por Karla Blanco Fuguay
fotografías de Arely López
¿Qué esperar de la subasta de Arte Moderno y Contemporáneo organizada por la casa de subastas más importante de Latinoamérica? En clara alusión a su prestigio, Morton Subastas nos presenta en esta edición un rico y vasto recorrido de la historia del arte con 311 lotes que representan la evolución de técnicas, materiales y diferentes propuestas de soportes utilizados por los artistas.
Visitar la exhibición previa es una experiencia diferente a la de visitar un museo, ofrece una impresión casi irreal, como de algo nunca visto, a partir de la oportunidad de apreciar de una manera más íntima obras que jamás han sido expuestas, además de conocer el esbozo de una inspiración inconclusa. Pero no sólo eso, visitar una exhibición de lotes próximos a ser subastados permite descubrir la historia de su recorrido. Muchas de estas pinturas, dibujos, esculturas y obras gráficas, formaron parte de una colección privada antes, lo cual resulta fascinante; ver de cerca la historia de la historia que próximamente albergará en alguna estantería o pared inaccesible al público, agrega a la experiencia esta sensación de estar guardando un secreto, de tener acceso a una oportunidad única.
Como bien comenta María Fernanda Serrano, gerente del departamento de Arte Moderno y Contemporáneo de Morton Subastas, al observar el salón nos vamos a encontrar de lleno con una amplia y diversa gama de obras colocadas una tras otra, sin orden ni ficha técnica que nos brinde información más que la obra misma, sus colores, texturas, técnica propia y lo que nos evoque.
Al recorrerla nos encontraremos, por ejemplo, con un paisaje de campo del pintor mexicano Isidro Martínez Colín, frente a una pintura folklórica de Xavier Gómez, seguida de una pintura de ensueño del surrealista Heriberto Méndez, pero nada le gana al contraste que vi frente a la mesa en la que me encontraba sentada, durante el desayuno y la plática informativa del equipo de Morton: al centro, la pieza que engalana el catálogo de esta edición, Atardecer de Acapulco, pintado por Diego Rivera en su último año de vida. La obra estaba montada en un caballete y colocada en el centro, de tal modo que todos pudiéramos apreciarla. Detrás de ella, a su derecha, El sueño de la mariposa del pintor oaxaqueño Sergio Hernández, a la izquierda, Gladiadores del pintor y escultor Luis Strempler; si mirabas más arriba podías ver los lotes 141, 142, 143 y 144 en los que encontrabas el rostro de Frida Kahlo, el de Marilyn Monroe y el de Kate Moss, cuatro obras del destacado diseñador, pintor y muralista argentino, Alejandro Vigilante, quien junta parte del legado pop con el simbolismo del mundo virtual.
Quién lo pensaría, ¿no? Conocer y apreciar una pintura nunca antes exhibida al público de uno de los mayores artistas mexicanos, Diego Rivera, y descubrir que en el último año, su obra no tendría ningún tinte social y sólo retrató un atardecer en Acapulco (lugar donde pasó sus últimos días, en casa de su amiga Dolores Olmedo), y justo detrás de ese caballete una pared con obras de un artista contemporáneo precursor del Movimiento iArt.
Esa sensación me parece valiosa, importante de compartir. Quiero invitar a vivir esa experiencia de acercamiento con el arte, tanto físico como íntimo, en un breve recorrido tener la oportunidad de saltar de una época a otra, de un gran exponente a otro, adentrarse en el contexto en el que se desarrolló la obra, pero también en el que se encuentra ahora y la razón de su valor, su camino recorrido o el que nunca recorrió…
Y aunque en las paredes del salón de Morton Subastas no encontraremos un trabajo curatorial, los catálogos contienen un trabajo de investigación exhaustivo de cada una de las obras, incluso de aquellas que no pueden salir del país por ser consideradas patrimonio de la nación. Toda esta información viene acompañada, por supuesto, de la imagen de la obra, acomodada en su sección correspondiente. También es una manera de consumir arte, de saber de su historia y del mercado.
La puja del jueves 14 de marzo cambiará el destino de algunas obras de artistas internacionales como Pablo Picasso, René Magritte y Remedios Varo, así como de obras nacionales de artistas tan fundamentales como José María Velasco, Dr. Atl, José Clemente Orozco, María Izquierdo, Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros y por supuesto, Diego Rivera.
Además, en esta edición se sumaron dos importantes exponentes actuales del arte latinoamericano: Menchaca Studio, promotor de arte contemporáneo mexicano de la mano de artistas Wixárikas y el artista plástico argentino, Alejandro Vigilante influido por Andy Warhol, Robert Rauschenberg y Roy Lichtenstein.
Tener la oportunidad de apreciar de cerca obras de los artistas ya mencionados de manera gratuita es una experiencia que quisiera compartir. Todos podemos consultar el calendario de Morton Subastas, conocer las fechas de sus exhibiciones previas, descargar sus catálogos y sentirnos cerca de su historia.
Cuando pensamos en una subasta es común asociarla con una experiencia intimidante, de la que la mayoría nos sentimos ajenos, sin embargo, la propuesta de Morton nos invita a conocer con anticipación un extenso y valioso acervo, en un formato diferente al de acudir a un museo y por ende tener la oportunidad de apreciar piezas inéditas, incluso de darle seguimiento a su destino y conocer su oferta y demanda.
Karla Blanco Fuguay estudió la Licenciatura de Comunicación y Periodismo en la UNAM. Actualmente se desempeña en el medio editorial.
