Todas las imágenes: Victoria Villasana. Cortesía de la artista.
por Bernardo Álvarez del Castillo Vargas
¿QUÉ SIGNIFICA TENER ÉXITO EN LA ESFERA DEL SERVICIO PÚBLICO? ¿A QUÉ ELEMENTOS, ACTORES Y ACCIONES ESTÁ LIGADO ESTE CONCEPTO? ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS SON NECESARIAS Y QUÉ IMPLICACIONES TIENE? A CADA UNO, DESDE LA ÉTICA, LE TOCARÁ RESOLVER ESTAS CUESTIONES.
“Si quieres tener éxito, promete todo y no cumplas nada.”
Napoleón Bonaparte
¿En México es posible tener éxito como funcionario en el servicio público? Parece algo difícil de comprender. Sexenios pasan, servidores públicos van y vienen, hay alternancia en el ejercicio del poder público, pero al final, rara vez escuchamos en las noticias que tal funcionario fue exitoso en su gestión, regularmente son señalados por sus errores, sus carencias y fracasos, en otras palabras: SIN ÉXITO.
La palabra éxito proviene del latín exĭtus, ‘salida’, sin embargo, para el presente artículo, una definición que me gusta sobre el éxito es: “aquella acción a la que se vio resultados positivos, que tuvo una buena gestión y organización”, máxime haciendo referencia al ejercicio del servicio público, donde suelen ser medidos con base en los resultados de su gestión. Así es en el mundo democrático y México no es la excepción.
Cualquier servidor público¹ al iniciar su gestión siempre desea alcanzar el éxito, en ocasiones sin saber exactamente qué significa o cómo se consigue. En la experiencia propia, la planeación es la base de todo proyecto. Una planeación de corto y mediano plazo, con el consecuente impacto en las estructuras organizacionales, resulta un pilar fundamental en el ejercicio del poder público; pocos lo hacen, o peor aún, no saben cómo y lo simulan. Cuántas veces hemos leído o escuchado de un servidor público que, por ser nivel de mando (que duran mucho menos de lo que dura un mando operativo), y al saberse “de paso” o “transitorios”, no prestó su servicio con lealtad, o peor aún, sin tiempo para lograr el éxito esperado.
El éxito en el ejercicio del poder público pudiera obtenerse de distintas maneras: al atender a las opiniones de colaboradores, pares y superiores jerárquicos y al generar confianza y certeza de la confiabilidad y estabilidad de sus planes y proyectos. La fórmula no es secreta, es pública y conocida. Depende de aquel que la ponga en práctica en beneficio propio o de la sociedad a la que se debe.
El éxito como objetivo primordial en el servicio público no es un problema a plazo fijo; implica un cambio de mentalidad y el reflejo permanente de nuevos hábitos en el quehacer diario, de forma continua y a la vez incremental, tangible y no abstracto (simulado). Requiere de un cambio de estrategia; ésta constituye el fundamento de la planificación de las actividades en el servicio público. Aquí encontraremos bien definidos los objetivos para alcanzar el anhelado éxito.
Para poder planificar, los servidores públicos deben determinar las áreas de actuación a corto, medio y largo plazo. Lo anterior resulta fundamental en el diseño de una estrategia eficiente y eficaz. Para ello sugerimos cinco puntos concretos: 1) tener claridad de la actividad gubernamental, 2) hacer partícipe a todo el personal bajo su mando, 3) establecer objetivos cuantificables, 4) contar con un sistema de medición (indicadores), 5) asignar responsabilidades a equipos y personas, y 6) analizar y evaluar de manera continua los resultados obtenidos.
En particular en México, tenemos años reclamando la implementación de un sistema que resuelva los grandes males que aquejan a nuestros gobiernos en sus tres ámbitos (federal, estatal y municipal),² entre otras muchas cosas, la formación permanente de los funcionarios públicos, a quienes, en la mayoría de las ocasiones, se les confiere el destino de los asuntos públicos. Ellos deben implementar una cultura de rendición de cuentas y transparencia absoluta en su gestión, con un cambio en los mecanismos tradicionales que hoy ya no tienen credibilidad y simplemente no funcionan.
En 1961, el psicólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Harvard, David Clarence McClelland, hizo pública “La teoría de las necesidades”, misma que parte de la idea de que la motivación de un individuo puede deberse a la búsqueda de la satisfacción de tres necesidades dominantes para alcanzar el éxito: la necesidad del logro, del poder y la afiliación.
En la teoría de McClelland se señala que las personas que obtienen éxito son diferentes de los demás debido a su deseo de realizar mejor todo lo que se proponen. Es decir, buscan situaciones en las que obtengan responsabilidad personal, brinden soluciones y obtengan retroalimentación sobre su desempeño, esto les ayuda a medir cuánto están avanzando, descubrir retos y actividades desafiantes para crecer y mejorar, ya sea en el plano laboral o personal.
Ahora bien, ¿qué es el éxito? En mi percepción, más allá de un tema colectivo o público, es personal y distinto para cada uno. Para mí, alcanzar el éxito significa lograr aquello que es verdaderamente importante, cubrir prioridades y vivir en congruencia con mis valores; asimismo, materializar aquello que es posible, no los sueños, lo que agrega valor a mi gestión, no lo que le quita. Pero ése soy yo. Cada uno deberá formar su propio juicio.
A manera de conclusión, el éxito en el servicio público sí es posible, siempre que aquellos a quienes se les confiere dicha responsabilidad tengan una nueva visión hacia el futuro inmediato. Bien dijo el novelista francés Alberto Camus: “[…] el éxito es fácil de obtener, lo difícil es merecerlo […]”.
[…] alcanzar el éxito significa lograr aquello que es verdaderamente importante […].
[…] la motivación de un individuo puede deberse a la búsqueda de la satisfacción de […] la necesidad del logro, del poder y la afiliación.
Bernardo Álvarez del Castillo Vargas es Doctor en derecho constitucional por la Universidad Complutense de Madrid. Cuenta con estudios en la Escuela Fletcher de Derecho y Diplomacia de la Universidad de Tufts, Harvard, y de la Universidad Iberoamericana. Es Licenciado en Derecho por la Universidad Anáhuac. Es ex Director Jurídico en la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería del Gobierno de la República y actualmente se desempeña como Director Jurídico de Cinco M.
1. “[…] la actividad especializada que desarrolla una persona, para dar satisfacción, mediante prestaciones concretas y continuas a una necesidad, ya general o colectiva, mientras éstas subsistan […]”. Ernesto Gutiérrez y González, Derecho Administrativo y Derecho Administrativo al estilo mexicano, p. 297.
2. En México, el 20 de mayo de 2015 fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la Reforma Constitucional en Materia de Combate a la Corrupción, que dio vida al Sistema Nacional Anticorrupción. Al escribir estas líneas dicho sistema tiene nombramientos pendientes por concluir, para su implementación al 100%, muy a pesar de quienes la han calificado como: “un paso histórico en favor de una nueva cultura de la legalidad”.