Todas las imágenes: Vilde Rolfsen, Plastic Bag Landscape (Paisaje de bolsas de plástico), 2014. Cortesía de la artista.
por Ariadna Hagerty
EL SIGLO XXI LE DECLARÓ LA GUERRA AL PLÁSTICO Y, MIENTRAS ALGUNOS AÚN SE ESFUERZAN POR ELIMINARLO DE SU CONSUMO, PAÍSES COMO LA INDIA YA ENCONTRARON UNA MANERA DE INTEGRARLO A SUS DESARROLLOS DE INGENIERÍA CIVIL.
¿Quién?
El profesor Rajagopalan Vasudevan, mejor conocido como “El hombre plástico”, además de ser científico, es profesor de química en el Colegio de ingeniería de Thiagarajar y el precursor de un método innovador que reutiliza desechos plásticos para construir carreteras y calles durables a bajo costo.
Su reconocimiento es internacional, pues el método no sólo ha revolucionado la pavimentación de caminos de una forma rápida, sino que al mismo tiempo, ha dado una gran pista para salvar al medioambiente de su ahogo en desechos plásticos.
¿Dónde?
En 2015, una orden gubernamental dictó que era obligatorio que todas las constructoras en la India utilizaran desechos plásticos con otras mezclas de asfalto para el desarrollo de carreteras, pues ya era evidente que el plástico se había convertido en una parte integral del consumo humano en esa región.
El plástico de las bolsas de supermercado, empaques, botellas, vasos y otros objetos, remplazó de una manera incontrolable a otros materiales de fabricación por ser “durable, fácil de producir, ligero, irrompible, inodoro y posiblemente resistente a ciertas sustancias químicas”, pero no se descompone ni es biodegradable.
Dicha ventaja le dio una gran idea al profesor Vasudevan para trabajar en una alternativa y dar solución al problema.
¿Cómo?
El experimento comenzó cuando mezcló a altas temperaturas los desechos plásticos y cierto porcentaje de asfalto. Dicha combinación se colocó sobre piedra plana para corroborar adherencia y consistencia; el resultado creó una nueva especie de material para la construcción de caminos y carreteras. En 2002 se utilizó el primer recubrimiento en una zona dentro de las instalaciones del colegio donde labora el profesor que, a la fecha, permanece en excelente estado. Para 2006, el Colegio de ingeniería de Thiagarajar recibió la patente por esta nueva tecnología.
A grandes rasgos el proceso es muy simple, los materiales plásticos que pueden ser utilizados para crear el nuevo material de construcción son básicamente los mismos que los de las bolsas de supermercado o de basura; vasos, empaques innecesarios de verduras o frutas; empaques de frituras, pan dulce, chocolates y dulces.
En el proceso, los desechos son triturados para elevarlos a cierta temperatura, posteriormente serán colocados en una cámara de mezcla para integrarlos al asfalto; la combinación de dichos materiales se calentará de nuevo para fundirlos completamente. Uno de los secretos de esta tecnología es seguir minuciosamente las temperaturas que dicta el método, pues de esto dependerá que los materiales se complementen a la perfección.
Parece simple, pero puede que el “Plastone” sea uno de los grandes descubrimientos para resolver la abundancia del plástico en el mundo. Sus ventajas son múltiples, no sólo es la creación de un material sumamente resistente para caminos y carreteras, sino que representa un incremento de empleos, tanto para la construcción como para la recolección; por otro lado, está comprobado que es de fácil fabricación, ya que no necesita de maquinaria nueva y es extremadamente eco friendly, pues no se liberan gases tóxicos en el proceso.
A la fecha varios países de Europa y América han pedido consultas al colegio y al profesor mismo para poner en marcha este plan en otras regiones que podrían necesitarlo urgentemente.
México, ¿será posible que tengamos una solución frente a nosotros?
Ariadna Hagerty fue locutora de radio pública por 15 años, hoy disfruta una vida simple rodeada de naturaleza en la región del Pacífico Norte.