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GEOMETRÍA, DANZA Y ARQUITECTURA

Jessica Lang Dance performing Tesseracts of Time - Dancer Julie Fiorenza (Compañía de danza Jessica Lang ejecutando Tesseracts of Time - Bailarina Julie Fiorenza). Cortesía de Steven Holl Architects.

EXPLORACIONES DE LAS CUALIDADES PLÁSTICAS DEL TIEMPO Y EL ESPACIO

por Elena Tudela Rivadeneyra

El 6 de noviembre de 2016 se presentó por primera vez la obra de danza Tesseracts of Time, comisionada por la Bienal de Arquitectura de Chicago, en el Harris Theater para la Música y la Danza, como un proyecto de colaboración entre la coreógrafa Jessica Lang y el arquitecto Steven Holl. No es la primera vez que se da un proyecto de esta naturaleza, el trabajo del diseñador y escultor Isamu Noguchi para los escenarios de la coreógrafa Martha Graham continúa siendo una referencia de colaboración similar. Sin embargo, Tesseracts of Time hace evidente una de las grandes diferencias entre ambas actividades artísticas: su posición opuesta en el espectro temporal. Mientras que la danza se acerca a lo efímero, la arquitectura se plantea como una de las expresiones culturales más longevas.

El título de la pieza hace referencia a la imposibilidad geométrica del teseracto, figura de seis cubos doblados entre sí, que incorpora al tiempo como la cuarta dimensión. La obra representa un experimento de tiempo y espacio en el ambiente controlado de un escenario de teatro. De esta forma, la arquitectura, al existir como una experiencia temporalmente breve al interior de un espacio teatral, se pone a prueba sin las restricciones de contexto que regularmente la condicionan y se modifican por ella. El afamado director de teatro Peter Brook identifica a los espacios teatrales como lugares especiales que pueden fungir como un lente magnificador o reductor debido a la capacidad que tienen de editar, sintetizar y filtrar la vida misma. El escenario se convierte en la reflexión de la vida que opera bajo un sistema de observación de ciertos valores y juicios. La singularidad de una función recae en ofrecer algo que no se puede encontrar y se ubica perpetuamente en el presente. Pocas veces se ha explorado la arquitectura como experiencia bajo estas condiciones. Tesseracts of Time lleva a la caja negra aquello que es imposible explorar al exterior: el paso del tiempo como un elemento geométrico, plástico y deformable en un experimento de integración entre ambas disciplinas artísticas.

Tesseracts of Time lleva a la caja negra aquello que es imposible explorar al exterior: el paso del tiempo como un elemento geométrico, plástico y deformable […].

[…] la observación participa en la introducción del movimiento y por lo tanto del tiempo en la obra.

La pieza consiste en cuatro actos; cada uno representa una estación del año y a su vez una posición diferente de la arquitectura respecto del suelo: debajo, dentro, sobre y arriba del mismo. En los dos primeros, la escenografía consiste en una pantalla negra sobre la que se proyectan fotografías en blanco y negro de maquetas en primer plano. Los bailarines, también vestidos en blanco y negro, aparentan interactuar con los volúmenes y generan una confusión sobre su presencia real. El primer acto consiste en el espacio que existe debajo de un volumen de arquitectura que abarca la mayor parte del escenario, mientras los bailarines ocupan un espacio contenido y de cierta forma opresivo. El segundo representa al espacio en la arquitectura y para ello, se filmó a los bailarines previamente para proyectarlos en recorte sobre la fotografía de la maqueta y luego integrarlos en la pantalla de fondo del teatro. Se trata de uno de los actos más interesantes por la multiplicidad de tiempos que hacen eco en los diferentes planos que lo definen. Para este acto se utilizó la investigación que desarrolla Steven Holl denominada “IN” a base de maquetas de concreto y madera, inspirada en el trabajo del arquitecto Lebbeus Woods cuyo trabajo admira abiertamente. Se entiende el tiempo como plástico, al contar con capas diferentes de material filmado anteriormente y una coreografía en el momento que interactúa con la proyección y cuestiona su temporalidad. Para los dos últimos actos se levanta la pantalla y aparece una escenografía de objetos reales, a fin de representar extractos de teseractos. El tercer acto encarna la relación de la arquitectura sobre el suelo, lo que permite que los bailarines los utilicen lúdicamente. Por último, el cuarto acto simboliza la arquitectura arriba del suelo; los volúmenes se alzan muy por encima del espacio que ocupan los bailarines. A diferencia de los actos anteriores, se introduce de forma contrastante el uso de colores vívidos mediante la iluminación y el vestuario.

Los objetos e imágenes proyectados permanecen fijos y son las coreografías las que incitan al desplazamiento de la observación de los espectadores, hasta dar un lugar importante a la narrativa del movimiento. Así, la observación participa en la introducción del movimiento y por lo tanto del tiempo en la obra. Los acompaña la música que eligió Steven Holl por su estructura geométrica y arquitectónica que consiste en piezas de David Lang, Morton Feldman, John Cage, Iannis Xenakis y Arvo Pärt. Esta selección deriva de un proyecto de investigación de diseño que Steven Holl desarrolló con alumnos de la Universidad de Columbia bajo el nombre The Architectonics of Music. La coreografía de Jessica Lang compone campos espaciales geometrizados que entran en sintonía con la música y la escenografía, y exploran las posibilidades del movimiento frente a las circunstancias arquitectónicas de cada acto. Sin el movimiento de los bailarines y la observación del espectador no se completan las formas geométricas del teseracto y su exploración.

Steven Holl, en una entrevista con Jesica Lang, afirma que la arquitectura actual atraviesa un momento de confusión que podría destrabarse con la fusión de diversas artes, y así generar nuevas fuentes de inspiración para pensar sobre el futuro. Ambos artistas insinúan que el arte es una necesidad histórica y podría pensarse que buscan posicionar a las artes escénicas como laboratorios de exploración donde la estética es practicable y permite replantear la manera en que construimos y ocupamos nuestros entornos en el tiempo.

Todas las imágenes: Steven Holl y Jessica Lang, Tesseracts of Time - A Dance for Architecture (Teseractos del tiempo. Una danza para la arquitectura), 2015.

1. Jessica Lang Dance performing Tesseracts of Time - Dancers Kana Kimura and Clifton Brown (Compañía de danza Jessica Lang ejecutando Tesseracts of Time - Bailarines Kana Kimura y Clifton Brown). Cortesía de Steven Holl Architects.

2. Jessica Lang Dance performing Tesseracts of Time - Dancers Kana Kimura and Randy Castillo (Compañía de danza Jessica Lang ejecutando Tesseracts of Time - Bailarines Kana Kimura y Randy Castillo). Cortesía de Steven Holl Architects.

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Elena Tudela Rivadeneyra es profesora e investigadora de la Facultad de arquitectura de la UNAM, cofundadora de la consultoría Agencia de Resiliencia Urbana y colabora en proyectos de arquitectura con EMEDÉ Arquitectos. Cuenta con una Maestría en arquitectura en diseño urbano por la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard y actualmente es candidata doctoral en la Facultad de arquitectura de la UNAM.

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