Imágenes cortesía del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, ITESO.
por Verónica Guerrero Mothelet
ESTE PROYECTO DE COLABORACIÓN UNIVERSITARIA MULTIDISCIPLINARIA EN MÉXICO DISEÑÓ UNA MASCARILLA TRANSPARENTE, REUTILIZABLE E INCLUYENTE, CON UN ALTO GRADO DE SEGURIDAD.
Los ajustes obligados por la pandemia actual no están exentos de dificultades. Por ejemplo, la mascarilla cotidiana, indispensable para nuestra seguridad sanitaria, acarrea ciertos problemas.
Un informe reciente indica que el descarte imprudente de mascarillas desechables ha provocado un aumento de entre 4 mil 680 y 6 mil 240 toneladas de residuos plásticos en los cuerpos acuáticos del planeta, con la consecuente alteración de los ecosistemas.¹
A ello se suma la cuestión de que la mascarilla convencional obstaculiza la lectura labiofacial a las personas con déficit auditivo, que en México representaban 18.4% de la población mayor de cinco años en 2018.²
Para encontrar una respuesta debe trazarse la raíz de los problemas. Eso hizo un equipo universitario del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), dirigido por Miguel Huerta Gutiérrez, profesor del Departamento de Hábitat y Desarrollo Urbano. El grupo, formado por Andrea Zúñiga, César Iván Velarde, Oliver Mederos, Brenda Paulina Ramírez, Elena Michelle González y Paulina Gutiérrez Fernández, materializó una solución doble en Brankia, la mascarilla transparente y reutilizable.
Un informe reciente indica que el descarte imprudente de mascarillas desechables ha provocado un aumento de entre 4 mil 680 y 6 mil 240 toneladas de residuos plásticos […].
El profesor Huerta explica que, a los dos mil alumnos de educación básica con problemas auditivos en el país, se suman personas con problemas de atención o con autismo, para quienes son necesarias las expresiones faciales a fin de que obtengan una mejor interacción visual. Además, “el principal pretexto para no usar mascarillas, principalmente entre la población adulta, es que oculta medio rostro”.
Tras analizar la problemática, surgió la idea de crear un producto inclusivo; desarrollaron un proyecto multidisciplinario, en el que cada cual aportó una visión distinta: desde el análisis del modelado en tercera dimensión, hasta la ergonomía y estética, evitando fallas en los procesos y garantizando su calidad.
Su esfuerzo generó el concepto de Brankia, cuyo nombre aterriza la asociación entre la respiración y la estética distintiva de la mascarilla, similar a un ajolote, icono prehispánico con branquias y sonrisa.
Como parte del programa “Proyecto de Aplicación Profesional”, Brankia busca reducir la brecha social y económica en el acceso a productos y tecnologías que pueden mitigar desastres, pero espera mantenerse después de concluida la pandemia.
Brankia está creada para ser tanto o más segura que las mascarillas N95, se limpia y descontamina simplemente con agua y jabón y sus filtros intercambiables, que deben sustituirse cada 72 horas, son tan pequeños que su uso representaría una reducción de 80% en desperdicios, comparados con los que generan las mascarillas desechables.
Verónica Guerrero es periodista y divulgadora de la ciencia, ha sido corresponsal de la revista Nature Biotechnology y colaboradora frecuente en ¿Cómo ves? y otras áreas de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
1. OceansAsia, “COVID-19 Facemasks & Marine Plastic Pollution”, https://bit.ly/3fLmfbA (consultado el 25 de febrero 2021).
2. INEGI, “Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018”, https://bit.ly/3dt0p9N (consultado el 25 de febrero 2021).