El ser humano tiende a trascender al superar sus propios límites o los límites preestablecidos por la sociedad. Pero, ¿cómo logra esa trascendencia,  existen mecanismos que le facilitan lograrla?

De acuerdo con la Real Academia Española,¹ la trascendencia es aquello que va más allá de los límites naturales. En palabras de Pavez Bravo² la trascendencia es un componente del proceso de crecimiento, porque el deseo de satisfacer necesidades más elevadas es un signo de salud psicológica. El crecimiento se manifiesta en la expansión del yo y supone un compromiso con algo más importante que uno mismo: amor, valores éticos, espirituales, artísticos, altruistas, tener una misión social, política, religiosa, o más aún, buscar de manera incesante el sentido de la vida. En ese entendido, ha quedado claro que la trascendencia será posible con el cúmulo de acciones que los seres humanos realicen; todas ellas encaminadas a satisfacer sus propias necesidades, lo que los llevará a superar sus propios límites.

El ser humano tiende a buscar la satisfacción de sus necesidades, pero en esa búsqueda se encontrará con una serie de normas que regularán su actuar social. Así, el derecho intervendrá para regular el actuar del ser humano en esa interacción.

De lo anterior, se justifica la necesidad de la existencia de mecanismos como los del derecho; disciplina que orientará al ser humano para que esas acciones realizadas sean acorde al sistema jurídico existente en el Estado.

Tenemos que recordar que la finalidad del derecho es estudiar las normas jurídicas que regulan la conducta del ser humano en sociedad. Normas jurídicas que detentan la heteronomía; lo que implica que son creadas por los depositarios de los poderes, refrendados por medio del proceso democrático que lleva a cabo la sociedad.

En el supuesto que esas acciones atenten contra el ordenamiento jurídico vigente en nuestro país, se estaría en situaciones en las que el ser humano no alcanzaría la trascendencia. Considero que es indispensable el respeto de los lineamientos establecidos en las normas jurídicas para que el ser humano logre ese crecimiento, si no, le ocasionaría un detrimento al grado de moralidad que el derecho detenta, detrimento a la persona, derivado de las consecuencias de no cumplir con las normas jurídicas.

Es necesario recordar que una de las características de las normas jurídicas es la coercibilidad, lo que implica que en dado caso que el individuo no cumpla con el precepto creado por el Estado, este último está facultado para aplicar la fuerza mediante ciertos mecanismos de coacción que obligan al individuo a respetar las normas jurídicas. Esa sanción derivaría en consecuencias legales que le provocarían de inicio, una inestabilidad emocional y, en la mayoría de los casos, económica. Esto derivará en un menoscabo a su persona, que no le permitirá lograr la trascendencia.

 Pertti Kekarainen, TILA 4, 2012. De la serie TILA. Cortesía de Persons Projects.

[…] la trascendencia será posible con el cúmulo de acciones que los seres humanos realicen; todas ellas encaminadas a satisfacer sus propias necesidades, lo que los llevará a superar sus propios límites.

Pertti Kekarainen, Spatial Changes #51 (Cambios espaciales #51), 2016. Cortesía de Persons Projects.

Pertti Kekarainen, TILA (Spatial Changes #3) [TILA (cambios espaciales #3)], 2014. De la serie TILA. Cortesía de Persons Projects.

[…] la importancia del actuar del individuo; al ser conscientes, tolerantes, responsables y reflexivos del entorno social, podrán alcanzar la trascendencia.

El Estado tiene como finalidad propiciar la armonía social, que logra por medio de la creación y aplicación de un ordenamiento jurídico, pero es indispensable reconocer que los seres humanos, como parte integrante de la sociedad, son copartícipes para alcanzar la sana convivencia y poder, sólo así, lograr la armonía social. Aquí nos damos cuenta de la importancia del actuar del individuo; al ser conscientes, tolerantes, responsables y reflexivos del entorno social, podrán alcanzar la trascendencia.

Se reconoce que la norma jurídica no es perfecta, pero es lo más cercano al deber ser, y será decisión del individuo estar acorde con ella; en ese ejercicio reflexivo el ser humano ponderará la satisfacción de sus necesidades a la luz de la norma jurídica. El derecho tendrá como finalidad que el ser humano contribuya a lograr la armonía del conglomerado social, lo que implica que esta disciplina no hace más que plasmar esos lineamientos a seguir por parte del individuo, buscando en todo momento el bienestar humano, incluso, protegiéndolo de aquellas personas que llegaran a atentar contra los bienes jurídicos tutelados por la tipificación de los delitos.

Si el ser humano actúa desapegado del derecho, acataría las consecuencias que las propias normas estipulan, sanciones reflejadas en diversos mecanismos de coacción, en las que, acorde al principio de legalidad, una autoridad está previamente facultada para cumplir la norma jurídica. En este sentido, y conforme a la doctrina iuspositivista, el ser humano debería comportarse a la luz del ordenamiento jurídico preestablecido, por eso se considera que en efecto existe relación entre el derecho y la trascendencia. Es necesario, que para que se dé la trascendencia se logre la cohesión de los diversos mecanismos que lleven al ser humano a alcanzarla. 

Pertti Kekarainen, TILA 1, 2012. De la serie TILA. Cortesía de Persons Projects.