LA ENSEÑANZA DE LAS ARTES: CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO A PARTIR DE LA IMAGINACIÓN, LA CREATIVIDAD Y LA ALEGRÍA

por Elisa Navarro Chinchilla
imágenes de Verónica Gerber Bicecci

Cuatro especialistas en arte y educación comparten sus reflexiones sobre la importancia del arte como asignatura escolar y su potencia transformadora. Las respuestas se perfilan como argumentos sólidos que demuestran el valor y todas las posibilidades que despliega la enseñanza del arte.

¿Para qué enseñar arte en la escuela? En general, esta asignatura se considera relleno; esto se refleja en el tiempo (entre 5 y 7%) que se le otorga en los planes y programas de la SEP, en comparación con el que se le dedica a las matemáticas (entre 20 y 25%). Para hablar de la importancia de la enseñanza de arte en educación básica, nos dimos a la tarea de entrevistar a artistas y profesores de arte: Verónica Gerber (VG), Alejandro Valencia (AV), Ana García Kobeh (AGK) y Laura Furlan (LF). 

Esto fue lo que nos respondieron: 

¿Por qué es necesario acercar el arte a los niños y adolescentes como parte de su formación?
VG: A veces creo que tendría que ser al revés, es decir, que lo que tenemos que hacer es acercar el arte de las infancias a las personas adultas. Y pensar todo desde ahí, al revés.

AGK: Adquieren y afinan sus habilidades para resolver problemas visuales, como la distribución de elementos en un espacio, buscar el equilibrio en una composición o la armonía en una gama de colores. Aprenden a disfrutar y ser mejores consumidores de objetos visuales, desde la portada de un libro, un videojuego hasta una exposición. Desarrollan un ojo crítico y se protegen ante una creciente oferta de publicidad en los entornos reales y virtuales. Adquieren habilidades de observación, análisis y comunicación de lo visible. Desarrollan habilidades técnicas de dibujo, pintura, escultura y experimentación con diferentes medios y procesos. Disfrutan del placer de ver sus ideas transformadas en resultados concretos. Ensanchan un pensamiento creativo y no convencional muy valorado en toda profesión.

AV: Posibilita la creación de conexiones neuronales, que de otro modo no se generan. Les da la posibilidad de aprender un lenguaje que abre sus posibilidades de comunicación. Enriquece su calidad de vida. Niños que tienen dificultad para encontrarse valiosos o capaces en otras actividades, logran sentirse validados a través de sus habilidades con el arte.

LF: Me interesa pensar que las artes para las infancias y adolescencias representan un campo desde el cual se genera conocimiento o estructuras de pensamiento; un piso para construir posturas ante el mundo. Las artes, entendidas como procesos y no sólo como resultados, poseen la capacidad de empujar constantemente sus propios límites, sus fronteras; de modificar los formatos, marcos y medios de expresión; de re-enfocar las preguntas que nos hacemos y las inquietudes que las provocan; de dislocar sus formas de acción, de descubrir lo que somos capaces de inventar. Me gusta pensar que el arte es capaz, entonces, de producir deslizamientos de sentidos y modificar sus propios objetivos en aras de una lectura del presente. Pienso en el arte, y en especial en las artes desde el terreno educativo, como un barómetro capaz de registrar la presión, el pulso de un tiempo siempre cambiante. ¿Cómo interpretamos sus señales en este tiempo bipolar —fluido y a la vez extremadamente rígido— como el que nos toca?

Las habilidades manuales y de pensamiento que esta materia promueve tienen una creciente demanda en una amplia gama de profesiones e industrias contemporáneas.

Kevin Alejandro, 1º de primaria.

Bruno Mathias, 6º de primaria.

Verónica Gerber Bicecci, Las palabras y las imágenes, 2018. Fotografías de Aimée Suárez Netzahualcóyotl. Cortesía de la artista.

¿Podrías resumir alguna experiencia transformadora al trabajar procesos artísticos con niños o adolescentes?
VG: Durante una serie de talleres con infancias, empecé a pensar que su mirada es la de una máquina del tiempo porque su lenguaje (visual, oral, corporal) suele recordarnos los periodos de nuestra vida, en el pasado, en los que podíamos ver el mundo de otra manera; o bien, las ideas que comparten, nos empujan a imaginar tiempos, mundos y futuros que no existen. Esa mirada–portal es la que siempre encuentro transformadora. Desafortunadamente, tiene poco lugar en los espacios de exhibición (museos, auditorios, galerías, publicaciones, etcétera) que suelen inundarse de procesos artísticos hechos por y para personas adultas.

AV: Tengo un alumno con dificultades de aprendizaje al cual se le complica enfocarse y aprender materias como matemáticas o español. Por este motivo se sentía avergonzado y se separaba de sus compañeros. En la clase de arte empezó a desarrollar un personaje imaginario del cual se desprendieron una serie de historietas ilustradas. Estas resonaron de manera significativa entre sus compañeros, y ahora él encabeza a un amplio grupo de niños que “editan” diferentes números de una extensa colección de cómics.

AGK: En los 30 años que fui maestra de arte en secundaria y preparatoria, nunca dejé de asombrarme con el resultado de la tarea semanal de una hora de dibujo de observación sujeto a análisis y evaluación posterior en clase. Sin prisa pero sin pausa, esta práctica constante lleva a cada estudiante a usar al máximo su capacidad de observar y dibujar sólo lo que ve, tal como lo ve con algo tan simple como un lápiz del número dos. Los dibujos infantiles de los 13 años, a los 16 se convierten en dibujos muy personales, de una gran competencia adulta y valor artístico.

LF: En 20 años de trabajo con adolescentes y niños, pienso que más que nombrar una experiencia en particular me gustaría hacer énfasis en las artes como un espacio-tiempo de encuentro constante, que, en muchas ocasiones, las más afortunadas, han generado vínculos, resonancias y hasta vocaciones. Por ejemplo, muchos de mis alumnos del taller de teatro han decidido dedicarse a las artes escénicas. 

Si tuvieras que convencer al diseñador de planes y programas de las instituciones educativas formales sobre la importancia de impartir arte, ¿qué argumento usarías?

VG: La comprensión lectoescritora es vista como el pilar más importante de la educación básica y media, ese es un paradigma que habría que romper pero no creo convencer a ningún diseñador de planes y programas empezando por ahí. Las asignaturas artísticas suelen considerarse únicamente como un complemento y, en el peor de los casos, como actividades de “relleno”. El problema para mí está en esa falsa separación que asume que las artes no son una dimensión más (de profundización y complejización) de la comprensión lectoescritora, tal vez ese enfoque sea más útil para convencerles.

AGK: Subsanar la injusticia de generaciones de impartir la materia como una de menor valor a las consideradas académicamente importantes. Las habilidades manuales y de pensamiento que esta materia promueve tienen una creciente demanda en una amplia gama de profesiones e industrias contemporáneas.

LF: Las asignaturas artísticas nos permiten relajar, desestresar, canalizar ansiedades, expresar sentimientos, ideas y emociones mediante la creatividad; un tiempo que nos da un respiro de lo que pareciera que se genera, o a veces simplemente no es posible combatir desde otras disciplinas, por las exigencias académicas de evaluaciones y resultados. Construyen conocimientos desde procesos mentales ligados a la experiencia; desde las formas de relacionarnos; desde la creación de laboratorios de imaginación y creatividad; y desde la alegría.

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Escuchar estas voces nos ayuda a entender que el arte es una forma de comprender el mundo; un barómetro que mide el pulso de una realidad compleja y en constante cambio. Al mismo tiempo, esta herramienta emocional nos permite enfrentar y procesar nuestro entorno. Ambas razones nos llevan a pensar que el arte, como asignatura escolar, debería tener un lugar aún más destacado. 

Máximo, 5º de primaria.

Nadia, 1º de primaria.

Imágenes: Verónica Gerber Bicecci en colaboración con los asistentes al taller Palabras del futuro realizado en el marco de la exposición El vocabulario b en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, MUCA-ROMA en 2019.

Elisa Navarro Chinchilla es desarrolladora de videojuegos y tecnología educativa. Fundadora de Gold Bug Interactive y maestra en Pedagogía por el Instituto de Educación de UCL del Reino Unido. Ha trabajado para organizaciones como UNODC, PBS, GIZ, FRP, McGill, Televisa, entre otras. www.goldbuginteractive.com

Verónica Gerber Bicecci es una artista visual que escribe. Su búsqueda artística explora el cruce entre la palabra y la imagen. Actualmente coordina, junto con Guillermo Espinosa Estrada, el Taller permanente de escritura diagonal. Verónica es una de las entrevistadas para este texto. Vive y trabaja en la Ciudad de México. www.veronicagerberbicecci.net | Instagram @ambliopia