Todas las imágenes son de Ilya Sviridov (Djovee).
por Yosu Ferré Berjón
SI LA POLÍTICA ES POR DEFINICIÓN LO QUE COMPETE A LA VIDA PÚBLICA, ES IMPERATIVO ANALIZAR LOS AVANCES Y TRAZAR CAMINOS CADA VEZ MÁS EFECTIVOS PARA CREAR CONDICIONES QUE ASEGUREN EL ACCESO IGUALITARIO DE LAS MUJERES A LOS CARGOS DE PODER POLÍTICO.
“Las mujeres pertenecen a todos los lugares donde se toman decisiones”.
Ruth Bader Ginsburg
En pleno siglo XXI es innegable que las mujeres se enfrentan a una gran cantidad de obstáculos y situaciones particulares que pueden detener o truncar sus caminos tanto profesionales como personales. La desigualdad que padecen las mujeres en distintos ámbitos es irrefutable e insostenible. Para cambiar de fondo esta situación es indispensable que las mujeres puedan acceder al poder en igualdad de circunstancias, para transformar la situación por ellas mismas. El acceso de las mujeres al poder, aunado a lo que pudiesen conseguir con él, ha demostrado transformar la dinámica del mismo.
¿Qué tan fácil puede una mujer acceder al poder político? ¿En qué grado participan las mujeres en sus gobiernos? ¿Cuántas líderes nacionales son mujeres? ¿En qué medida participan en los procesos de toma de decisión en altos cargos o cargos ejecutivos en los gobiernos?
Para responder estas preguntas, la Unión Inter Parlamentaria (UIP), junto con ONU Mujeres, realizaron el mapa “Mujeres en la Política”,¹ que presenta un ranking sobre el acceso y la participación de las mujeres en la política a nivel mundial con datos hasta enero de 2021.
El mapa revela el nivel de participación de las mujeres en tres rubros: 1) mujeres en los más altos cargos del Estado; 2) mujeres en puestos ministeriales; 3) mujeres parlamentarias de más de 190 países.
Este documento arroja resultados notables, ya que, por ejemplo, a nivel mundial se ha llegado a un máximo histórico de mujeres Jefas de Estado. Hasta el 1 de enero de 2021, existían nueve Jefas de Estado y 13 Jefas de Gobierno,² destacando países como Alemania, Nueva Zelanda, Bangladesh, Taiwán, Serbia y Trinidad y Tobago. México aparece en “Mujeres desempeñando las funciones más altas del poder político” en la sección Presidenta de Parlamento, con Olga Sánchez Cordero como presidenta del Senado de la República.
Por otro lado, el mapa expone que sólo existen 13 países (de 192) que cuentan con “gabinete paritario” es decir, solamente en 13 países³ las mujeres ocupan 50% o más de los puestos ministeriales, aun cuando representan más de la mitad de la población. El país con un mayor porcentaje de mujeres ministras es Nicaragua, diez de los 17 cargos ministeriales. En este índice, México se encuentra en el puesto 22 con 42.1% de los cargos (ocho de 19), empatado con Portugal y por encima de países como Alemania y Nueva Zelanda.
Bajo el mismo rubro, uno de los datos más interesantes es a qué tipo de carteras se dedican las mujeres Ministras o Secretarias. Los tres tipos de ministerios más liderados por mujeres son: 1) Medio Ambiente, Recursos Naturales o Energía, 2) Asuntos sociales y 3) Familia, Infancia, Juventud, Tercera edad o Discapacidad. Esto dilucida una clara tendencia hacia rubros relacionados con la preservación de la naturaleza y el cuidado de los sectores más vulnerables de la población. El mapa registró un aumento en la participación de las mujeres en carteras ministeriales tradicionalmente dirigidas por hombres, como Defensa o Finanzas.4
En cuanto a la participación de las mujeres en los parlamentos, el mapa aglutina la información mundial en regiones. La región líder es América, que cuenta en promedio con un 32.4% de representación femenina en los parlamentos, mientras que el último lugar lo ocupa Medio Oriente y el Norte de África con tan sólo 17.8%.5 Los tres países con mayor porcentaje de mujeres en sus parlamentos son: Ruanda, Cuba y Emiratos Árabes Unidos. Mientras que los últimos puestos los ocupan Kuwait y Yemen con una sola parlamentaria y Micronesia, Papúa Nueva Guinea y Vanuatu, sin representación femenina.
El panorama refleja luces y sombras: por un lado ha aumentado el número de países sin representación femenina en sus parlamentos, mientras que, por otro, se registran máximos en el número de países con Jefas de Estado o de Gobierno […].
El acceso de las mujeres al poder, aunado a lo que pudiesen conseguir con él, transforma la dinámica del mismo.
En términos generales, la proporción mundial de mujeres en los parlamentos nacionales es de 25.5%.6 Al respecto, México está por encima del promedio al ocupar el sexto lugar mundial con 241 mujeres diputadas (48.2% de la cámara) y 63 senadoras (49.2% del senado).7
El mapa nos revela escenarios disímiles, ya que “a pesar del aumento del número de mujeres en los niveles más altos del poder político, persisten desigualdades de género generalizadas”.8 Las trabas y obstáculos en la vida cotidiana de las mujeres son innegables. El panorama refleja luces y sombras: por un lado ha aumentado el número de países sin representación femenina en sus parlamentos,9 mientras que, por otro, se registran máximos en el número de países con Jefas de Estado o de Gobierno, así como en la proporción global de ministras.
Si bien hay ejemplos de retrocesos en el acceso de las mujeres a cargos de poder y el aumento total registrado puede resultar insuficiente, hay que reconocer y celebrar el avance y el rumbo ascendente trazado en muchos países y regiones que parece augurar un futuro más igualitario en la materia. El acceso de las mujeres al poder en forma igualitaria es la única vía para comenzar a levantar los obstáculos que obstruyen la vida de más de la mitad de la humanidad.
Yosu Ferré Berjón estudió relaciones internacionales en la UNAM. Ha hecho trabajos de investigación para el Colegio de la Defensa Nacional y para FLACSO. También ha trabajado para el Programa de Derechos Humanos México-Unión Europea, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Embajada de México en Estados Unidos.