Frases como la de este epígrafe o las de Greta Thunberg nos deben sacudir. El cambio climático, las energías limpias, la huella de carbono, el hambre, la pobreza, entre muchos otros problemas actuales, no son temas exclusivos de los gobiernos, sino de cada uno de nosotros.

En consecuencia, se han lanzado iniciativas que empiezan a combatir estos problemas, como el Acuerdo de París en 2015, en el que todos los países emprenderían esfuerzos ambiciosos para combatir el cambio climático y se adaptarían a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo.

En el Acuerdo de París se aborda el tema de energías limpias y renovables. Si nos focalizamos en México, debemos entender que somos un país privilegiado debido a nuestra ubicación en el mundo que nos favorece para ser generadores de energías. De acuerdo con Arturo García Bello, México debe apuntar al Sol:

México se encuentra entre los principales países con mayor radiación solar a nivel global, con 5.5 kilovatios hora por metro cuadrado (kWh/m2) en promedio —este tipo de radiación es la que puede ser transformada en energía eléctrica o de calefacción.¹

Esto nos ayuda a poder generar energía con paneles solares y contaminar menos. Lo único que nos falta es tener una visión a largo plazo, para establecer indicadores de éxito y hacer inversiones que tengan un retorno claro, así como una buena administración, a fin de alcanzar la rentabilidad de los proyectos de generación de energías.

Hablando en nombre de los mercadólogos, nuestra profesión puede aportar mucho en este sentido. Simplemente en temas de mercadotecnia sostenible y green marketing hay mucho por hacer. La pandemia nos empujó a buscar estrategias 100% digitales y eso sin duda es un parteaguas en temas de eficiencia de recursos. Las marcas deben pensar a largo plazo, buscar un beneficio que alcance a las generaciones futuras.

Existen tres ejes claves de la economía circular, el ambiental, el social y el financiero, en los que las empresas deben poner mucha atención. Por ejemplo, las marcas, además de ofrecer productos que tengan una función clara, deben tener un buen diseño, ser de doble uso, biodegradable, y finalmente, que apoyen a alguna causa social.

Pero no sólo se debe quedar ahí; Adriana Gutiérrez Ramírez resalta que:

Es fundamental fijarse en la trazabilidad del negocio, desde los procesos de adquisición de insumos, la producción, y las buenas prácticas sociales. No se es sostenible sólo en la planta de producción; también en el punto de venta, en las oficinas administrativas e incluso en aspectos postventa; además, se viven al interior de la organización desde el uso de papeles ecológicos, por ejemplo, la optimización de la energía, el uso de aires acondicionados, disposición de desechos, y una administración ética y justa del recurso humano.²

[…] sólo es cuestión de invertir tiempo en investigación y desarrollo para lograr la mezcla perfecta entre la rentabilidad y la sustentabilidad.

Podría sonar complejo, pero no lo es, sólo es cuestión de planear mejor, fijar una estrategia y tener una administración transparente. En muchas ocasiones pareciera que la rentabilidad está peleada con la sustentabilidad y es todo lo contrario; sólo es cuestión de invertir tiempo en investigación y desarrollo para lograr la mezcla perfecta entre las dos.

Es preciso entender que, desde la administración de una empresa, la comercialización de un producto, hasta las prácticas más cotidianas, debemos poner a la humanidad en el centro de la ecuación, para visualizar mejor la problemática y actuar todos con un fin común. Si pudiéramos tomar ventaja como país teniendo la posición geográfica privilegiada que tenemos y administrar de manera adecuada la energía, podríamos ser un país ejemplar e, incluso, aportar energía a otros países menos privilegiados.

La pandemia nos ha enseñado que la salud y la familia es la prioridad y por lo tanto hay que actuar en consecuencia.

El próximo noviembre los líderes mundiales se reunirán en Glasgow, Escocia, para trabajar en el sucesor del histórico Acuerdo de París de 2015. Ojalá que tengamos buenas noticias, que podamos replantear el rumbo en temáticas tan relevantes como la pandemia de 2020.

Como conclusión y reflexión les dejo esta frase de Jimmy Carter:

“Como la música y el arte, el amor hacia la naturaleza es un lenguaje común que puede trascender fronteras políticas y sociales”. 

“No se es sostenible sólo en la planta de producción; también en el punto de venta, en las oficinas administrativas e incluso en aspectos postventa […]”.
- Adriana Gutiérrez Ramírez.