ENTREVISTA A ROBERTO TORRES: “LA PROTECCIÓN AMBIENTAL ES UN TEMA DE SOBREVIVENCIA”

por Andrea Bravo Echenique
fotografías de Pedro Luján
entrevista realizada el 12 de marzo de 2025

En esta entrevista, Roberto Torres, de la firma internacional Jones Day, nos habla sobre la historia del derecho medioambiental en México, así como de los avances y los retos en esta área. Además, comparte su trayectoria profesional de casi 30 años y los aprendizajes que lo han convertido en uno de los principales expertos en medioambiente del país.

Cuéntenos un poco sobre su trayectoria profesional, ¿cómo llegó a especializarse en el área del derecho ambiental?
Ingresé a la Escuela Libre de Derecho en 1996 y empecé a trabajar en el tercer año de la carrera. Después de la licenciatura estudié una maestría en Política y Gestión Medioambiental en la Universidad Carlos III de Madrid. Posteriormente cursé diplomados en materia inmobiliaria, ambiental y de energía.

Mi primer trabajo como pasante fue en una reconocida firma mexicana, donde conocí el derecho ambiental de forma circunstancial. Como estudiante de derecho que aplica por primera vez, tenía ideas preconcebidas y desconocimiento de áreas de práctica menos comunes y desarrolladas. Así me sucedió con el derecho ambiental, ya que la materia no existía en los programas de estudio.

Influido por mis compañeros de otras generaciones, en la aplicación puse “área de corporativo”. Las rondas de entrevistas fueron buenas y al llegar a la última, me ofrecieron trabajo, pero había un detalle: era en el área de derecho ambiental. Entonces, me convertí en el entrevistador y comencé a interrogar a la abogada que conducía mi entrevista: ¿qué es el derecho ambiental; qué tipo de trabajo hace una firma legal en esa materia; qué clientes atienden? No sabía que al aceptar ese trabajo, estaba dando inicio a un fascinante viaje por el derecho ambiental, que continúa hasta la fecha.

Hoy tengo el privilegio de formar parte de una gran firma internacional, Jones Day, en la que encabezo el grupo de práctica de Government Regulation de la oficina de la CDMX.

Además del trabajo, disfruto mucho dando clases. Fui profesor de Derecho Ambiental en la Universidad Iberoamericana y desde hace siete años imparto la cátedra de Derecho Ambiental y Derecho del Agua en mi alma mater, la Escuela Libre de Derecho.

Por último, formo parte de la Comisión de Sostenibilidad de la Cámara Española de Comercio, así como del Comité de Derecho Ambiental de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa.

¿Cómo define el derecho ambiental y cuál es su historia en nuestro país?
El derecho ambiental es un conjunto de reglas jurídicas encargadas de proteger el medioambiente y el equilibrio ecológico. Su fin último es cuidar las condiciones que hacen posible la vida y de él se desprenden una serie de principios. 

En México, la disciplina es más o menos nueva. En una primera etapa, tuvo un enfoque meramente sanitario, en el que proteger el ambiente era una condición para cuidar la salud de la población. En una segunda etapa se expidió la primera regulación propiamente ambiental del país: la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental de 1971 y la Ley Federal de Protección al Ambiente de 1982, que a pesar de constituir un gran avance, tenían una visión parcial sobre lo que hoy entendemos por protección ambiental. La tercera etapa inicia a fines de los ochenta, con la reforma del párrafo tercero del artículo 27 constitucional y la expedición de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, sentando las bases de la protección ambiental con una doble perspectiva: prevenir y controlar la contaminación, además de proteger los elementos naturales y las interacciones que hacen posible la vida.

¿Qué transformaciones ha percibido en la disciplina desde esos inicios hasta el día de hoy?
A partir de los ochenta hemos visto una sectorización de la regulación ambiental, así como una descentralización de funciones hacia las entidades federativas y los municipios. 

Tenemos legislación sectorizada en materia de aguas, residuos, bosques, vida silvestre, desarrollo forestal, cambio climático y responsabilidad ambiental, entre otras. La descentralización ha adoptado la forma de leyes generales o marco en materia ambiental, en las cuales el Congreso de la Unión distribuye competencias entre los tres órdenes de gobierno respecto de alguna materia ambiental: ley general para la prevención y gestión integral de los residuos, ley general de cambio climático, ley general de vida silvestre, entre otras. 

A partir de la tercera época del Derecho Ambiental partimos de una única ley general en la materia, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la cual agrupaba la mayoría de los temas ambientales, para pasar a la expedición de leyes de carácter general o marco, sobre cada uno de los temas ambientales o elementos naturales, una tendencia que prevalece al día de hoy. 

¿Cuál es su opinión sobre la legislación ambiental en México?
Las leyes sectoriales y generales están alineadas con uno de los principios del derecho ambiental: las decisiones deben tomarlas las personas más cercanas o afectadas por la problemática ambiental. 

Sin embargo, aunque la descentralización parece tener sentido, en la práctica, la federación se ha arrogado cada vez más facultades, en perjuicio de la verdadera descentralización de funciones o de toma de decisiones. 

Otra tendencia es la proliferación de regulación en la materia, tanto a nivel federal como estatal y municipal. A este respecto, debemos preguntarnos si son necesarias más leyes, o si necesitamos en cambio una mejor y más efectiva aplicación de la regulación existente.

En mi opinión, en lugar de tener más leyes o cambiarlas constantemente, nos vendría mejor aplicar de manera efectiva la normativa existente y dotar de mayor presupuesto a las autoridades del sector. Esto resultaría en una SEMARNAT, CONAGUA y PROFEPA más fuertes, con más presupuesto y personal. Sin embargo, hemos visto lo contrario: se ha disminuido el presupuesto en el sector ambiental, que de por sí ya era poco.

El consumidor también ha jugado un papel importante para modificar las prácticas del sector privado. Las nuevas generaciones prefieren un producto que cuide el ambiente y pagan la diferencia por ello.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta el gobierno de nuestro país en este ámbito?
Evaluar qué políticas de gobiernos anteriores funcionan para conservarlas o mejorarlas, y qué es necesario cambiar, en vez de reinventarnos por completo cada sexenio. Esto va de la mano con la idea de fomentar un diálogo amplio entre los diferentes sectores sociales involucrados.

Por otro lado, están los cambios regulatorios en materia ambiental, por ejemplo, en cuestión de transición energética, el reto es cumplir con las metas acordadas a nivel país, sobre todo en cuanto a energías renovables acorde a la nueva regulación. Será interesante ver si este nuevo marco regulatorio en efecto logrará alinear a México con el cumplimiento de metas ambientales y energéticas internacionales.

En cuanto al sector privado, ¿cuál es su opinión sobre la responsabilidad de las empresas en este tema?, ¿qué avances encuentra y qué es necesario seguir trabajando?
En términos generales creo que el sector privado está más comprometido con el tema. En los ochenta, la normativa ambiental podía ser vista más como un estorbo y un costo. Esto ha cambiado porque hoy se entiende que la protección ambiental no es un tema de moda, ni de gusto, sino de sobrevivencia y de cuidar a las generaciones futuras.

Muchas empresas, sobre todo las grandes y las transnacionales, no requieren de una norma ambiental nacional para entender la importancia de su cumplimiento. Han evolucionado en esta línea, tienen áreas dedicadas y muchas de ellas van más allá de lo que exige la norma. Las refresqueras, por ejemplo, al hacer más eficientes sus procesos y utilizar menos agua, pagan menos derechos, reducen el costo de su mayor insumo, de su impacto ambiental y de su huella hídrica, y a la vez mejoran su imagen.

El consumidor también ha jugado un papel importante para modificar las prácticas del sector privado. Las nuevas generaciones prefieren un producto que cuide el ambiente y pagan la diferencia por ello.

Con respecto a los retos que enfrenta el ámbito empresarial, habría que hablar de las pequeñas y medianas empresas, que por lo general van un paso atrás porque carecen de los recursos. El reto es poderlas acercar a cumplir con la norma ambiental y los estándares ambientales, sociales y de gobernanza, porque más temprano que tarde, les va a tocar. Se debe capacitarlas, informarlas y otorgarles créditos que les permitan acercarse al cumplimiento.

¿Podría compartir alguna experiencia significativa para su aprendizaje profesional?
Hay un proyecto al que le tengo mucho cariño, muy interesante y enriquecedor, en el que estuve involucrado de principio a fin y que tenía un componente ambiental relevante. Se trató de un proyecto turístico a pie de playa, en el que para dar pleno cumplimiento a la regulación ambiental de ambientes costeros, fue necesario reestructurar los documentos transaccionales, hacer modificaciones al desplante y características del proyecto, e interpretar la norma ambiental, ya que la problemática no tenía una respuesta en blanco y negro.

El proyecto finalmente llegó a feliz término y es un gran ejemplo de desarrollo sostenible, en el que la actividad económica se lleva a cabo con respeto y armonía con el medioambiente, y la población local se ve beneficiada económicamente.

Esta edición de Capitel está dedicada a reflexionar sobre el aprendizaje. En esta línea y desde su experiencia como profesor, ¿qué consejos podría dar a los estudiantes interesados en seguir una carrera en esta disciplina?
Se cree que el estudiante de Derecho es alguien a quien le tiene que encantar la lectura y debe contar con una memoria extraordinaria para aprenderse todas las leyes. Yo más bien pienso que un buen abogado conoce lo que está sucediendo en su área de práctica, comprende los principios detrás de las normas, sabe dónde buscar las respuestas, y, con base en el estudio y la experiencia, desarrolla un buen juicio de valoración.

Creo que es mejor saber dónde buscar, entender cuáles son los principios detrás de una norma, porque toda regla tiene una lógica o un principio subyacente. Es más importante que se entiendan los principios del Derecho y lo que sucede en el entorno de cada abogado, eso dará los elementos necesarios para ser un buen profesionista.

¡Muchas gracias!