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ENTREVISTA A ALEJANDRO CÓRDOVA CASTAÑEDA: “DÉMOSLE UN LUGAR AL AMOR”

por Alejandro Acevedo
fotografías de Pedro Luján

ALEJANDRO CÓRDOVA ES ASESOR DEL PROGRAMA DE SALUD MENTAL DE LA SECRETARÍA DE SALUD DE LA CIUDAD DE MÉXICO Y SOCIO FUNDADOR DE LA ASOCIACIÓN IBEROLATINOAMERICANA DE NEUROCIENCIA Y PSIQUIATRÍA. EN ESTA CHARLA NOS COMPARTE UNA VISIÓN NEUROPSICOLÓGICA SOBRE LOS TIPOS DE AMOR Y LA MANERA EN QUE ÉSTOS INFLUYEN EN NUESTRA SALUD MENTAL.

Debemos consultar a un especialista cuando empecemos a tener sentimientos de carencia, cuando no tengamos respuestas congruentes a los sucesos de nuestra vida cotidiana […].

Siempre atento a los problemas que aquejan a sus pacientes, Alejandro Córdova también ha sido un sobresaliente funcionario de la salud mental pública.

Hablemos por favor sobre su formación académica y sobre su trayectoria profesional.
Me formé como médico en la UAM Xochimilco. Mi especialidad es la psiquiatría, y la residencia la hice en el hospital Fray Bernardino Álvarez.

También cursé en la Universidad Iberoamericana un diplomado en actividades gerenciales y tengo una Maestría en gestión de la calidad en los servicios de salud por la Universidad de Murcia.

He trabajado en el IMSS en las áreas de prevención de la salud pública y he sido asesor y el responsable del Programa de Salud Mental de la Secretaría de Salud de la CDMX. Hay que puntualizar que siempre me ha interesado la clínica y atiendo a pacientes que requieren tratamiento integral de la esfera mental.

¿Cuál es su mayor pasión?
Sin lugar a duda, entender y atender los estados psicóticos, específicamente la esquizofrenia que continúa siendo el paradigma de la psiquiatría.

Los legos pensamos que la esquizofrenia es algo así como experimentar una doble o triple personalidad...
Los estados psicóticos pueden ser consecuencia de depresiones severas, pueden heredarse o ser producto del consumo de sustancias tóxicas. Los primeros brotes ocurren en adultos jóvenes o en adolescentes tardíos.

Y sí, podríamos decir que efectivamente el paciente esquizofrénico tiene una doble vida, pero no como la de algún superhéroe. En la psicosis se genera una división mental, una escisión, pero lo que sucede es que la persona empieza a perder el sentido de la realidad y experimenta alucinaciones.

¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se ha enfrentado?
Nos falta mucho por conocer en relación con los problemas mentales. Otro problema es que el sector salud aún le presta muy poca atención a la prevención o al tratamiento de los problemas mentales. Hace diez años había en el IMSS 100 mil médicos generales y sólo 300 psiquiatras y 400 psicólogos. Por eso, se debe presionar mucho para que un proyecto público de salud mental se realice.

Usted es un caso especial entre los psiquiatras porque también se dedica a administrar, a gestionar…
Sí. Yo digo que tengo un animal político escondido y que de tanto en tanto, se manifiesta. Pero mi animal político no persigue un puesto público; le gusta ser gestor de asuntos de salud mental pública. Me apena que haya tantos buenos psiquiatras que prefieran sólo dedicarse a la clínica o a la investigación; que todas esas mentes brillantes huyan de la gestión.

¿Qué se necesita para ser un líder en el ámbito de la psiquiatría?
Primero, que el médico sea un experto en la prevención y la rehabilitación de problemas mentales. Yo, por ejemplo, venía de hacer mucho trabajo clínico cuando llegué a la administración... Entonces, digo que cuando alguien desee ser un líder debe, en primer lugar, estar muy bien informado, muy experimentado clínicamente, para que en el momento que sea necesaria una normatividad específica -que dicho sea de paso hace mucha falta en nuestros hospitales psiquiátricos públicos-, el médico gestor sepa qué hacer.

Este número de Capitel está dedicado a reflexionar sobre el amor, ¿cómo se puede definir este sentimiento desde la neurociencia y la psiquiatría?
Aunque la psiquiatría se ocupa de problemas más urgentes como los estados psicóticos o la depresión, podríamos decir que existen varios tipos de amor. El amor filial o fraterno, el amor que nos inspira una mascota, así como el amor erótico que implica contacto físico y nos proporciona placer.

Y, por último, está el amor a la pareja que puede exigir sacrificio en proyectos a largo plazo como la crianza de un hijo; un sacrificio que siempre debe contar con el reconocimiento y el agradecimiento. No debemos olvidar el amor propio. Nunca debemos pensar el amor como se muestra en las telenovelas o en muchas películas construido sobre un “hagas lo que me hagas yo siempre te seguiré amando”. Eso no debe existir.

¿Cómo y cuándo debemos atender nuestra salud mental?
Debemos consultar a un especialista cuando empecemos a tener sentimientos de carencia, cuando no tengamos respuestas congruentes a los sucesos de nuestra vida cotidiana, cuando eso que llamamos bienestar deje de estar presente en nuestra vida. Los psiquiatras hablamos entonces de disfuncionalidad. Se deja de apreciar y estimar la vida social, familiar o laboral, y todo aquello que nos motivaba y satisfacía empieza a desvanecerse. Ahí es cuando debemos acudir a un psicólogo o un psiquiatra para que nos oriente.

¿Cuáles son los padecimientos mentales que más aquejan a los mexicanos?
La ansiedad y la depresión que podrían llevarnos a un callejón sin salida como el suicidio.

¿Cómo influyen las situaciones sociales y económicas en el individuo?
Un estado prolongado de estrés podría derivar en, por ejemplo, el consumo de drogas y alcohol; adicciones que no sólo padece el ciudadano común sino también algunos de nuestros mandos medios y altos que toman decisiones públicas.

¿Ve usted en el horizonte alguna solución para la salud mental pública?
Claro. Si un gobierno da al ciudadano garantías de salud pública, si promueve eficazmente la tolerancia, la integración social de minorías, si erradica la violencia de género, si en suma logramos una convivencia armoniosa en la familia, la escuela y las calles, entonces la salud mental pública mejorará.

Por último, ¿qué consejo le daría a nuestra comunidad universitaria para gozar de una buena salud mental?
Yo recomendaría no ser absurdamente competitivos. Sé que en una sociedad como la nuestra esto resulta difícil, pero hay que intentarlo. Yo lo viví como estudiante. Fui un alumno muy competitivo. Mis hijos y algunos de mis alumnos lo son, pero rebasado cierto límite, ser competitivo crea desequilibrio mental. Evitemos la soberbia y no sobrepasemos un sensato nivel de exigencia en los estudios.

Es sumamente importante prepararse como profesionistas, pero como personas también. Hay que aprender a desarrollar un estado de equilibrio mental que nos proporcione una calidad de vida aceptable. El amor del que hemos hablado, el entretenimiento recreativo, las relaciones sexuales son importantes para gozar de salud mental. Debemos darles su lugar.

Alejandro Acevedo es editor y periodista cultural. También es colaborador de diversas publicaciones.

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