Todas las imágenes: Luis Armando Zesatti (México, 1965). Cortesía de Galería Interart.
por José Ángel González Araujo
LA HISTORIA DE LA BICICLETA ES TAMBIÉN LA HISTORIA DE LA INNOVACIÓN EN LA MOVILIDAD HUMANA. CONOCER LOS ORÍGENES Y EL DESARROLLO DE ESTE MEDIO DE TRANSPORTE DA UNA PERSPECTIVA SOBRE CÓMO HEMOS SABIDO ADAPTAR LA TECNOLOGÍA A LAS NECESIDADES E INQUIETUDES DE NUESTROS TIEMPOS.
La bicicleta es uno de los medios de transporte más populares en todo el mundo; en México es además una solución reciente a los problemas de movilidad y contaminación del aire. De este vehículo se conocen antecedentes de su existencia en antiguas civilizaciones de Egipto, China e India, aunque el velocípedo es su antecesor directo. Éste era un aparato orientable de dos ruedas de madera unidas por una barra o palo de un metro de largo que se desplazaba por el impulso de los pies en el suelo: un artilugio que el barón alemán Karl von Drais desarrolló en 1817 a partir de propuestas anteriores de varios inventores. Se le conocía también como “caballo de batalla”, “draisina” y “máquina de correr” y le otorgó a von Drais el reconocimiento como padre de la bicicleta.
A partir de la década de 1860, varios inventores franceses desarrollaron prototipos con pedales unidos a la rueda delantera. Pierre Lallement, Pierre Michaux y Ernest Michaux crearon las primeras máquinas que se denominaron “bicicletas”, pero también se les conocía como boneshaker debido a que, por las condiciones del suelo y la ausencia de llantas, su manejo no era del todo placentero, podía resultar incluso doloroso.
Las famosas bicicletas con rueda delantera de gran tamaño fueron una innovación que buscaba agregar estabilidad. Estas máquinas extrañas se pusieron de moda en las décadas de 1870 y 1880; dieron lugar a los primeros clubes de bicicletas y competencias. La Rover o “bicicleta de seguridad” nació en 1885 con ruedas de igual tamaño y una transmisión por cadena, propuesta del inglés John Kemp Starley. Las siguientes novedades no tardaron en aparecer: frenos y neumáticos que establecieron la plantilla básica de la bicicleta moderna.
“Compre una bicicleta. Si sobrevive, jamás se arrepentirá”
En la década de 1880 la bicicleta era considerada una moda pasajera y peligrosa, pero quienes la experimentaron, como dijo el escritor Mark Twain, jamás se arrepintieron. La sensación de libertad y la excitación por la aventura pronto tomaron el manubrio.
La edad de oro de las bicicletas duró 50 años, desde 1900 hasta 1950, cuando se convirtieron en uno de los principales medios de transporte público. Los primeros clubes de bicicletas popularizaron la conducción recreativa en América y Europa.
La era moderna comenzó en la década de 1970 con la concientización sobre los beneficios del ejercicio y la eficiencia energética. En 1975 millones de ciclistas comenzaron a conducir un nuevo tipo de bicicletas mucho más livianas y económicas.
Del carbón al carbono y otros trucos
En 1999, Lance Armstrong participó en el Tour de Francia, competencia que se originó en 1903, sobre una bicicleta de carbono. Fue la primera de este material en ganar el Tour. Aunque hoy se sabe que Armstrong acudía al dopaje, marcó el momento en que el carbono se convirtió en el material de elección para los cuadros de bicicleta.
En la reciente búsqueda por cuidar el planeta, se han incorporado las bicicletas híbridas que combinan características de la bicicleta de montaña y las de ruta, especializadas para uso en las ciudades que tanto han contribuido en la lucha contra el deterioro medioambiental. También están las que integran motor en su cuerpo, lo que aumentó el interés por los vehículos de dos ruedas. Hoy hay más de mil millones de bicicletas y cada año aumenta la producción, como lo registran el Bicycle Retailer and Industry News y el Bicycle Market Research Institute, lo que también representa una mejora para la sociedad. Como ya lo dijo el novelista e historiador británico H. G. Wells: “siempre que veo a un adulto encima de una bicicleta recupero la esperanza en el futuro de la raza humana”.

Beneficios de usar bicicleta:
Pedalear…
- Es un excelente ejercicio cardiovascular pues, al mover los pies, el ritmo cardíaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye. Esto reduce el riesgo de un infarto en un 50%.
- Permite la reducción del colesterol LDL (el malo) y facilita el incremento de los niveles del colesterol HDL (el bueno). Ello ayudará al funcionamiento de los vasos sanguíneos y reducirá las posibilidades de que se calcifiquen.
- Genera endorfinas, las denominadas “hormonas de la felicidad”, además, disminuye los niveles de cortisol, lo que ayuda a mantener el estrés bajo control.
- Impulsa la potencia del sistema inmunológico y contribuye a reducir el riesgo a contraer ciertas enfermedades.
- Ayuda al buen funcionamiento de las rodillas, pues el mayor peso del cuerpo cae sobre el asiento y reduce el impacto.
- Además de movilizar las piernas, permite el trabajo físico de la parte superior del organismo a fin de mantener el balance y el equilibrio.
- 30 minutos al día, posibilita quemar hasta 300 calorías, aun cuando el esfuerzo no es exagerado. De acuerdo con la Escuela de Salud Pública de Harvard, cinco minutos de pedaleo intenso al día puede ayudar a las mujeres a reducir el aumento de peso mientras entran a la edad madura.
- De acuerdo con un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford, reduce el tiempo que las personas necesitan para quedarse dormidas y aumenta su calidad de sueño.

José Ángel Araujo. Escribe sobre salud y estilo de vida, temas que combina con otras pasiones: cocinar y correr. Empezó las carreras por su amor por la comida. Hoy lleva siete maratones. También es guía de corredores con debilidad visual. Instagram: @joseangelaraujo