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ARMONÍAS ALQUÍMICAS: EL ARTE POLÍTICO DE JULIO LE PARC

Julio Le Parc, Alchimie 431 (Alquimia 431), 2019. Cortesía de Galería RGR.

por Tania Puente

EL ARTE CINÉTICO DEL ARGENTINO JULIO LE PARC, CON SUS COLORES, FORMAS Y JUEGOS, NOS PROPONE NUEVAS FORMAS DE PENSAR EL EQUILIBRIO Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL.

Julio Le Parc, Alchimie 440 (Alquimia 440), 2019. Cortesía de Galería RGR.

Materia y espíritu se equilibraban y encumbraban su armonía como cúspide de la experiencia vital.

Julio Le Parc, Alchimie 447 (Alquimia 447), 2019. Cortesía de Galería RGR.

Julio Le Parc, Alchimie 443 (Alquimia 443), 2019. Cortesía de Galería RGR. 

A pesar de que pensamos la alquimia como un antecedente de la química y una práctica misteriosa centrada en descubrir la piedra filosofal, su ejercicio estuvo vinculado a la espiritualidad. Al estudiar los cuatro elementos y el lugar del ser humano en relación con el Cosmos, los alquimistas creían que para transmutar diversos metales en oro era necesario purificar el alma. Materia y espíritu se equilibraban y encumbraban su armonía como cúspide de la experiencia vital.

En el proyecto estético de Julio Le Parc (Mendoza, Argentina, 1928) es posible encontrar una metodología heredada de las prácticas alquímicas. En su cuerpo de obra, compuesto por pinturas y esculturas cinéticas, gráfica, objetos manipulables e instalaciones participativas, ocurren diferentes transmutaciones que van de lo cromático, lo lumínico, lo formal y lo material al sentido mismo del arte, con una insistencia en la agencia de los espectadores. Armónica a la vista por su composición geométrica, así como por sus vibrantes asociaciones de color, la obra del artista argentino se vale de la experiencia estética como un vehículo político de horizontalidad del disfrute y consumo artísticos.

Luego de migrar a París en 1958, Le Parc afirmó su interés en el cinetismo como lenguaje de su expresión plástica. Más allá de su oposición al figurativismo, encontró en el arte cinético la posibilidad de crear obras que permitieran que los espectadores se compenetraran desde la percepción, sin subyugarse a la tiranía del significado.

Además de las pinturas que desafían la óptica y que se dinamizan con motores y luces, en su obra hay un uso del espacio inmersivo con el fin de alterar los recorridos y percepciones de los visitantes, manifiesto en laberintos, espejos y objetos manipulables. El juego y el cuerpo son de un carácter político contundente: la obra sólo se completa con la participación activa de la comunidad.

Así, la apuesta de Le Parc por el movimiento trasciende la experimentación plástica para permear todo el circuito de creación, circulación y consumo de arte, comprobable en la producción de un "arte abstracto que no resultara elitista [y que integrara] arte y vida a partir del abandono de las convenciones de un arte burgués perteneciente al pasado".

En la década de 1960 formó parte del Groupe de Recherche d'Art Visuel (GRAV). Esta agrupación priorizaba las estrategias de trabajo colectivas sobre la idea del artista genio individual, al tiempo de realizar una crítica a las instituciones artísticas mediante el desplazamiento de los hechos estético-políticos de las salas y galerías a las calles. Una de las acciones públicas más importantes del GRAV fue Une journée dans la rue (Una jornada en la calle, París, 1966), en la que invitaron a los peatones a participar de un rally cinético por distintos puntos de la ciudad, con el fin de desestabilizar la vertiginosa y automatizada experiencia urbana.

Además de su ímpetu de transformación por medio del arte, Le Parc abogó por la transformación social y la denuncia al abuso del poder alrededor del mundo. Así, conjuró una equivalencia entre su proyecto estético y su agencia política.

Alquimista crítico, Julio Le Parc ha puesto en el centro de su práctica la transformación como una metodología dinámica que transmuta las nociones de originalidad, unicidad y genio en las de secuencia, serie, multiplicidad y colectividad. Sus procesos de transmutación son abiertos y horizontales, y luchan permanentemente contra la mitificación para construir experiencias artísticas plurales para todos.

Armónica a la vista por su composición geométrica,
así como por sus vibrantes asociaciones de color […].

BIBLIOGRAFÍA

Plante, Isabel. “La multiplicación (y rebelión) de los objetos. Julio Le Parc y la consagración europea del arte cinético” en La abstracción en la Argentina: siglos XX y XXI. Argentina: Fundación Espigas, 2010.

Rossi, Cristina. “Julio Le Parc y el lugar de la resistencia” en ICAA Documents Project Working Papers, núm. 2 (2008).

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Tania Puente García (Ciudad de México, 1988) es curadora, traductora e investigadora. Magister en curaduría en artes visuales por la UNTREF de Argentina, publica de manera frecuente en revistas especializadas en arte de México y otros países.

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