Todas las imágenes: Arcadia / Bosk en Leeuwarden, de mayo a agosto de 2022. Vía www.arcadia.frl/en/projecten/bosk.
por Yanine Quiroz
BOSK ES UN PROYECTO ARTÍSTICO Y DE ECOLOGÍA URBANA DESARROLLADO EN LOS PAÍSES BAJOS QUE PROPONE UN BOSQUE CAMINANTE QUE INVADA LA CIUDAD Y AYUDE A CREAR CONCIENCIA SOBRE LA IMPORTANCIA DE NUESTRA RELACIÓN CON EL MEDIO AMBIENTE. REPRODUCIR ESTA INICIATIVA EN NUESTRO PAÍS PUEDE TRAER GRANDES BENEFICIOS.
¿Qué?
La idea de tener árboles ambulantes en las ciudades podría parecer ficticia o futurista si esto no hubiera sucedido en las calles de Leeuwarden, una ciudad neerlandesa con apenas 122 mil habitantes, quienes han apoyado la iniciativa y viven los beneficios ambientales y sociales de reemplazar el asfalto por frondosos árboles nativos.
Fotografía de Floris van Leeuwenberg.
¿Dónde?
Se trata de una iniciativa ciudadana llamada Bosk, en la que mil árboles de especies locales como el maple, el roble o el encino son plantados en 800 macetas de madera grandes que pueden ser movilizadas por los habitantes en los Países Bajos. El proyecto fue reportado por The Guardian, que indica que este tipo de macetas ayudan a relajar mucho a las personas, enfrían y mejoran la calidad del aire e incluso hay personas que quieren que los árboles permanezcan. El programa Bosk comenzó en mayo de este año y a partir del 14 de agosto los árboles han sido plantados alrededor de la ciudad, incluso en zonas de bajos recursos con pocas áreas verdes. Fue parte del festival Arcadia, que se realiza cada tres años e incluye debates, exhibiciones y presentaciones en torno al tema de reconectar con la naturaleza.
Fotografía de Xanne Vera.
Fotografía de Sanne Kerkhof.
¿Cómo?
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente, la Ciudad de México, por ejemplo, cuenta con cerca de 67,311,573.8 m2 de áreas verdes distribuidas a lo largo de sus 16 alcaldías.¹ Estas áreas verdes van desde camellones y alamedas hasta parques y terrenos baldíos. Dichos espacios son perfectos para plantar un jardín comunitario. Los dueños de los terrenos pueden prestarlos a la comunidad para dicho uso. También es posible adoptar un área verde de la ciudad mediante el programa Reto Verde² de la SEDEMA. Otra alternativa más sencilla es plantar hierbas, frutas y vegetales en macetas dentro de las casas y compartirlas entre los vecinos. Darles un uso a los espacios desiertos de la ciudad puede ayudar a unir a las personas en proyectos conjuntos, generar alimento de forma sustentable y reducir la contaminación orgánica. Además, el contacto con la naturaleza es un buen aliado para cuidar la salud mental.
Fotografía de MARCDEFOTOGRAAF.
Fotografía de Floris Leeuwenberg y Richard Winkelmeijer.
Fotografía de MARCDEFOTOGRAAF.
Yanine Quiroz es periodista especializada en medio ambiente y cambio climático. Desde hace cuatro años colabora con medios mexicanos y extranjeros como Mongabay, Diálogo Chino, Climate Tracker, Distintas Latitudes y Nexos, entre otros. Ha hecho coberturas transfronterizas y de eventos internacionales como la COP26 en Glasgow.