por Capitel
fotografías de Pedro Luján
EN ESTA CONVERSACIÓN CON JUAN CARLOS MACHORRO, SOCIO DE LA FIRMA SANTAMARINA + STETA, EL ABOGADO NOS CUENTA SOBRE SU RECORRIDO ACADÉMICO, LOS VALORES QUE RIGEN SU PRÁCTICA Y LA PASIÓN CON LA QUE DESARROLLA SU TRABAJO COMO LÍDER EN EL SECTOR FINANCIERO.
Juan Carlos Machorro es Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana y cuenta con estudios en negocios y finanzas internacionales de la Universidad de Nueva York y liderazgo y administración de la Universidad de Harvard. Actualmente cursa un posgrado en temas de Banca Global y Fintech en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia. Es maestro de derecho civil y mercantil y de fusiones y adquisiciones en la Universidad Anáhuac Campus Norte. Su práctica profesional se enfoca a las áreas corporativa, financiera y de proyectos. Es miembro de diversas organizaciones y cámaras relacionadas con su práctica profesional.
Platíquenos un poco sobre su recorrido académico. ¿Por qué decidió estudiar derecho? ¿Cómo fue la experiencia de hacer estudios de posgrado en universidades tan reconocidas como la de Nueva York, Harvard y Columbia? ¿Qué aprendizajes le han servido en su vida profesional?
Como otros estudiantes de derecho, mi inclinación vocacional se orientó a las ciencias sociales y una idea preconcebida del abogado, algo romántica, como alguien que tiene en sus manos la oportunidad de luchar por una sociedad más justa, más igualitaria.
No es fácil para un joven de 18 años elegir bien la profesión a la que va a dedicar los siguientes 40 años de su vida; en este sentido, la fortuna juega también un papel importante.
Comenzar a trabajar como pasante de derecho me acercó a temas comerciales y financieros, lo que reafirmó mi vocación de abogado, pero más desde un plano empresarial. Considero que a partir de este plano empresarial-legal es posible contribuir a una mejor sociedad y a un mejor país.
La oportunidad de experimentar el mundo académico y profesional fuera de tu país es algo realmente valioso, tanto en lo personal, como en lo profesional. La vida académica y profesional en Nueva York puede resultar muy enriquecedora. Estudiar y trabajar en la capital financiera del mundo permite entender qué y cómo piensa un cliente global, y qué espera recibir de su abogado.
Considero una verdadera fortuna y una bendición dedicarme a mi profesión, con el gusto, el entusiasmo y la pasión que mis actividades profesionales me despiertan y me demandan diariamente.
La pasión es el ingrediente que además de darle sabor y alma a las cosas, nos mueve a vivir y experimentar procesos más profundos […].
¿Qué lo impulsó a ingresar a Santamarina + Steta? ¿Cuáles son los valores que rigen el trabajo de esta firma?
Comencé a trabajar en el segundo año de la carrera, como pasante. En las tareas que comencé a desarrollar tuve un acercamiento importante al perfil de un abogado de empresa, en especial en temas mercantiles y financieros.
Nuestra firma es una institución con más de 70 años de práctica. Hemos participado en los proyectos más relevantes de asesoría legal empresarial e industrial en México, desde la posguerra y el periodo de desarrollo estabilizador hasta hoy, representando a participantes de los sectores público y privado, mexicanos y extranjeros.
¿Nos puede compartir cuáles han sido los retos y logros más importantes que ha tenido en Santamarina + Steta?
Los retos son permanentes y quizás el más importante sea mantener una práctica profesional vigente, acorde a la realidad del mercado, proactiva (no reactiva), honesta y con vocación real de servicio de excelencia hacia nuestros clientes.
Es importante aprender de los errores y mantener una práctica profesional con las características anotadas. Cada asunto, cada proyecto que un cliente logra concretar, es indirectamente un logro del asesor legal, pero no como algo personal, sino institucional, de trabajo auténticamente en equipo.
La especialización de nuestra profesión ha derivado en que el cliente requiera de un equipo de asesores para llevar un proyecto a buen puerto. Y a medida que el proyecto sea más complejo, más áreas de especialización y más colegas se ven involucrados. En ello estriban el reto y la posibilidad de lograr atender un asunto en forma eficiente y exitosa, en un trabajo auténticamente de equipo.
[…] todos debemos asumirnos parte de un mismo proyecto.
¿Cómo define el liderazgo, qué cualidades son necesarias para ser un líder en el sentido amplio del término?
En primer lugar, creo que consiste en ser un caballero en el sentido más amplio de la expresión. Con los pares, los clientes, tu equipo de trabajo, las autoridades, los competidores y la contraparte. Ello desde luego aunado a la capacidad de escuchar, a la preocupación permanente de conocer, entender y atender las características y necesidades del lugar en el que se trabaja y de las personas con las que se colabora.
Esta edición de Capitel está dedicada a reflexionar en torno a la pasión, ¿nos puede compartir su definición de este concepto y cómo se relaciona con el liderazgo?
La pasión es el ingrediente que además de darle sabor y alma a las cosas, nos mueve a vivir y experimentar procesos más profundos, no sólo en lo personal, sino en lo académico y profesional. Ese ingrediente de la ecuación nos permite dejar huella en las actividades que desarrollamos y en las personas con quienes interactuamos. Quienes nos consideramos apasionados, sin embargo, debemos procurar que nuestro actuar refleje esa pasión de una forma constructiva, amable, convocante. Tenemos esa posibilidad de contagiar entusiasmo y de convocar, pero también la responsabilidad de hacerlo de forma ecuánime, de escuchar y aprender.
¿De qué manera le parece que su práctica contribuye a fortalecer la situación política, económica y social de nuestro país?
Se puede hacer país desde la empresa y el abogado empresarial es parte fundamental en dicho proceso. La responsabilidad social de la empresa es un tema actual. El asesor legal no sólo debe convocar a su clientela a conducirse de manera legal, sino también ética, honesta, equitativa y con un sentido de responsabilidad social y de sustentabilidad.
Sabemos que tiene una participación regular en foros y seminarios relacionados con proyectos de financiamiento y el sistema financiero mexicano. Cuéntenos, ¿cuál es la importancia de socializar y compartir el conocimiento, qué papel juega la pasión en este ejercicio?
Vivimos en la sociedad y en la economía del conocimiento. Es un camino de ida y de regreso. Resulta esencial socializar en la experiencia, en el conocimiento; esto nos hace diferentes al resto de los seres vivos, la posibilidad de cohabitar y convivir compartiendo experiencias, información y conocimiento. Y si es de forma apasionada, hablando y aprendiendo de aquello que nos genera pasión, en lo académico, profesional, y hasta en el plano personal, ¿qué más se puede pedir?
¿Cómo evalúa el sistema financiero mexicano de cara a una nueva década? ¿Qué fortalezas encuentra en él y cuáles son las áreas de oportunidad?
El sistema financiero global vivió un sismo hace diez años y enfrenta retos importantes, y nuestro país no es la excepción. Resulta vital que el sistema reafirme su compromiso evolutivo en materia de tecnologías de la información, pero también en aspectos de cultura y de inclusión (financieras), y retome vigorosamente el papel de ser palanca de desarrollo económico.
¿Qué opina de la situación actual que vive México y qué propuestas concretas puede compartir con nosotros para contribuir o mejorar dicha situación?
Es una pregunta muy amplia que podría ser materia de una buena plática. Pocos temas son tan apasionantes como hablar, escuchar y aprender acerca del país en el que uno vive y al que uno se debe. El país que heredó de sus abuelos y sus padres y aquel que va a heredar a sus hijos y nietos y lo que puede hacerse al respecto.
Un par de ideas. Es urgente asumirnos como mexicanos y dejar de lado divisionismos y rivalidades. Entender que un mejor país nos beneficia a todos; liberales, conservadores, fifís y no fifís, todos debemos asumirnos parte de un mismo proyecto. Sería por demás deseable que este mensaje permeara desde la cúpula del poder político; pero aun cuando no fuera así, tendríamos la doble responsabilidad de entendernos y asumirnos como parte de un todo, en el que la asociación más que la división debe ser la regla del juego.
¿Qué consejo puede dar a los jóvenes universitarios que le hubiera gustado recibir a usted en su momento?
La etapa universitaria es única y efímera. Hay que vivirla y disfrutarla. Es tan hermosa y añorada que muchos profesionistas, después, buscamos caminos que conduzcan a las aulas universitarias.