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ENTREVISTA A “MANGO” MARTÍNEZ ARTISTA PLÁSTICO DE IKORMA Y MUSICONS MÉXICO: ONDAS Y BITS

por Karla Blanco
fotografías de Arely López

Galería L en colaboración con Banana Contemporary y Pro-tempo, presentan una exposición del colectivo de artistas plásticos venezolanos Ikorma con investigación de la cantante, musicóloga, directora orquestal y curadora sonora, Ericka Bañuelos. En esta entrevista, “Mango” Martínez, integrante de Ikorma, comparte que el objetivo de la muestra es hacer un recuento de la historia reciente de la música, iniciando en la década de los años veinte, con la radio, a partir de piezas creadas por artistas.

¿Cómo surge el proyecto de la exposición?
Yo me llamo “Mango” Martínez y soy la mitad de Ikorma, un colectivo de arte padre-hijo, en el que trabajo con mi papá Iñaki Martínez, desde hace más de una década. 

Hace tres años empezó la idea de hacer esta muestra. Yo ya había creado Musicons, que se basaba en nuestros iconos musicales. Además de ser artista, tengo una banda de rock y soy músico, así que quería conseguir un punto de encuentro que me permitiera juntar las dos cosas que amo: la música y las artes plásticas. 

En esa búsqueda logramos hacer Musicons. Lo presentamos por primera vez en Venezuela en 2015, en el Museo de Maczul, fue muy bonito. Luego lo hice en 2021 y 2022 en Carolina del Norte, Musicons USA, en donde usé más a Los Beatles, Elton John y la música con la que crecí.

Justo para esa exposición, Ericka Bañuelos, la curadora sonora de Musicons México: Ondas y Bits, me entrenó para poder cantar las canciones. Ella es mi profesora de canto y dirige la escuela de Estudio Allaire. Intentamos hacer una experiencia multisensorial, no sólo presentamos los retratos, sino que el día de las inauguraciones o eventos especiales también tocamos el repertorio de los artistas que estamos presentando.

Con Ericka hicimos Musicons en Estados Unidos y desde ese momento me dijo que había que llevarlo a México. Aprovechamos la casualidad de que en ese momento se iban a cumplir 100 años de la radio en México (el año pasado); ella quiso profundizar en eso y empezó a investigar y escribir un texto que más tarde se convertiría en la columna vertebral de Musicons México: Ondas y Bits.

¿Podrían contarme cuál fue su criterio curatorial? ¿Qué intención tiene la muestra y por qué hicieron esta selección de obras/artistas?
Como te decía, el texto que empezó a escribir Ericka es la columna vertebral de la exposición. Ella tiene un Doctorado en Musicología y su trabajo La industria musical a 100 años de la radio en México sirvió de punto de partida de lo que se convirtió en la primera obra de la exposición. 

La selección de músicos es también parte de Ericka, pues muchos de los artistas fueron alumnos destacados de ella: Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Café Tacuba y Tessa Ia. Fue muy bonito rendirles tributo y tener la oportunidad de que algunos de ellos, como Rubén de Café Tacuba y Tessa Ia, estuvieran el día de la inauguración. 

Hemos tenido un recibimiento espectacular y en ese sentido ha sido muy bonito todo. Ericka seleccionó la música e hizo la curaduría sonora, cuando armamos la primera versión del proyecto, se la presentamos a Esdena Bañuelos, quien dirige la agencia productora Pro-tempo, se sumó al proyecto y así fue como decidimos buscar a Mónica Martínez, quien de la mano de Banana Contemporary, armaría todo de una manera diferente y nos vincularía con la galería. 

No sólo queríamos presentar las piezas, sino que hubiese una línea del tiempo que contase década por década la historia de la música y la radio. Ericka siempre dice que las generaciones nuevas se han olvidado un poco de la radio, hoy tenemos tecnologías diferentes y consumimos la música de manera distinta, sin embargo, es muy importante que entendamos de dónde venimos y cómo ha sido construido el camino. 

¿Cómo se materializa la importancia de la radio en la exposición? ¿Habrá alguna transmisión de la presentación del Ensamble Allaire?
No sabíamos que íbamos a tener un impacto tan grande en la radio. Para nosotros era importante contar la historia y ésta empieza en los años veinte con la creación de la radio; ése fue nuestro punto de partida.

Cuando llegamos a México y empezamos a montar y a hablar con diferentes locutores, nos dimos cuenta de que ellos se sentían agradecidos de que alguien se preocupara por la radio. Eso fue muy bonito. 

En la presentación no hay una transmisión de radio como tal, sin embargo, no me cierro porque estoy seguro de que podemos hacerla. Lo que sí tenemos es la grabación del Ensamble que canta canciones emblemáticas de México como Cucurrucucú, Paloma; Guadalajara y Bésame mucho, que han cantado muchos artistas y muchas veces, y vamos a presentar un videoarte que va a proyectarse en la galería de manera constante.

¿Cómo se conjuga lo visual, lo textual y lo auditivo en la exposición? ¿Qué dificultades enfrentaron para lograr dicho encuentro?
Como te contaba, Musicons viene de antes, es un proyecto que mi papá y yo generamos, aunque las primeras dos veces que lo presentamos no tuvo la profundidad, el texto, ni la investigación, como las de ahora. Era más bien presentar a mis ídolos y sus canciones.

Tras la llegada de Ericka, ella empieza con una investigación ardua de leer textos y escribir todo lo que ha pasado en estos 100 años. De su mano empezamos a hacer todo esto. Junto con Esdena, estábamos planteando el proyecto y todo el alcance que podía tener, pero sin duda un primer paso es montarlo en una galería. 

Escogimos 18 músicos y bandas para formar la primera muestra, sin embargo, ya hemos trabajado con entre 40 y 50 músicos. El trabajo de Mónica fue notable e invitó a un montón de artistas mexicanos y les pidió que no hicieran retratos de los músicos, pero que contaran un poco lo que estaba pasando. Por eso pueden ver piezas como la de MTV, artistas que tomaron discos, cassettes, entre otros elementos, y los hicieron obra. 

Yo creo que lo más complicado fue que tuvimos que fabricar todo a distancia porque vivo en Estados Unidos. Yo de hecho tuve que traer a Natalia, el único original pintado a mano, diez días antes. 

Mónica hizo un trabajo muy lindo de vinculación, agregó no sólo lo que estaba pasando con las bandas y los músicos, sino también cómo las artes plásticas se han encontrado con los músicos, desde diseños de tarima, atuendos, puestas en escena, portadas de discos y un montón de cosas más. 

¿Qué esperan que la audiencia obtenga al visitar la exposición?
Una de las cosas que logramos es un coloring book y lo quisimos hacer sobre todo para las generaciones más jóvenes, pues no conocen la radio. Incluso vimos que muchos tampoco conocen el discman o radios viejas que pusimos en la muestra, porque no crecieron con esas tecnologías. 

Quisimos que la exposición fuera para todo el mundo, desde una persona muy joven, hasta una persona mayor, y entender completamente esto nuevo que está pasando. Lo segundo era llevar ese mensaje de que no podemos omitir (especialmente en un país como México, que tiene 100 años de industria) que con la radio se les ha dado un mayor alcance a grandes artistas y se ha defendido la libre expresión.

¿Cómo es el trabajo de los artistas que están incluidos en la exposición? ¿Hay algo que los caracterice?
La serie es bastante gráfica, es un proceso que va de lo manual a lo digital y luego otra vez a lo manual. Son rostros que para algunas personas serían abstractos y para otras quizá no tanto, pero es parte de nuestro lenguaje. Yo tengo diez años trabajando con mi papá y sencillamente son elementos de nuestra propia obra.

Hay mucho color y si te fijas también hay mucho de ingeniería civil, de arquitectura, y es porque mi papá estudió ingeniería civil y ama la arquitectura. De los artistas invitados te puedo decir que todos hicieron un trabajo espectacular, pero yo tengo dos obras favoritas: Rod Toledo con su corneta y Miguel Martínez que habla sobre MTV.

Intentamos hacer una experiencia multisensorial, no sólo presentamos los retratos, sino que el día de las inauguraciones o eventos especiales también tocamos el repertorio de los artistas que estamos presentando. 

Quisimos que la exposición fuera para todo el mundo, desde una persona muy joven, hasta una persona mayor, y entender completamente esto nuevo que está pasando.

Me parece muy importante considerar a los niños como parte de la audiencia. ¿Podrían contarnos más sobre la actividad del libro para colorear?
Una vez que hicimos el montaje nos dimos cuenta de lo importante que era llevar
esto a todas las edades y yo ya había hecho anteriormente coloring books para otros proyectos y de repente, viendo las caras, deduje que esto debía convertirse en un libro para colorear, para que la gente pinte a sus músicos.

Empezamos a trabajar y en este caso lo diseñó mi esposa. Buscamos poner todos los rostros de los músicos y, al final, un espacio para las biografías y así saber quiénes son y aprender también de ellos. 

El sábado que abrimos tuvimos un montón de niños coloreando, fue súper padre. También descubrimos que lo usa la gente mayor para desestresarse. 

Está por definirse la fecha de una actividad que tenemos pensada para los niños en la que puedan ver cómo se imprime el libro y lo armen, o que aprendan a hacer serigrafía para que puedan involucrarse en la obra. 

¿Cómo será la presentación del Ensamble, qué duración tendrá, está relacionada con el videoarte?
Tuvimos ya dos presentaciones, la primera fue en la inauguración privada con invitados de la industria y la del sábado. Lo que hicimos para el videoarte fue que durante esas presentaciones yo estaba haciendo visuales en vivo de los cuadros mientras lo dibujaba.

Las presentaciones duraron 35 minutos, pero el videoarte no va a tener todo, dura de 18 a 20 minutos y son cinco canciones en específico cantadas por el Ensamble a capella y esas grabaciones son las que van a poder disfrutar en la galería porque se estará proyectando todo el tiempo. 

¿Qué papel tienen los textos en la exposición? ¿Mantienen alguna relación directa con los retratos de músicos icónicos o con el videoarte?
Sí. El texto de la profesora Ericka Bañuelos arranca en los años veinte y termina hablando de My Space, Spotify, las redes, de cómo ha evolucionado toda esta locura. Ese texto viene de la mano de una línea de tiempo, en la que ubicamos a cada uno de los artistas. Empezamos con Agustín Lara, Lola Beltrán, Pedro Infante, Tin tan y así vamos hasta llegar a los 2000. 

Fue muy importante para nosotros que el texto tuviera un puesto fundamental en la exposición y por eso, Ericka planteó la idea y la supervisión de los textos finales que Moni montó en la sala junto con un texto de reflexión, una conclusión a la que se llegó con esta primera muestra. 

Fue muy bonito platicar en la inauguración con Rubén de Café Tacuba y que nos contara la influencia de la radio en la banda y cómo vivió ese crecimiento masivo de entrar a la radio. Me dio mucha risa porque a mí me pasó lo mismo, con mi banda. Teníamos 18 años, sonó una canción nuestra en la radio y boom, fue una locura. 

Ya no es lo mismo, pero era una herramienta muy poderosa, aunque siento que México es uno de esos países en el que la radio funciona increíblemente en muchos lugares y muchos aspectos.

¿Podrían contarnos qué es el proyecto Ikorma?
Ikorma nace hace alrededor de 12 años. Mi papá es un artista que nunca se dedicó a serlo. Recibió desde los 14 años clases de arte privadas, pero mi abuelo era muy de “si vas a ser artista vas a ser el mejor”. Como fue educado en lo tradicional, se peleó con el mundo del arte muy joven y terminó siendo un ingeniero civil, y así, entre edificios, a veces pintaba uno que otro cuadro.

Para mí el pincel ha sido una extensión de la mano, desde que recuerdo estaba en el estudio de mi papá y ahí pintaba. Pasó el tiempo y a los 18 años nació Viniloversus, mi banda de rock, nos va súper bien. Somos la primera banda venezolana en ser nominada a los Latin Grammys, imagínate, de los bares a esos premios. Pero también siempre tuve la inquietud de ser artista plástico, había hecho diferentes cosas (nada para sentirse orgulloso) pero empecé a dibujar estas caras que en el momento no tuvieron nada que ver con músicos, eran sencillamente rostros muy caricaturescos, porque me encantaba la caricatura.

Después de tres años de estar detrás de mi papá, mostrándole obras, le enseñé una de estas caras y me dijo “esto está bueno”, le quitó todo lo caricaturesco, la hizo una obra de arte, la pintó y fue increíble. Ahí nació la idea de armar Ikorma, por Iñaki, su nombre, Orlando, el mío y Martínez, nuestro apellido. 

Arrancamos y mi mamá un día se llevó un cuadro a una galería y le preguntó a la galerista qué le parecía la pieza, le habló de Ikorma y la galerista se interesó y le propuso hacer una exposición completa de las obras (que no existían, sólo teníamos ésa), pero mi mamá le dijo que por supuesto. Entonces compró 20 lienzos y llegó a la casa para decirnos “tienen tarea” y así arrancó todo. Ése fue el primer momento serio, hace 12 años. 

Ahí empezó toda esta evolución, todo este proceso en el que estuvimos trabajando muchos años, en Caracas. Luego me mudé a Estados Unidos, mi papá a España y bueno, todos los procesos han cambiado muchísimo, la verdad que para esta exposición él hizo casi todas las obras, todas las ilustraciones, y yo me dediqué a colorearlas. 

Ha sido un proceso hermoso, ya tenemos diez años y hemos hecho un montón de cosas juntos y para mí lo más bonito de todo, es que mi papá que era un ingeniero serio, 12 años después tiene el cabello largo, se quiere hacer un arete, o sea… regresó el artista, ¡qué lindo!

Karla Blanco Fuguay estudió la Licenciatura de Comunicación y Periodismo en la UNAM. Actualmente se desempeña en el medio editorial.

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