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EL PODER DE LA CONTABILIDAD

por Katia Vázquez Sánchez

Para las pequeñas, medianas y grandes empresas, al igual que para cada individuo, llevar un registro estricto de sus finanzas además de ser necesario, otorga un mayor poder de decisión y así un mejor desempeño en el uso de nuestro dinero.

Abelardo Morell, Falling Coins #2 (Monedas cayendo #2), 2006. Cortesía del artista y Edwynn Houk Gallery.

Todos sabemos que información es poder, ya sea en ámbitos personales o en la organización. Cuando abordamos una situación económica, esta premisa es aún más clara, por ejemplo, cuando se cuenta con un negocio, la información sobre la participación en el mercado, la situación financiera del mismo, inclusive la información externa (en la que podemos tener mínima o nula influencia como la política, lo social o la economía internacional), tenerla de forma veraz y oportuna brinda una oportunidad inigualable que puede marcar el rumbo y permanencia del propio negocio. Por lo tanto, podríamos comentar que conocer la esencia financiera (contabilidad) de una organización o individuo es primordial en este mundo competitivo, complejo y globalizado.

Si nos referimos a la estructura de la contabilidad, en su primer nivel, que se puede traducir en conocer nuestros ingresos, gastos, bienes y deudas, la información generada con ella puede revelar la situación financiera histórica y actual, ya sea en términos positivos o negativos (a partir de la premisa de que es información real y confiable). Por ende, puede darnos la pauta de la estrategia a futuro para lograr una sustentabilidad y un aprovechamiento de los recursos existentes. Lo anterior siempre lo buscamos en el caso de que seamos dueños, accionistas o tengamos la responsabilidad de administrar una organización o negocio en particular, de ahí el poder inherente de la misma. Sin embargo, también la información de nuestra contabilidad la utilizan las autoridades fiscales.

De manera detallada no podemos perder de vista que la contabilidad es una acumulación de operaciones y registros basados en criterios y normas contables y fiscales, que a fin de cuentas puede estar realizada bajo estas normas o fuera, totalmente, de ellas. El poder de contar con un registro contable emitido de forma íntegra siempre quedará a decisión de la persona que lo realice o en su caso del departamento de contabilidad o del despacho que lleve a cabo esta actividad. El libre albedrio está presente en todas sus formas, con todos sus riesgos, en la profesión del contador, no es por nada que siempre está asociado el ejercicio profesional del mismo con la responsabilidad y ética, ya que el poder está en sus manos. De lo anterior podemos mencionar una inalcanzable lista de fraudes generados por la manipulación de información, lo que ha originado que hoy en día se valoren los controles, las auditorías y la gestión de riesgos, así como la transparencia del negocio.

Por otro lado, debemos ver que cada operación registrada con orden y oportunidad da la posibilidad de construir con base en información confiable, tomando las mejores decisiones que estén al alcance de la realidad. El detalle tiene mucha relevancia ya que brinda el punto de partida para administrar, controlar, planear, inclusive medir, mediante compras y gastos autorizados, ingresos identificados, lo que genera herramientas de gestión, como presupuestos, costos, administración de actividades e indicadores de desempeño y financieros, entre otros.

Nuestras autoridades fiscales también han presentado una evolución a la relevancia del detalle, al volcarse hacia el nivel operacional de la información financiera, mientras que antes se manejaba por medio de las declaraciones anuales, informativas, entre otras. En los últimos años se ha iniciado la revisión de la información a nivel micro, es decir, integrar el detalle que se acumula para determinar la información anual. Lo anterior lo está logrando mediante la contabilidad electrónica.

Para esto ha emitido una serie de reglas de cumplimiento y homologación para presentar la información de acuerdo con un catálogo de cuentas determinado, emitir facturas y comprobantes digitales electrónicos (CFDI) en tiempo real, mandar balanzas contables una vez finalizado el ejercicio, hasta el envío de pólizas contables con sello digital (una por cada operación), incluso aquellas que son emitidas de forma global a un público en general. Asimismo, pólizas contables que deberán ser entregadas si la autoridad así lo requiere, sin mencionar que el fisco tiene el poder de revisar la información contable de cinco años atrás.

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"[…] para las organizaciones e individuos ya no es un elemento de poder la esencia financiera, es un requisito para subsistir".

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Además, ahora debemos informar también sobre nuestras operaciones relevantes, las operaciones con partes relacionadas o vulnerables de acuerdo con las disposiciones que se definan. Con los medios electrónicos, nuestras autoridades fiscales han ganado la carrera en la oportunidad de la información. Cuando para algunas instituciones pequeñas y medianas contar con una planeación financiera y fiscal en diciembre para aplicarse en el siguiente año era un gran logro (qué decir de tener este tipo de claridad financiera a nivel personal), las autoridades estiman nuestra utilidad fiscal con más antelación. Han logrado cruzar información con diferentes plataformas electrónicas de gobierno, amarrar comprobantes digitales emitidos, comprobar la información proporcionada por las instituciones bancarias y revisar esta interrelación y congruencia; los medios digitales hacen posible inclusive que a partir de este año, las revisiones fiscales sean de forma electrónica, sin que nos enteremos necesariamente por una visita física de auditoría por parte del fisco.

Abelardo Morell, 150 American Eagle Gold Coins (150 monedas Águila americana), 2008. Cortesía del artista y Edwynn Houk Gallery.

"[…] podríamos comentar que conocer la esencia financiera (contabilidad) de una organización o individuo es primordial en este mundo competitivo, complejo y globalizado".

En su propia sustentabilidad, las autoridades buscan no sólo mejorar los mecanismos de captación y detección de evasión fiscal para elevar la base tributaria, sino también aumentar sus ingresos por el incremento de infracciones y sanciones no sólo por no contar con la contabilidad, por proporcionarla de forma incompleta, con errores o inconsistencias, además de incumplir las obligaciones fiscales vigentes. Por otro lado, en esta ola vertiginosa de información tecnológica se está impulsando el crecimiento del negocio de datos y la información digital (por el cobro en actualizaciones, por operación o timbrado) con las empresas tecnológicas que proporcionan la infraestructura requerida.

Podemos concluir que el precio de contar con información contable, financiera y fiscal es caro, pero tener la esencia financiera al día es indispensable. Aun si se pagara por su interpretación sería mucho más barato que la pérdida de un negocio o si se contara con un equipo de profesionistas éticos y responsables bien pagados, sería más barato que tener una defraudación fiscal o un fraude operacional.

El verdadero reto para las organizaciones medianas, pequeñas y los individuos es generar, informar, analizar y planear con base en el detalle, una carrera que empezamos a destiempo de forma aletargada y muchas veces renuente contra nuestras autoridades fiscales.

Parte de nuestra reflexión está encaminada en analizar: si el fisco lo logró, ¿las empresas e individuos qué estamos haciendo? Finalmente, para las organizaciones e individuos ya no es un elemento de poder la esencia financiera, es un requisito para subsistir. Ahora, ¿con la contabilidad en los tiempos digitales quién tiene el verdadero poder?

Abelardo Morell, $7 Million ($7 millones), 2006. Cortesía del artista y Edwynn Houk Gallery.

Katia Vázquez Sánchez es Directora Administrativa de Corporativo Universidad Humanitas.

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