por Violeta Cristina Padilla Rivera
imágenes de Santiago Cárdenas Arroyo
Los trastornos de aprendizaje pueden generar desafíos significativos, pero la psicoterapia humanista ofrece un enfoque efectivo para abordarlos. Por medio de actividades lúdicas no directivas, esta terapia puede desmitificar los aspectos de esta condición, reforzar la autoestima y crear un ambiente de respeto y confianza, para que los individuos puedan desarrollar los recursos necesarios a fin de enfrentar los retos asociados y mejorar el bienestar emocional.
Un psicólogo educativo deriva a un consultante de ocho años diagnosticado con dificultades académicas limitantes en el área de la lectura, además de una manifiesta inseguridad y problemas de socialización. De acuerdo con el DSM-5-TR, su diagnóstico es trastorno específico del aprendizaje con dificultades en la lectura, caracterizado por la poca precisión en la lectura de palabras, poca velocidad o mala fluidez de la lectura y su comprensión.
En el tratamiento con el psicólogo ha mejorado la fluidez y la comprensión lectora de acuerdo con lo esperado en la intervención, sin embargo, no ha logrado adaptarse debido a deficiencias en las competencias psicosociales, consecuencia de su pobre autoconcepto e inseguridad que enfrenta por el problema con la lectura. Su proceso psicoterapéutico se enfocó en desarrollar dichas competencias psicosociales que le permitieran fomentar la autoestima y abordar sus necesidades emocionales, sociales y cognitivas.
El psicoterapeuta acompaña con cercanía y empatía, facilitando que el infante explore su potencialidad y desarrolle […] su confianza y aceptación.

Santiago Cárdenas Arroyo, Tablero, 2023. Cortesía de Leon Tovar Gallery.

Santiago Cárdenas Arroyo, La tiza roja, 2024. Cortesía de Leon Tovar Gallery.
En 1993 la OMS definió las habilidades para la vida o competencias psicosociales como “la habilidad de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y desafíos de la vida diaria”. Estas habilidades se adquieren en el trayecto de nuestras vidas mediante la experiencia directa, un entrenamiento intencional, el modelado o creando espacios creativos que permitan su exploración. Según la OMS, el modelo de educación en habilidades para la vida busca desarrollar en niñas, niños y adolescentes destrezas para mejorar su competencia personal y social, y enfrentar los retos de la vida. En el contexto humanista, el objetivo psicoterapéutico es acompañar al infante en el desarrollo de estas competencias psicosociales al permitir la introspección y generando empatía.
El psicoterapeuta crea un ambiente de respeto y confianza para que el niño pueda ir construyendo sus recursos y enfrente los retos que implica su condición en el aprendizaje. Su acompañamiento le ayuda a desmitificar el trastorno del aprendizaje y fortalece la autoestima del niño. Este modelo psicoterapéutico trabaja con la persona y no con el trastorno. La psicoterapia no sustituye la intervención psicológica educativa, en la que aprende habilidades lectoras y de comprensión, pero es un complemento necesario para desarrollar la gestión emocional.
El infante experimenta la aceptación real y genuina del psicoterapeuta (elemento medular del modelo humanista), y modifica su autoconcepto al aprender habilidades como la empatía, la gestión y el manejo del estrés, mediante experiencias lúdicas y narrativas no directivas. De acuerdo con Violeta Oaklander estas estrategias facilitan que niños y adolescentes recuperen y desarrollen aspectos que han perdido.
El psicoterapeuta acompaña con cercanía y empatía, facilitando que el infante explore su potencialidad y desarrolle, por medio de actividades multisensoriales, su confianza y aceptación. La introspección le permite tomar conciencia, buscando su congruencia en el sentir, pensar y actuar en el presente para reafirmar su potencial humano.
La intervención psicoterapéutica favorece el fortalecimiento del autoconocimiento, la toma de decisiones, el pensamiento creativo y crítico a partir de actividades y estrategias cognitivas de solución de problemas, filosofía para niños y juegos de mesa de destreza. Las habilidades sociales como la comunicación asertiva, las relaciones interpersonales y el manejo de conflictos, fueron abordadas en un grupo de encuentro, facilitando el desarrollo de la autoconciencia, vivir en el presente y la pertenencia social. La presencia de los pares en el contexto psicoterapéutico es decisiva para el crecimiento, ya que logró superar limitantes de convivencia que no había podido manejar en el aula escolar.
El rol del psicoterapeuta es primordial en este modelo, ya que el niño experimenta la aceptación positiva incondicional y genuina aprobación, libre de juicios y críticas por sus sentimientos, conductas y su condición en el aprendizaje.
El trabajo integral del psicólogo educativo y del psicoterapeuta generaron herramientas cognitivas y emocionales para mejorar la pertenencia al grupo. La psicoterapia humanista en infantes fomenta la experiencia a partir de la actividad lúdica no directiva, en la que el paciente explora su mundo y descubre las herramientas necesarias para enfrentar su condición, ya que es un espacio seguro para él.
Durante el crecimiento, la presencia del adulto es un factor importante en el desarrollo cognitivo, ya que transmite herramientas culturales de adaptación intelectual que los niños internalizan. Por tal motivo se invita a los tutores a integrarse al proceso y revisar las interacciones, la comunicación y las expectativas que tienen.
Estas estrategias psicoterapéuticas, la intervención psicológica y el trabajo con los tutores permitió que el infante tuviera una perspectiva total de sí mismo y de su entorno. Su avance se reflejó en el crecimiento personal y su desarrollo emocional mejorando la confianza, la inclusión, desarrollando competencias psicosociales y el rendimiento académico. Se adaptó a su grupo escolar, creó relaciones de apoyo genuinas con sus pares, se mostró más seguro de sí y entendió que su condición lectora no lo define como persona.
Según la OMS, el modelo de educación en habilidades para la vida busca desarrollar en niñas, niños y adolescentes destrezas para mejorar su competencia personal y social, y enfrentar los retos de la vida.

Santiago Cárdenas Arroyo, Tablero (derecho), 1977. Cortesía de Leon Tovar Gallery.

Santiago Cárdenas Arroyo, Tablero (centro), 1977. Cortesía de Leon Tovar Gallery.

Santiago Cárdenas Arroyo, Tablero (izquierdo), 1977. Cortesía de Leon Tovar Gallery.
Violeta Cristina Padilla Rivera es licenciada en Psicología por la Universidad de Guadalajara, maestra en Psicoterapia Gestalt y doctora en Desarrollo Humano. Con más de 20 años de experiencia docente, es colaboradora de Ceneval y miembro del Comité de Acreditación del CNEIP. Fundadora de Cocrear Psicoterapia, espacio de salud mental, y docente en Universidad Humanitas desde 2021. Recibió el Premio Estatal de Psicología Jalisco 2022 por una Cultura de Paz.








