por Carlos Azar Manzur
EL DESTINO DEL ACTOR Y COMEDIANTE MEXICANO CLAVILLAZO ESTUVO MARCADO POR UN TALENTO Y DETERMINACIÓN QUE LO LLEVARON A COSECHAR UNA VIDA PROFESIONAL PROVECHOSA Y A LEGARNOS UN CORPUS CINEMATOGRÁFICO EN EL QUE LA RISA TIENE UN LUGAR CENTRAL PARA AYUDARNOS A TRANSITAR POR LA REALIDAD.
Oriundo de Teziutlán, al norte del estado de Puebla, y segundo de 11 hermanos, Antonio Hipólito Espino y Mora nació el 13 de agosto (día de San Hipólito y de la caída de la Gran Tenochtitlán) de 1910. Cuando uno de sus hermanos menores fue diagnosticado con sordera profunda, Antonio Hipólito tuvo que aprender lenguaje de señas y desarrolló (casi exageró) su capacidad expresiva para poderse comunicar. Entró a trabajar a la carpa Variedades de Teziutlán, lo que significó su debut artístico, pero pronto tuvo que abandonar ese trabajo para ayudar a su padre en una carnicería que mantenía a la familia. Nunca me hagan eso.
La muerte de Bertha, su hermana mayor, a quien consideraba su segunda madre, lo obligó a cuestionarse el camino que debía seguir su vida y viajó a la Ciudad de México para desarrollarse como actor. Pura vida, nomás.
En la capital trabajó en varias carpas (además de vender perfume en las calles) con los nombres de Chumiate y Polidor. Pero como se dibujaba unos clavos en el rostro para puntualizar su expresividad, su amigo y colega Adalberto Martínez, Resortes, lo apodó (bautizó, mejor dicho) como Clavitos. Sin embargo, Antonio Hipólito no quería perder la oportunidad de incorporar el oficio de payaso a su nombre y mejoró la identidad creada por Resortes Resortín de la Resortera, se vistió con sacos largos y mangas anchas y así nació Clavillazo, “El cómico de las manos que hablan”. Nunca me hagan eso.
Clavillazo siempre agradeció a Fernando Soler haber sido su maestro, haberle enseñado elementos técnicos y expresivos de la actuación, como la dicción y el manejo corporal, aceptarlo como partiquino¹ en su compañía y recomendarlo para su primer papel en una película, Monte de piedad², en la que interpretaría el esposo de Miroslava. Sin embargo, Cantinflas protestó y le ofrecieron el papel de El bolero, personaje que marcó su carrera. Dos años después, obtuvo su primer protagónico en la delirante El genial detective Peter Pérez³. Pura vida, nomás.
Desde ahí despegó una carrera cargada de crítica social, de ires y venires, subidas y bajadas y, aunque la cosa era calmada, trabajó con directores como Emilio Fernández (en Reportaje4, una película antológica con diversas historias y un año nuevo muy movido y perturbador), Alejandro Galindo (en Piernas de orosup>5, en la que interpreta a un ciclista que compite y cuya bicicleta se rompe y se convierte en monociclo, pero cuando parece que va a ganar se le cruza un perro y él lo embiste con un imponderable Nunca me hagan eso) y Gilberto Martínez Solares (en Pura vidasup>6, de la que, se dice, es la responsable de generar la expresión que representa a los costarricenses). Viajó al espacio exterior (y arriba del casco no olvidó su sombrero de tres picos) y peleó contra los monstruos de un castillo (entre los que se destacaban el vampiro, la momia, el hombre lobo y el huachinango); homenajeó a las campeonísimas Chivas de Guadalajara (en Las Chivas rayadas, en la que actuó con La Tota Carbajal, Sara García, Chava Reyes, El Tigre Sepúlveda, El Cuate Calderón y el inolvidable Jamaicón Villegas) y terminó su vida como un empresario exitoso y millonario de bienes raíces. Nunca me hagan eso.
En un país en el que el poder ha promovido tanto vicio social, la risa ha dado lugar a espacios que castigan dichos vicios. La comedia mexicana ha permitido incorporar el absurdo vital en el que nos movemos para enfrentar, de manera cabal, nuestras tragedias y seguir adelante. La oralidad caótica de Cantinflas nos representa, así como la capacidad corporal de Tin Tan y sus palabras inventadas que tanto le dolieron a Vasconcelos. El cuerpo de Clavillazo ahora descansa en el mausoleo de la familia y la cripta asemeja su sombrero de tres picos que nunca dejó de lado (incluso cuando salió al espacio exterior). Comediantes que nos toman de la mano y fortalecen nuestra forma de entender el mundo, de caminar con ellos y recordar que la vida es pura y nomás.
La comedia mexicana ha permitido incorporar el absurdo vital en el que nos movemos para enfrentar, de manera cabal, nuestras tragedias y seguir adelante.
Clavillazo, c. 1941. Vía Wikipedia.
Carlos Azar Manzur es corrector de estilo de la revista Capitel de Universidad Humanitas.
- Integrante de una compañía de ópera o de teatro responsable de pasajes muy breves y sin mayor importancia.
- www.youtube.com/watch?v=dJQmhMV0o_8&ab_channel=RaulOrtegaP.
- www.youtube.com/watch?v=k5664PJVJWU&ab_channel=CoyoteElectroneslibres.
- www.youtube.com/watch?v=XpXRr9J9lBw&ab_channel=IsraelRuizchavez.
- www.youtube.com/watch?v=ksmfENUdLEA&ab_channel=LAMEJORMUSICADEMEXICO.
- www.youtube.com/watch?v=5zLJeSrZiTs&ab_channel=JairGuti%C3%A9rrez.