por Andrea Bravo
entrevista realizada el 14 de diciembre del 2021

Kit Hammonds es un curador originario del Reino Unido. Tiene un doctorado por la Kingston University de Londres y ha organizado múltiples exposiciones alrededor del mundo, entre ellas la 2ª Bienal de Beijing CAFA (2014) y el programa del Instituto Goethe, Europe to the Power of N (2010-2013). También fue director de la galería londinense The Showroom, editor de publicaciones de artistas y profesor de curaduría en instituciones como la Taipei National University of Education y el Royal College of Art. Es cofundador de la feria editorial independiente Publish and be Damned en Londres, de la Index Art Book Fair en México y del Vernacular Institute en Taipéi.

¿Nos puede contar un poco de los inicios de su trayectoria en el mundo del arte y cuáles fueron los elementos que lo atrajeron a esta profesión?
En los años noventa estudié arte en Londres, me interesaba ser artista y empecé a hacer exposiciones con amigos y a pensar en ellas como una forma de instalación artística. Al finalizar mis estudios me enteré de que esta práctica ya existía y se llamaba curaduría. Era un término nuevo en ese momento, la Royal College of Art abrió la maestría y cuatro años después decidí estudiarla. Me parecía interesante trabajar con otras personas en vez de estar solo en mi estudio como artista; fue así como cambié la dirección de mi carrera.

Su currículum en el mundo del arte es muy amplio y variado en temáticas, formatos y geografías, ¿cuáles son algunos de los proyectos que más le han entusiasmado a lo largo de su carrera?
Uno de los proyectos que más me formó fue Publish and be Damned, un proyecto que duró diez años sobre publicaciones independientes hechas por artistas, que incluía ferias de libros, conferencias y exposiciones. Esta experiencia me formó mucho al explorar los distintos formatos que podíamos lograr con recursos limitados.

El proyecto me conectó con muchos artistas internacionales, lo que me llevó a desarrollar otros proyectos; colaboré con Index Art Book Fair, aquí en México, y con The Editorial, en Taipéi. Combinaba la investigación con el carácter performático y social de estas prácticas, con un toque irreverente que he tratado de conservar a lo largo de mi trayectoria. Todavía creo que cada proyecto puede ser diverso desde su concepción, la cuestión es lograr que haya una congruencia.

¿Cómo llegó a ser curador del Museo Jumex, y cómo su experiencia previa ha enriquecido su trabajo en esta institución?
Antes de venir ya había tenido contacto con la escena artística en México y el contexto del Museo Jumex; conocí a Julieta González en Londres, en ese entonces curadora en el Museo Tamayo y posterior directora artística del Museo Jumex. Fui parte del equipo que organizó Index Art Book Fair en el Museo Jumex en 2015; trabajé como pasante en Insite en 2000 y en una exposición curada por Cuauhtémoc Medina en Londres, en 2002, además de otros proyectos con artistas y curadores mexicanos durante mi carrera.

En 2017 Julieta me invitó a trabajar como curador en el Museo Jumex. Para mí representó una gran oportunidad trabajar en un museo reconocido internacionalmente, así como con la Colección Jumex que siempre ha sido un punto de referencia en el arte contemporáneo.

¿Qué objetivos y valores marcan su gestión como curador del Museo Jumex?
Pensamos en el museo como un agente cultural, no sólo como un edificio. Consideramos a distintos públicos y contextos fuera del museo con el objetivo de lograr un mayor alcance, y con esto, desarrollar los beneficios que el museo puede ofrecer a un mayor número de personas. Queremos consolidar la relación entre nuestras exposiciones y las actividades que las contextualizan. Ésa es la diferencia entre mi trabajo como curador y como curador en jefe, ahora pienso en estrategias con todos los equipos de trabajo para dirigir el programa completo y no solamente el contenido de las exhibiciones.

Sabemos que el interés de su práctica curatorial está ligado a la apropiación del espacio público y la producción cultural informal e independiente, ¿cómo explorar estos temas desde el museo?
Considero que un museo debe ser una forma compleja de agencia; lo describiría como una comunidad o ecosistema de actividades, en el que cada una tiene un objetivo particular y en conjunto contribuyen a distintos objetivos en común. De esta forma un museo puede incluir aspectos de informalidad e independencia en el que individuos y comunidades pueden apropiarse de la institución. El equipo curatorial y el de educación propician esta interacción y apropiación mediante situaciones específicas, por ejemplo, en el confinamiento, el artista Mario García Torres me propuso ocupar la galería 1 que estaba vacía. Podría haber sido más fácil decir que no, pero hubiera sido menos interesante. Como resultado surgió una serie de proyectos en el museo y en redes sociales de artistas mexicanos; estos proyectos continuarán como parte de nuestra programación regular.

Para mí eso es lo interesante de la apropiación: desarrollar una institución con capacidad de respuesta ante situaciones de contingencia.

En menos de diez años el Museo Jumex se ha convertido en uno de los espacios más significativos del arte contemporáneo en México, en este sentido nos gustaría saber qué papel le interesa que juegue el museo en el desarrollo del trabajo artístico en el país y qué responsabilidades conlleva esto, sobre todo, pensando en el mundo después de la pandemia.
En los últimos años hemos presentado exposiciones de artistas reconocidos internacionalmente y esto nos ha posicionado como un museo importante a nivel mundial, lo que nos permite seguir trabajando en colaboración con los mejores museos del mundo.

En sus años de gestión en el Museo Jumex, ¿cuáles han sido los retos más importantes a los que se ha enfrentado y qué satisfacciones significativas ha tenido?
Sin duda la pandemia fue un gran reto para el mundo de la cultura. Los espacios culturales dependen de la asistencia del público y para el arte contemporáneo en particular es importante poder visitar físicamente las exposiciones, sin embargo, ésa no es la única función de un museo. El reto fue continuar a distancia y de manera virtual. Para nosotros es muy importante mostrar resiliencia. Este período derivó en un foco de experimentación, nos dio la oportunidad de revisar los formatos de presentación de los proyectos artísticos y la interacción entre el público y el artista, además de trabajar más en los canales digitales. Por ello, continuaremos con los cursos, actividades y proyectos en línea en paralelo con los eventos presenciales en el museo.

¿Qué análisis hace de la producción cultural en nuestro país, pensando en el arte pero también en otros ámbitos de la producción estética? ¿Qué riquezas encuentra y qué áreas de oportunidad?
La producción cultural en México se ha desarrollado en varias regiones del país. Las escenas culturales del norte y del sur no dependen de la Ciudad de México e incluyen tanto a las culturas indígenas como a las del arte contemporáneo. La interacción entre estas dos perspectivas es difícil de conciliar, sin embargo, es clave para los discursos culturales. También encontré varias prácticas artísticas —baile y performance— que no suceden en un campo específico. Estas zonas grises son áreas de oportunidad y retos que se siembran. Una parte de la visión del museo es tomar la riqueza de esas áreas indefinidas.

¿De qué manera le parece que el arte y la cultura pueden ayudar a mejorar la situación social del país?
Creo que el arte y la cultura son esenciales para la vida y el bienestar de la sociedad.