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El poder femenino resurge

Por Norma Martínez

En las últimas décadas las mujeres comienzan a ocupar puestos de poder en la sociedad. Es necesario informarnos y no quitar el dedo del renglón para que este proceso no se detenga y, al contrario, sea cada vez más acelerado.

En la década de los ochenta las feministas comenzaron a hablar de género como un término para legitimar la participación del sexo femenino en el mundo académico sin tener que mencionar la palabra “mujeres” en sus títulos, porque suponía, entonces, excluir a los hombres. Actualmente, es un vocablo que escuchamos con frecuencia. No está de moda, sino que ha adquirido relevancia por lo que su significado conlleva, puesto que se “emplea también para sugerir que la información sobre las mujeres es necesariamente sobre los hombres, que un estudio implica al otro”, subraya la historiadora, Joan W. Scott. Así, vemos que el uso de dicha expresión, con leyes de la mano, ha permitido el renacer del poder femenino al ubicarse en sectores como el económico, el político, el social y el cultural. Sin embargo, los datos registran aún cierta desproporción: en la Cámara de diputados 212 son legisladoras y 288 son legisladores. Por otro lado, recientemente se dio a conocer que en la industria automotriz (un sector acaparado por hombres) habría una nueva CEO mujer. Mediante el permiso a ellas para que ocupen puestos que siempre debieron desempeñar, se les ha brindado poder con miras a crear un ambiente igualitario, para que tomen decisiones que devengan en acciones teóricas y prácticas benéficas para todos los ciudadanos y las ciudadanas.

Norma Martínez es periodista. Escribe de negocios y economía en diversas publicaciones, entre ellas El Mexiqueño. Colabora en la industria cinematográfica en México. Síguela en Twitter @MartinezNormaC.

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