De un tiempo para acá el tema de la sustentabilidad ha ido cobrando cada vez mayor relevancia en prácticamente todos los ámbitos de la vida: la arquitectura, la industria alimenticia, la energética, la economía, la política, el diseño e incluso el arte. Parece ser que finalmente empezamos a despertar de un largo sueño y a preocuparnos por buscar nuevos caminos que ofrezcan alternativas de consumo responsable. Esto es, que en el proceso de producción de los productos se considera tanto el impacto social como el ambiental.

Esta nueva tendencia ha surgido gracias a varios factores, entre ellos, la conciencia ecológica, las crisis económicas de los últimos años, pero sobre todo, quizá, debido a que ciertos sectores sociales han tomado conciencia del daño que generan las dinámicas contemporáneas de consumo desenfrenado. Ejemplo de esto es la transformación que la idea de lujo ha sufrido

en los últimos años. Hace unas décadas, un artículo de lujo era un collar de diamantes de unos miles de euros. Hoy, el consumidor de lujo ya no busca ostentar riquezas mediante productos desorbitantemente caros, sino subrayar su inteligencia y ética comprando productos respetuosos del trabajo de las personas y de los ciclos de la naturaleza.

Es también en este contexto de conciencia cuando surgen los llamados movimientos Slow: Slow Food, Slow Design, Slow Fashion, Slow Travel, Slow School… los cuales básicamente promueven desacelerar el paso, tomar control del tiempo y darnos espacio para disfrutar y crear lazos significativos con los objetos y momentos de los que llenamos nuestra vida. Así, podemos percibir que la sociedad se inclina cada vez más por adoptar actitudes sustentables, y que estos estilos de vida reflejan una nueva clase de poder, el del conocimiento y la información, el poder sobre nuestras propias decisiones de consumo.

Pero, ¿cómo generar una imagen sustentable? Bajo este panorama, resulta interesante darse un momento para pensar, desde nuestro lugar, cómo podemos sumarnos a este movimiento, que no sólo representa un esfuerzo por mejorar las condiciones ecológicas y sociales del planeta, sino también llenar de significados y experiencias nuestra propia vida.

Al proponerte una imagen sustentable, nuestra intención es que generes algunas reflexiones sobre los productos que consumes, y las dinámicas en que lo haces, para darte cuenta qué tan conscientes y necesarios son los objetos con los que vistes tu espacio, tu cuerpo y tu vida.

Te compartimos algunas ideas con las que puedes iniciar el camino hacia una imagen propia acorde con las lógicas de la sustentabilidad:

· Toma conciencia sobre tus prácticas de consumo. La próxima vez que pienses que necesitas ir de compras, date un momento para reflexionar si realmente necesitas algo más, o si puedes retarte a ti mismo y a tu creatividad a crear nuevos looks con las prendas que ya tienes. Pero recuerda, si tu ropa está manchada o rota, sin duda es momento de comprar una nueva.

· Consume menos productos que sean de mejor calidad. A la hora de gastar en tu imagen, te recomendamos que, en lugar de

seguir la inercia consumista de comprar muchos productos en oferta, optes por invertir en pocas prendas que sean de mejor calidad y dentro de lo posible, utilicen técnicas y materiales social y ecológicamente responsables. Lo mismo cuando compres cosméticos o productos de higiene personal, una buena crema siempre será mucho más poderosa que varias de mala calidad.

· Aprecia y aprende sobre los productos artesanales. México es rico en cultura y esto se ve reflejado en el asombroso trabajo artesanal que encontramos en todas las regiones del país. Es una buena idea escoger algunas prendas o accesorios hechos a mano para ponerle un toque de originalidad y creatividad a tu imagen, al mismo tiempo que apoyas el trabajo local, las tradiciones y el comercio justo.

· Haz tu propia ropa. Puedes dedicar tus tiempos libres a crear tu propia ropa a partir de tutoriales en línea o la ayuda de algún familiar que sepa coser, bordar o tejer. Así llenarás tu clóset de prendas personalizadas a tu gusto y cuerpo, que nadie más tendrá. Este ejercicio, además, te ayudará a fortalecer la concentración y seguridad en ti mismo.

Llenar tu vida de prendas y objetos que valoren los procesos naturales y la participación e integración social, te ayudará a crear una imagen y estilo de vida más significativos, que comuniquen responsabilidad y ética, valores que cada vez con más empeño se perfilan como la nueva manera de liderazgo y poder.

2, 3, 4, 9, 10 y 12; Everlane es una firma que nació en San Francisco, California, preocupada por ofrecer a sus consumidores la mayor información posible sobre dónde, cómo y cuánto cuesta producir los productos que compran. Cortesía de Everlane.
everlane.com

6 y 14; Slow Watches. Esta marca suiza crea relojes basados en el concepto Slow con una sola manecilla y con las 24 horas marcadas en la pantalla para ofrecer a sus usuarios una conciencia profunda del progreso de cada día. Cortesía de Slow Watches.
slow-watches.com

11, 13, 15, 16 y 17; Brave Gentle Man es una marca neoyorkina, que se rige bajo la idea de una moda ética, tomando en cuenta la innovación, el uso de materiales veganos, el trabajo ético y la calidad de sus productos. Cortesía de Brave GentleMan.
bravegentleman.com