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HACER CONCIENCIA

Todas las imágenes son de ©Pep Carrió, Diario visual Pep Carrió, 2011- 2022. Fotografías de Antonio Fernández. Cortesía de Estudio Pep Carrió.

por Rodrigo Abraham Godínez Aldrete
imágenes de Pep Carrió

EL OBJETIVO DEL PSICOANÁLISIS ES CREAR UN ESPACIO PARA ENTENDER AQUELLO QUE AQUEJA NUESTRA VIDA INTERIOR, REFLEXIONAR SOBRE NUESTRA SITUACIÓN EN EL MUNDO Y —EN CASO DE SER NECESARIO— MODIFICARLA. EN LA MEDIDA EN QUE SEAMOS CAPACES DE TRAER A LA CONCIENCIA AQUELLOS ELEMENTOS QUE HEMOS CENSURADO Y QUE AFECTAN NUESTRA EXPERIENCIA, PODREMOS ESTABLECER VÍNCULOS MÁS RACIONALES CON LA REALIDAD.

El trabajo del psicoanálisis es crear un espacio en el que se puede hablar libre y honestamente para descubrir recuerdos y pensamientos reprimidos.

Además de contemplar lo que sucede alrededor, la conciencia atiende lo que nos ocurre a nosotros mismos.

“El ser humano es el animal al que hay que explicarle su situación”.
Peter Sloterdijk 

 

Estoy sentado en un café, y trato de escribir estas líneas. Mi pensamiento vaga entre percepciones, sentimientos, imágenes y conceptos. La conciencia es análoga a la atención libre: espacio despejado en el que puede aparecer cualquier cosa, posibilidad de atender algo, ventana siempre abierta. Para explicar las funciones de la conciencia, Freud utiliza esta metáfora: la conciencia actúa como un bicho que tiene antenas para tentar el espacio exterior. Las antenas se extienden, captan lo necesario y se retiran. De igual modo, nosotros distinguimos pequeñas parcelas de la realidad. Los sistemas de percepción filtran los estímulos exteriores y solamente conocemos lo que es necesario. Nuestra conciencia está dirigida y el conocimiento depende de la capacidad de apertura y de discernimiento. En ocasiones la conciencia es estrecha y sólo percibimos una reducida parte del mundo. 

Además de contemplar lo que sucede alrededor, la conciencia atiende lo que nos ocurre a nosotros mismos. El espacio interior se compone de afectos y pensamientos. Los sentimientos siempre tienen una manifestación corporal. La ansiedad se siente en la comezón de la piel, la tristeza en el nudo de la garganta y la alegría en la sonrisa de los labios. Los pensamientos que aparecen en la conciencia pueden ser discursos, fantasías y sueños. Frecuentemente nuestro mundo interno es una mezcla de pasiones, palabras e imágenes; la conciencia atiende algunos de estos elementos y censura otros. 

El principal objetivo de la conciencia es mediar entre los afectos y la realidad exterior. Cuando surge un malestar, la conciencia atiende la situación, se orienta en el mundo y realiza una acción específica para resolver el estado de sufrimiento; sin embargo, en ocasiones nos aquejan padecimientos que no podemos solucionar. En estos casos, la psicoterapia es un tratamiento que nos ayuda a superar algunos impasses en los que estamos atorados.

“Hacer conciencia” es una meta importante en psicoterapia; el proceso conlleva varias etapas. Al inicio de una terapia, el paciente padece un malestar difuso que difícilmente puede aclarar. El primer paso es distinguir qué sentimientos se encuentran presentes en el padecimiento. Poco a poco, en este estado confuso, se comienzan a diferenciar cualidades afectivas específicas: la tristeza producida por la decepción no es la misma que la causada por la pérdida o el sentimiento de culpa, por ejemplo. 

Después de especificar los sentimientos que se experimentan, el paciente buscará aclarar la causa del malestar. En este momento es muy importante que el sujeto se pregunte por el lugar que ocupa en la situación que le aqueja. Se trata de tomar conciencia de la propia posición subjetiva. Esto permite pasar de una situación de queja a una vía de salida. En el caso de la depresión por decepción, en ocasiones uno participa en el estado de frustración cuando tiene expectativas poco realistas o hace todo lo posible para sabotearse. 

Cuando se puede aclarar cuál es la participación del sujeto en su sufrimiento, se abren caminos de acción para resolver la situación de malestar. Para lograr esto, es importante verificar si aquello que provoca el sentimiento es una situación real o fantástica. En el caso de algunas depresiones es importante hacer esta pregunta: ¿la tristeza es producida por una situación del mundo exterior o por una condición interna? Si se trata de una situación real, hay que realizar una verificación: modificar la causa para probar si el sentimiento se ha transformado. Cuando se ha modificado la disposición externa pero el malestar continúa, el sufrimiento es endógeno. 

Si la condición interna está provocando el malestar, hay que preguntarse qué tipo de pensamiento lo está determinando: ¿Se trata de una interpretación producida por la propia historia? ¿Corresponde a una fantasía? ¿Hay un sesgo cognitivo? Cuando la depresión es causada por una interpretación de la propia historia, entonces la solución no depende de las modificaciones en el mundo exterior. En estos casos puede presentarse una tristeza o ansiedad crónica que ninguna alteración puede cambiar. Por ejemplo: en ocasiones se crean visiones pesimistas y expectativas de ruina que agravan el sentimiento de peligro y desconsuelo. En este tipo de depresión, se conforman pensamientos distorsionados que producen la realidad psíquica del sujeto, y se toman por realidad efectiva: “porque algo sucedió así, así es y así será”. 

El logro de la psicoterapia consiste en que el paciente pueda entender mejor la situación en la que se encuentra. La hipótesis de Freud es que hay elementos alejados de la conciencia, porque se encuentran censurados. El trabajo del psicoanálisis es crear un espacio en el que se puede hablar libre y honestamente para descubrir recuerdos y pensamientos reprimidos. Iluminando estos elementos, el paciente logra entender el modo en que funciona su psique: puede aclarar sus propios sentimientos, discernir su participación en las situaciones que le aquejan, y —después de haber elaborado su historia— advertir el modo en que funcionan sus fantasías y sesgos cognitivos. “Hacer conciencia” significa comprender mejor la propia situación para poder establecer vínculos más racionales con la realidad, y así encontrar solución a las situaciones de malestar.  


Bibliografía

Freud, S. Obras Completas. Ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey, con la colaboración de Anna Freud. 24 vols. Buenos Aires: Amorrortu, 2001.

Lacan, J. Escritos, Tomo 1. México: Siglo XXI Editores, 1998.

Sloterdijk, P. Los hijos terribles de la Edad Moderna. Sobre el experimento antigenealógico de la modernidad. Madrid: Siruela, 2015.

Pep Carrió es diseñador gráfico, editor, ilustrador y artista plástico. Dirige el Estudio Pep Carrió en Madrid. El proyecto Diario visual Pep Carrió nace en 2007 del planteamiento personal del diseñador por crear una imagen diaria con cualquier técnica disponible en el momento y sin ningún condicionante estilístico. Este pequeño laboratorio portátil que explora la relación libre entre pensamientos e imaginación y da lugar a la experimentación, el error y el impulso de lo inmediato, nos invita a pensar en la escurridiza relación entre el consciente y el inconsciente, a entender la conciencia como mediadora entre los afectos y la realidad exterior, y sobre todo, a sumergirnos en nuestra vida interior.
www.pepcarrio-lab.com | Instagram @diariovisual_pepcarrio

Abraham Godínez Aldrete, psicoanalista. Profesor Investigador de tiempo completo del Departamento de Humanidades y Artes del Centro Universitario de Tonalá, Universidad de Guadalajara. Miembro del SNI de CONACYT. Autor de La noción de ser en psicoanálisis (UACJ, 2017), Filosofía política y subjetividad, aportaciones a una genealogía del deseo (U de G, 2018), Amor romántico y muerte voluntaria, vida y obra de Manuel Acuña (U de G, 2020.

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