por Guillermo Cárdenas Guzmán
imagen de Prune Nourry
Expertos en el tema advierten que ir en contra de los ciclos naturales del sueño, desafiando el reloj biológico, puede derivar en situaciones de riesgo para la salud.
Las alteraciones en los ciclos del sueño afectan el bienestar personal, así como el equilibrio fisiológico y emocional del organismo. Sin embargo, si se producen de forma reiterada se asocian con problemas como somnolencia, inflamación, deficiencias en el metabolismo de la glucosa y desbalances hormonales que afectan cuatro grandes áreas de la salud: la metabólica, la cardiovascular, la mental y a nivel celular.
Esto puede desencadenar padecimientos como síndrome metabólico, sobrepeso y obesidad, diabetes tipo 2, problemas gastrointestinales e inmunitarios, así como un mayor riesgo de tumores malignos, de acuerdo con las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Washington en Spokane.
En un artículo publicado en la revista Current Sleep Medicine Reports los expertos reconocen que diversas empresas y servicios como los de vigilancia, los hospitalarios o los de transporte requieren a sus empleados cambios constantes de turnos, pero advierten que éstos los ponen en riesgo debido al desbalance que generan en sus ritmos circadianos, es decir, los ciclos naturales de actividades regidos por los ciclos de luz-oscuridad.
Esas personas requieren permanecer despiertas cuando el impulso para mantenerse alerta es bajo y viceversa, en oposición a los ciclos naturales de su reloj biológico, lo que también altera su respuesta al estrés. “Tal situación les genera trastornos del sueño, así como somnolencia excesiva al estar despiertos. Esto a su vez los lleva a cometer más errores durante su trabajo, a un mayor riesgo de accidentes y a un deterioro en su salud”.
Tener ritmos circadianos sincronizados en los órganos y sistemas periféricos también resulta esencial para mantener el funcionamiento óptimo de procesos celulares como la reparación del ADN, la muerte celular programada (apoptosis) y la inmunomodulación, de manera que al ocurrir desbalances aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer, según lo indican diversos estudios en modelos animales.
De igual forma, hay evidencias del papel vital que tiene la serotonina en este sentido, pues además de estar involucrada en la regulación de los ciclos sueño-vigilia, actúa como agente protector contra el daño celular y la oxidación. Por lo tanto, cuando hay alteraciones en su producción, los daños en el ADN pueden acumularse rápidamente, contribuyendo así a incrementar el riesgo de cáncer.
Por todo ello, los expertos consideran indispensable conocer a detalle no sólo los mecanismos biológicos de estos trastornos de los ritmos circadianos, sino también los factores sociales y de comportamiento asociados con su origen.
Prune Nourry, Homme-Rivière (Hombre-río), 2018. Edición de cinco más dos pruebas de artista. Fotografía de Atelier Prune Nourry. Cortesía de Templon, París - Bruselas - Nueva York.
EL EQUILIBRIO DEL MICROBIOMA ORAL ES ESENCIAL PARA LA SALUD BUCAL Y RESPIRATORIA
Estudios médicos realizados en el Hospital de Estomatología de la Universidad Médica de Guangzhou demuestran que un desbalance en el microbioma oral derivado de malos hábitos y de una higiene oral deficiente, puede provocar enfermedades respiratorias.
El precario balance de microorganismos que habitan la boca —el segundo microbioma más diverso del cuerpo humano después del intestinal, con alrededor de 700 especies bacterianas— resulta esencial para preservar, no sólo la salud oral, sino también la del aparato respiratorio con el cual está directamente conectado. Por ello, cuando este delicado equilibrio se rompe pueden surgir diversos trastornos.
Así lo señala un estudio de revisión de la literatura médica liderado por investigadores del Hospital de Estomatología de la Universidad Médica de Guangzhou, quienes destacan que los malos hábitos alimenticios, la aspiración directa de microflora y una deficiente higiene oral pueden desencadenar afecciones como periodontitis, caries o gingivitis, así como procesos inflamatorios e inmunitarios asociados con diversas complicaciones pulmonares.
“La cavidad bucal está directamente conectada con el tracto respiratorio superior, así que los microbios que se alojan en la boca tienen un acceso más fácil en comparación con otros órganos y sistemas vitales”, describen los autores del estudio en un artículo publicado en la revista especializada Respiratory Medicine.
La simbiosis del microbioma oral mantiene un equilibrio dinámico con la respuesta inmunitaria e inflamatoria del huésped y reduce el riesgo de que las bacterias se infiltren en el tracto respiratorio alto y los pulmones, según explican los investigadores. Sin embargo, los malos hábitos como el tabaquismo, una deficiente higiene bucal, así como ciertos tipos de medicamentos provocan disbiosis, es decir, alteración de las relaciones simbiótica, lo cual abre la puerta a las enfermedades.
Una vez que los microbios penetran a la parte inferior del sistema respiratorio y se alojan en los pulmones pueden ocasionar diversas clases de trastornos como neumonía, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica e inclusive cáncer. Esta situación crea una suerte de círculo vicioso, ya que las alteraciones orales y respiratorias, a su vez, acentúan aún más el desbalance del microbioma oral.
Ante ello, los investigadores sugieren emplear las modernas tecnologías de secuenciación genética para caracterizar el perfil completo del microbioma oral, tanto en estados normales como patológicos, para así identificar los casos en que existan desbalances y procurar restablecerlos por medio de la medicina personalizada. “El perfil completo del microbioma oral de pacientes con enfermedades respiratorias puede sentar las bases para desarrollar marcadores diagnósticos y nuevos blancos terapéuticos”.
Guillermo Cárdenas Guzmán es periodista especializado en temas de ciencia, tecnología y salud. Ha trabajado en diversos medios de comunicación en México como Reforma y El Universal. Fue becario latinoamericano de la American Association for the Advancement of Science en 2009.