesario suponer que el fenómeno en cuestión es investigable científicamente, de otro modo no tendría caso investigarlo. Sin embargo, es importante tener claro que se trata de un supuesto y no de un resultado científico. 

En particular, las neurociencias se ocupan principalmente de la segunda pregunta. Tratamos de describir cómo surge la conciencia a partir de neuronas que no son ellas mismas conscientes. El proyecto es extremadamente complejo, como lo es el cerebro; por más que se describan las redes neuronales sin las cuales se pierde la conciencia, no se ha logrado establecer su sustrato anatómico y estamos lejos de tratar el conocimiento, la autoconciencia y la cognición social. A pesar de ello, los avances logrados apuntan a que la conciencia es descriptible y explicable científicamente, aunque aún falte mucho camino para tener un modelo completo.

[…] el término ‘conciencia’ tiene muchos significados que pueden aplicarse a cosas muy diferentes […]. 

¿Por qué existe la conciencia? […] ¿tiene alguna función?, ¿varias funciones?, ¿cuáles son?

Christine Kim es una artista del papel y educadora artística coreana-canadiense que vive y trabaja en Toronto. Su obra explora el retrato mediante el dibujo, la pintura, el corte y las capas. Por medio del collage examina la relación entre nuestro mundo interior y el exterior; el consciente y el inconsciente. En sus imágenes, la materialidad plantea una metáfora en la que la superficie se hunde en formas intrincadas para mostrar varias capas de la experiencia humana. www.christinekim.ca | Instagram @christinekimpaperart

Álvaro Caso Chávez es filósofo, escritor, artista y artesano.

Marcia Hiriart Urdanivia es una científica e investigadora mexicana.​​​​ Desde 1988 trabaja en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, donde fue su directora por ocho años. Sus investigaciones versan sobre la obesidad y la diabetes mellitus.

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