por Capitel
fotografías de Martha Rodríguez Hernández
CLAUDIA RAMOS HERNÁNDEZ ES MEXICANA, MUJER, HIJA, ESPOSA, MADRE; ES ABOGADA EGRESADA DE UNIVERSIDAD HUMANITAS CAMPUS TIJUANA. HA TRABAJADO COMO REGIDORA DEL H. XX AYUNTAMIENTO DE TIJUANA Y COMO DELEGADA DE LA ZONA COSTA DEL DIF DE BAJA CALIFORNIA.
¿Cuándo fue la primera vez que pensó en estudiar derecho?
Si bien es cierto que cuento con una carrera universitaria como Licenciada en administración de empresas, cuando tuve la oportunidad de servir a mi ciudad y formar parte del Cabildo como Regidora del H. XX Ayuntamiento de Tijuana, me di cuenta de la necesidad de seguirme preparando y qué mejor que cursando la Licenciatura en derecho, profesión que permite y obliga a conocer la leyes que rigen los diversos ámbitos humanos. Una vez que pasaban los semestres, fui descubriendo cómo la preparación nos da seguridad y sentido, sobre todo, nos ofrece las ganas de hacer algo útil. Baja California sufre una transformación que le demanda a todos sus habitantes seguir preparándose, en la medida de las posibilidades de cada uno.
¿Qué cualidades de Universidad Humanitas la inclinaron a estudiar aquí?
Las cualidades las descubrí después. Las instalaciones son de primera, me encanta que el ambiente sea siempre fraternal, pero el rigor académico está siempre primero. Entre mis profesores pude descubrir seres humanos de convicciones profundas y a quienes frecuento y agradezco su amistad. Mis compañeros serán inolvidables.
¿Qué características considera necesarias para que alguien tenga éxito en esta carrera?
Primero una gran convicción de servicio y de ética profesional, es urgente dignificar la profesión de abogado y estudioso del derecho, ya que la práctica está inmersa en nuestra vida diaria. Todos los ciudadanos debemos conocer y respetar las leyes, y como practicante del derecho, creo firmemente que debemos ofrecer a nuestros clientes herramientas válidas para que resuelvan sus conflictos de una manera pacífica. Nuestra sociedad sufre hoy del lastre de la corrupción y todo tipo de violencia. Eso está alterando la convivencia pacífica, las buenas costumbres, pero, sobre todo, la necesidad de mantener la dignidad más allá de las soluciones fáciles y por ende temporales.
¿Nos puede compartir tres conocimientos personales y/o profesionales que haya adquirido durante sus años en Humanitas?
En primer lugar, ahora entiendo a cabalidad muchas cosas, por ejemplo, la necesidad de un respeto al orden jurídico como primer rector de nuestra Constitución Política. Puedo reconocer la justicia como principio de cualquier sociedad, así como numerosos aspectos puramente técnicos, que hacen del derecho una necesidad que demanda un rescate de la sociedad moderna. No se puede aceptar la violencia como solución y mucho menos, dejar que ocupe el lugar que le corresponde al estado de derecho, que tanto le ha costado lograr a los ciudadanos.
¿Cuál considera que es su mayor pasión y cómo la descubrió?
Me emociona devolver la tranquilidad a quienes hacen el favor de consultarme alguna preocupación. Ofrecerles herramientas para solucionar sus conflictos, trabajar en proyectos en beneficio de la institución familiar de la que soy una fiel creyente, y que todos, desde cada una de nuestras trincheras, debemos luchar por preservarla y reconocerla como pilar de la sociedad. Creo que lo más importante es que, por medio de la familia, se podrá avanzar y lograr la reconstrucción del tejido social. Es preciso no perder la esperanza de vivir con tranquilidad y respeto, sin obligación y como si estuviera derivado de una forma de vida y de convivencia. Mi pasión principal es tener la seguridad de que lo podemos lograr y lo descubro día a día en mi esfuerzo de estar ahí y de ser útil.
¿Cómo es un día laboral para usted?
Soy madre de familia, esposa, profesionista y servidora pública, así que no es nada fácil. Me debo despertar temprano, servir el desayuno y pasar por el café. En mi nueva encomienda convivo con un gran equipo que, siempre y con gran dedicación y experiencia, facilita las cosas. Tan pronto puedo, regreso a mi hogar para ver cómo van las cosas. Me encanta salir con mis hijos a pasear, a pesar de que ya cada cual tiene una cierta independencia y sobre todo sus propias amistades. Después aparto un tiempo especial a seguir preparándome, realizar metas y construir proyectos, principalmente en temas de familia.
¿En qué proyectos está trabajando actualmente?
Actualmente estoy coordinando programas educativos a cargo de la Secretaría de Educación del Estado, así que trabajo con alumnos, maestros y padres de familia a nivel secundaria y preparatoria. Este proyecto lo disfruto ampliamente porque trabajar con los integrantes de la familia permite dedicarme a la reconstrucción del tejido social.
¿Qué relevancia cree que tenga la familia en nuestra sociedad?
Como lo he venido comentando, es de la mayor relevancia; yo podría asegurar que es precisamente en su seno que tenemos la posibilidad de humanizarnos y descubrir quiénes somos. A partir de ello, descubrimos para qué somos buenos. La familia para mí es una escuela de amor.
¿Cómo puede ayudar este núcleo a modificar la situación que vive nuestro país actualmente?
Aunque pueda ser difícil de captar, en ese núcleo nos formamos las personas desde que nacemos. Por eso, atendiendo a las familias desde el sector público, el privado, los organismos de la sociedad civil y los ciudadanos en general, estoy segura que se puede lograr formar ciudadanos honestos, valientes y seguros de que el núcleo estará siempre ahí. La familia siempre está apoyando, siempre nutriendo lo mejor en nosotros y con ello, en los demás.
¿Cómo define usted el carácter?
Nuestra naturaleza es distinta. En ocasiones se manifiesta en la lucha y en otras sirve para aceptar las diferencias en los demás. En otras más, nos ayuda a resistir los ciclos, las pérdidas, los éxitos. El carácter nos distingue como un atributo de saber quiénes somos y cómo queremos vivir. Me bajan la guardia las personas que traicionan la amistad, quizás por sus convicciones, pero me caracteriza que siempre trato de tener y conservar una buena actitud a los acontecimientos diarios, ya que una buena actitud en combinación con buenos sentimientos, son el pilar del éxito.
¿Le parece que este concepto tiene alguna relación con el éxito? ¿cuál?
El carácter puede garantizar el éxito, aunque en ocasiones el éxito sea decir “hasta aquí”. En mi opinión, para que las cosas mejoren tienen que terminar. De esa manera, siempre podemos empezar de nuevo. Depende del carácter, creo.
¿Qué valores relaciona usted con el carácter?
El optimismo, la paciencia, la tolerancia y la actitud.
[…] la preparación, entre otras cosas, nos da seguridad y sentido; sobre todo, ganas de hacer algo útil.
[…] la familia siempre está apoyando, siempre nutriendo lo mejor en nosotros y con ello en los demás.
¿Nos puede compartir alguna experiencia profesional reciente en la que su carácter se haya puesto a prueba y se haya fortalecido?
Se presentó recientemente un cambio de responsabilidad en mi desempeño profesional, estoy segura de que todos los cambios son para mejorar. Yo soy una mujer de Dios, pienso que las cosas que vivimos son de aprendizaje y siempre son oportunidades para mejorar. Me estoy preparando para buscar mayores espacios en el ámbito de la política local, nuestro país y nuestro estado requieren de más mujeres comprometidas y leales con los principios básicos de vivir de cara a nuestros valores. Cuando observamos lo que está sucediendo, surge la necesidad de reclamar la dignificación de la política y elevarla hacia la búsqueda y realización de las cosas que importan más que el poder o el dinero. Cada día es una oportunidad de demostrar de qué estamos hechos, es decir, mostrar nuestro carácter, vengo de una familia que nunca se derrota, a veces nos va mal, pero nos apoyamos para no doblarnos a la primera.
Para usted, ¿existe una clave para alcanzar el éxito?
Ser congruentes con nosotros mismos, lo demás es sólo lo demás. Hacer lo que te gusta de la mejor manera, con una buena actitud y perseverar en luchar por tus sueños.
¿Qué consejo le daría a los estudiantes de Universidad Humanitas que le hubiera gustado escuchar a usted en sus años universitarios?
Que disfruten las instalaciones que son de primera; en el día a día, darse cuenta de la importancia de aprovechar al máximo cada clase, cada enseñanza de nuestros catedráticos, ya que, por ejemplo, para construir un gran edificio se empieza por la primera piedra y con constancia, trabajo arduo, buenos materiales y bellos acabados se logra la realización del proyecto y se visualiza el gran edificio.
Quisiera concluir con un mensaje de aliento y cariño: el que deja de aprender, deja de vivir, pues vivir es siempre aprender y avanzar. Quien deja de avanzar, se queda, y quien se queda se pierde la oportunidad de la buena lucha.