¿QUÉ?
Open Streets es una iniciativa del DOT de Nueva York que promueve el distanciamiento social en el espacio público y plantea una solución a las consecuencias económicas de la pandemia. La dinámica es sencilla: las vialidades se cierran al tráfico vehicular para permitir el tránsito libre de peatones y vehículos no motorizados, mientras que los restaurantes y bares se instalan sobre las banquetas y pavimento en la calle. De la mano de miembros de la comunidad que coordinan el programa voluntariamente, Open Streets permite que los habitantes de la ciudad tengan acceso a espacios abiertos con actividades comunitarias, culturales, instalaciones artísticas e intervenciones al paisaje, todo dentro de su vecindario y siguiendo las normas sanitarias para prevenir el COVID-19.

¿CÓMO?
Adaptar vialidades para paseos peatonales no es un esquema nuevo para las ciudades mexicanas. Basta mencionar programas como Muévete en Bici sobre Reforma o la Vía RecreActiva en Guadalajara para confirmar lo familiar que es un paseo dominical a pie o en bicicleta sobre las avenidas más transitadas del país. Sin embargo, a diferencia del programa neoyorquino, en México son iniciativas de corto plazo y usualmente se imponen sin tomar en cuenta las necesidades de los miembros de la comunidad.

Open Streets ha resuelto necesidades urgentes, pero de manera todavía más valiosa ha revelado que es posible entretejer soluciones a diferentes problemas con el objetivo único de encontrar alternativas para el mundo postpandemia que también vivimos en México. Cuando el tránsito vehicular ceda por más de un día, la banqueta se podría convertir en los metros cuadrados extra que los restaurantes y las tiendas necesitan para lograr la sana distancia. Los carriles se volverían andadores seguros para todo tipo de usuarios, mientras que los frentes de edificios se activarían y la inseguridad podría bajar. De pronto habría un foro para albergar todas las actividades posibles y necesarias, con o sin pandemia y en cualquier calle del país.

Los lazos que se formaron entre los habitantes de cada cuadra a lo largo de las grandes avenidas de Nueva York son consecuencia del tiempo que la gente ha pasado aislada en sus casas. Gracias al esquema de Open Streets, el “aislamiento” es ahora a gran escala, en toda una avenida. Es posible empujar iniciativas como ésta en las ciudades de México, no sólo para enfrentarnos a habitar el espacio público ante la pandemia, sino también para trascender hacia las nuevas cotidianidades que nos esperan.