por Sebastián Serrano Silva
La historia de una de las marcas deportivas más importantes a nivel mundial está fundamentada en la búsqueda de innovación, la tenacidad estratégica, pero también en la capacidad de saber contrapesar los desafíos con acciones concretas que van más allá de las ganancias económicas.
La imagen de Michael Jordan suspendido en el aire, casi volando, manteniendo un equilibrio perfecto antes de encestar, sigue siendo para muchos una imagen icónica del baloncesto, de los Bulls de Chicago y de Nike.
La victoria, aunque la lleven diosas aladas, implica por lo general un recorrido largo y complejo. El de Nike inició a mediados del siglo XX, cuando el entrenador Bill Bowerman insistía en modificar los tenis para ofrecerles ventajas competitivas a sus atletas y buscaba una marca que entendiera eso. Fue así como se cruzó con Phil Knight, otro entusiasta interesado en impulsar el mercado de los tenis en Estados Unidos, que estaba importando una marca japonesa.
A partir de un primer envío de productos, Bowerman respondió a Knight con una propuesta para ser su socio e implementar una serie de mejoras en los tenis. Así en la década de 1960, con un apretón de manos y un aporte de 500 dólares cada uno, crearon la sociedad Blue Ribbon Sports. Y en 1964 recibieron la primera orden de 300 pares que vendieron en su primer local: la cajuela del carro Plymouth verde de Knight.
Después de algunas discrepancias con los fabricantes de Japón, decidieron dar el gran salto para crear y diseñar su propia marca de tenis. Así en 1971 nació Nike, nombrada a partir de la diosa griega de la victoria. Un año después y por 35 dólares, Carolyn Davidson, creó su famoso logo “The Swoosh” que representa las alas de la diosa.
Para equilibrar la balanza, buscan dejar un impacto positivo en las comunidades donde trabajan, destinando […] inversión para programas que brindan oportunidades de educación y de mejorar las situaciones económicas en zonas con alta desigualdad.
Durante los setenta, Nike logró generar un nombre entre los atletas. Pero el verdadero salto llegó en 1984, cuando atravesaban una profunda crisis económica. Phil Knight vio el potencial en una joven estrella de la NBA, que acababa de ser seleccionada por Chicago, y luego de negociar un contrato de representación, lanzaron en 1985 la icónica línea de tenis Air Jordan, que marcó un hito en la historia de las marcas, llegando a convertirse en un objeto de culto.
En la actualidad Nike es una multinacional que vende millones de artículos deportivos en todas partes del mundo. Para equilibrar la balanza, buscan dejar un impacto positivo en las comunidades donde trabajan, destinando 97.7 millones de dólares de inversión para programas que brindan oportunidades de educación y de mejorar las situaciones económicas en zonas con alta desigualdad.
Por otra parte, a nivel interno la marca está apostando fuerte por impulsar programas de desarrollo profesional para el 70% de la fuerza de trabajo: las mujeres, tanto en sus centros de producción como en la cadena de suministros. En esta carrera por equilibrar de forma sustancial las condiciones laborales, 44% de los cargos altos y de liderazgo lo ejercen mujeres.
Además, Nike está buscando mantener un equilibrio entre su producción industrial y los efectos ambientales que genera, desde la reducción de residuos, hasta la producción de materiales menos contaminantes y más resistentes. Están generando esquemas para darle una segunda vida a los productos mediante servicios de acopio y transformación de los desechos en materiales nuevos. También se han implementado medidas para eliminar cajas, bolsas plásticas y envoltorios innecesarios.
Por otra parte, han puesto en práctica innovaciones para reducir las emisiones de carbono, con proyectos de eficiencia energética y el uso de energía renovable, tanto para la producción como para el transporte de los productos. Aparte de mejorar el consumo de agua y reducir el uso de sustancias químicas, están promoviendo tecnología para el tratamiento y reutilización de aguas residuales.
Sin lugar a duda, el vuelo de Nike, como el de Jordan, es la historia de dos visionarios que lograron mantener el equilibrio entre una idea, aplicar la innovación y una nueva forma de ofrecer y generar un producto a partir de alianzas estratégicas. La marca se ha convertido en un referente clave del branding, su logotipo habla por sí solo y su slogan, Just Do It, ha permitido crear una conexión emocional con muchas personas, sin importar su condición física, impulsándolos a calzarse los tenis y salir a volar, sin que necesariamente sean deportistas de élite.

Imágenes vía NIKE, Inc. Newsroom.


Sebastián Serrano Silva es maestro en Comunicación Audiovisual por la Universidad Autónoma de Barcelona, director de comunicaciones y sostenibilidad de soluciones hidropluviales. También es periodista independiente, emprendedor y activista ambiental. Participó en las cumbres del cambio climático COP16 y COP21 y es parte de los líderes climáticos de Climate Reality Project. X @sebss78.