fbpx

EL PODER ES UNA BESTIA DORADA EL PODER ENALTECE O ENVILECE

por María del Carmen Rodríguez Servín

El poder no siempre se manifiesta de maneras evidentes, en ocasiones, actores sociales aparentemente neutros pueden influir de manera contundente en el rumbo de una sociedad. Es importante que ante esto, el derecho ponga límites y se asegure de que el uso del poder tenga un propósito más allá de sí mismo.

Constantin Brancusi, La Muse Endormie II (La musa dormida II), 1920. © (2016) Artist Rights Society (ARS), Nueva York, NY/ ADAGP, París. Crédito fotografía: © Francois Halard. Cortesía de Paul Kasmin Gallery.

La relación entre poder y derecho es muy estrecha; el derecho define el actuar del poder y le pone límites. Podría afirmarse que poder y derecho constituyen un binomio indisoluble.

En consecuencia, se necesitan algunas referencias en torno al poder y al derecho. Para definir al poder desde una óptica jurídica citaremos a Max Weber quien señala: “el poder es la probabilidad de que un actor dentro de un sistema social esté en posición de realizar su propio deseo, a pesar de las resistencias”.

¿Pero cuáles son las relaciones de poder que actúan en una sociedad?

El derecho tiene una tarea fundamental en la sociedad, conocer mediante la sociología jurídica las necesidades de la colectividad donde regirán las normas, descubrir los problemas que se presentan y las alternativas de solución. Reconocer con el auxilio de la axiología jurídica, los valores que se buscan preservar y vincular lo obtenido para generar un derecho que contenga normas que recojan los intereses y los valores, un derecho no sólo vigente sino eficaz.

Normas que preserven los valores del derecho, como la justicia, la libertad, la seguridad, entre otros, y que no permitan acuñar frases como “aplíquese la Ley hasta sus últimas consecuencias”. Leyes que frenen realmente las ansias de poder y de dominio en cualquiera de sus formas, que pongan límites en beneficio de la sociedad a “La bestia dorada”, pues como señala un proverbio latino “Manda el que puede, pero obedece el que quiere”.

El derecho deberá generarse luego de contemplar normas que no permitan llegar al poder a aquellos individuos cuyo único propósito sea “el poder por el poder mismo” pues como señala Rolland “Es más fácil no dar poder a ciertos hombres que impedir que abusen de él”.

"El derecho tiene una tarea fundamental en la sociedad, conocer mediante la sociología jurídica las necesidades de la colectividad donde regirán las normas, descubrir los problemas que se presentan y las alternativas de solución".

El derecho tiene una tarea fundamental, limitar y  acotar las ansias de poder que hoy en día se han convertido en un interés generalizado, que incluso en ocasiones, adquieren tintes de agresividad. El derecho debe poner límites con el fin de no caer en las redes del poder mismo y observar los principios de libertad, justicia y el ejercicio democrático de las garantías individuales. De no cumplir con esta tarea, se convertiría en cómplice, en instrumento de un ejercicio ilimitado del poder por el poder, y por lo tanto, del ejercicio de la fuerza, la inequidad y la injusticia.

“El poder es una Bestia Dorada que todos desean poseer, que puede envilecer o enaltecer a quien lo ejerce, que sólo puede ser controlado por el derecho”.

Pareciera ser que en un primer plano el poder se vincula únicamente con el derecho, es decir, el que otorgan las normas jurídicas, sin embargo, el poder también se relaciona con el que poseen los entes económicos, el de las instituciones religiosas y otras que actúan sobre el individuo no reconocidas por el derecho. Como el poder del padre o la madre sobre la familia, el maestro en la cátedra, el empresario sobre el empleado, el delincuente sobre la sociedad al que pareciera no reconocer el derecho, pero que existe como un factor real del poder.

El poder se aprovecha consciente o inconscientemente, con o sin valores. Poder que los individuos buscan de esa forma.

El poder puede convertirse en una locura cuando “una verdad, un paradigma” es aceptado por un grupo que actúa en función a esa verdad arrollando a otros, incluso violentándolos para que la acepten, o peor aún, al pretender legitimar esa verdad mediante el derecho.

Heinz Mack, The Sky Over Nine Columns, Venice (El cielo sobre nueve columnas, Venecia), 2014. Fotografía de Oleg Znamenskiy / Shutterstock

Constantin Brancusi, Mademoiselle Pogany (Señorita Pogany), 1913. © (2016) Artist Rights Society (ARS), Nueva York, NY/ADAGP, París. Crédito fotografía: © Francois Halard. Cortesía de Paul Kasmin Gallery.

"De no cumplir con esta tarea, [el derecho] se convertiría en cómplice, en instrumento de un ejercicio ilimitado del poder por el poder, y por lo tanto, del ejercicio de la fuerza, la inequidad y la injusticia".

Doctora María del Carmen Rodríguez Servín es Directora de Leyes y Ciencias Políticas de Universidad Humanitas campus Del Valle.

Deja un comentario

error: Contenido protegido !!