por Juan del Cerro
LA HISTORIA DE ÉXITO DE LA MARCA DE HELADOS BEN & JERRY’S ES INSPIRADORA PORQUE LOGRA PONER EN ARMONÍA LA DIVERSIÓN, EL NEGOCIO Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL.
¿Qué te viene a la cabeza cuando escuchas Cookie Dough, Chunky Monkey o Cherry García?
Para algunos, podrán significar sabores de helado deliciosos, para otros, podrían recordar a una empresa enfocada en el impacto social, para unos más, simplemente pueden sonar como nombres divertidos.
Cualquiera que sea la opción, estarías en lo correcto.
Y es que éstos son sólo tres de los sabores emblemáticos de entre decenas de opciones de helados que vende Ben & Jerry’s, una empresa social estadounidense que desde 1978 ha construido un negocio exitoso a nivel mundial a partir de sus tres objetivos:
Hacer el mejor helado posible;
Generar impacto positivo con su negocio, y,
Divertirse haciéndolo…
Esta deliciosa historia comenzó en una gasolinera abandonada en Vermont al noreste de Estados Unidos en 1978, donde Ben y Jerry (sí así es, realmente existen un Ben y un Jerry), dos amigos hippies, decidieron poner una heladería.
[…] para maximizar su compromiso con el planeta, están abocados a minimizar el impacto de sus prácticas de manufactura […].
Desde el principio, Ben & Jerry’s fue una sensación debido a su divertida y original propuesta de sabores y texturas, que los distinguieron de las demás heladerías de la zona. Una casualidad extraña originó esta fórmula: Ben Cohen, uno de los fundadores, tiene una enfermedad que le afecta los sentidos del olfato y el gusto, lo que lo llevó a crear texturas, como por ejemplo poner masa cruda de galleta en uno de sus sabores, el ahora famosísimo “Cookie Dough”.
Desde el inicio la empresa fue un hitazo, a los pocos años abrieron más tiendas y no sólo eso, hicieron tratos con grandes cadenas de supermercados para vender sus helados por litro, lo que les ayudó a expandirse casi automáticamente por todo Estados Unidos.
Pero Ben y Jerry nunca estuvieron conformes solamente con tener un negocio próspero, ya que, desde el inicio, tuvieron una visión clara: “El éxito es más dulce cuando todos se benefician”.
Por esto, para ellos, la venta del helado delicioso y divertido siempre ha sido un vehículo para poder promover causas en las que creen y demostrar así que los negocios pueden ser una fuerza para el bien. Para B&Js, su propósito es su razón de ser, y se ve en cada aspecto del negocio.
De entrada, buscan que sus ingredientes e insumos siempre estén generados de la “mejor manera posible”, esto implica por ejemplo prácticas de búsqueda de lácteos y productos animales libres de jaulas, compra de brownies a empresas que emplean personas pobres o exconvictos, ingredientes de comercio justo, y por supuesto nada de productos genéticamente modificados. Sólo así, están seguros de vender el mejor helado posible.
Por otro lado, para maximizar su compromiso con el planeta, están abocados a minimizar el impacto de sus prácticas de manufactura, al medir y compensar sus emisiones de carbono, además de aprovechar sus desechos para producir energía renovable y utilizar sólo materiales certificados para sus empaques.
Finalmente, Ben y Jerry saben que los negocios pueden ser una excelente plataforma para el cambio, y no tienen miedo de alzar la voz. De esta forma han propuesto y apoyado iniciativas a favor de la democracia, la justicia racial, la equidad de género, los derechos de la comunidad LGBT, el equilibrio climático, entre muchas otras.
A diferencia de otras marcas que prefieren quedarse calladas ante las injusticias para cuidar su reputación y no enemistar a nadie, Ben & Jerry’s nos da el ejemplo de que los negocios no pueden quedarse callados, incluso si esto les cuesta algunos clientes.
Personalmente, me queda claro que, si queremos verdaderamente construir un mundo más justo, en equilibrio con el medio ambiente y en el que todos prosperemos, tenemos que aprender la lección de empresas como Ben & Jerry’s, que no solamente demuestran que los negocios no están peleados con el impacto, si no que, al contrario, el impacto puede ser el principal ingrediente para el éxito.
Y a ti, ¿a qué sabor de helado te sabe el impacto social?
Juan del Cerro es fundador de Disruptivo.tv y Socialab México, ganador del Premio Nacional del Emprendedor y LinkedIn TOP Voice. El trabajo que desarrolla está basado en la convicción del potencial del emprendimiento social para resolver grandes problemáticas sociales. Es autor de ¿Qué es el emprendimiento social?, 10 Pasos para ser Emprendedor Social y México 10, emprendedores sociales.